Históricamente, las rondas campesinas han sido y son parte de la estructura de la comunidad campesina, y como tal se sujetan a la autoridad comunal. Por ello, la CCP siempre las consideró como parte de su organización y cuestionó los intentos de convertir a las rondas en una organización independiente de la organización comunal.
Por ello, en momentos en que las rondas campesinas de Cajamarca libran una dura batalla en defensa de sus recursos naturales frente a la agresión de la minera Yanacocha, y cuya lucha compromete a todo el movimiento campesino regional y nacional, se requiere fortalecer su organización y consolidar su unidad como parte de una central campesina nacional como la CCP.
En tal sentido, la CCP nunca estuvo de acuerdo con promover o apoyar un congreso nacional rondero cuyo objetivo principal era la creación de una nueva central campesina nacional, porque ello lejos de fortalecer el movimiento, lo fragmentaba, lo dispersaba, y peor aún, lo debilitaba y lo ponía en riesgo de ser cooptado por el inmenso poder económico de la minería. Sin embargo, pese a ello, en los primeros días de diciembre, se ha realizado el citado congreso, convocando incluso a nombre de la CCP.
Por lo demás, la trayectoria de la CCP de independencia política de clase y de los gobiernos de turno, es incompatible con el hecho de realizar un congreso rondero que ha sido prácticamente financiado por el gobierno aprista, que no solo es un aliado de la derecha neoliberal; es además el principal defensor de las transnacionales mineras, como la Yanacocha, que además de destruir los recursos naturales, encima sus fuerzas de seguridad han asesinado ya un rondero de Combayo, el compañero Isidro Llanos.
Por todas estas razones, la CCP se ratifica en la necesidad de fortalecer el movimiento rondero cajamarquino y a nivel nacional, siempre como parte inseparable e indestructible de la comunidad campesina; y rechaza los intentos de seguir fragmentando y dividiendo al movimiento campesino peruano, con fachadas de organizaciones nacionales que ni son tales, sino que terminan haciéndole el juego a los enemigos del campesinado y a las empresas que como la Yanacocha, ya han demostrado su capacidad para dividir a las organizaciones sociales y campesinas.