Moción al X Congreso Nacional
"LA SOBERANÍA Y LA SEGURIDAD ALIMENTARIA Y LA PEQUEÑA PRODUCCION"
El X Congreso Nacional,
CONSIDERANDO:
1. Que, la situación del hambre y la desnutrición crónica en el Perú y en el mundo se han convertido en los más importantes flagelos que azotan al planeta y que requieren de una inmediata solución. Veamos:
1.1 En el Perú, el 54 % de la población total es pobre. Según, los últimos informes del INEI, de cada 10 habitantes que viven el ámbito rural, ocho (8) son pobres (ganan menos de dos dólares diarios, según las mediciones del Banco Mundial); y de ellos, 6 ó 5, son habitantes rurales que están en la categoría de extremos pobres, es decir, que tienen un ingreso de menos un dólar diario, siempre según el Banco Mundial.
En la sierra, ámbito en el cual se ubica el 70% del total de productores que existen en el país, de cada 10 pobladores rurales, 9 son pobres, y de ellos 7 u 8 son pobres extremos. Como es fácil comprender, en los ámbitos rurales es donde la población, en especial los niños son los que sufren de un cuadro permanente de desnutrición crónica. Y todo ello sucede aun cuando, el Perú es un pais megadiverso, cuna de semillas, que produce los cuatro alimentos básicos de la humanidad (papa, arroz, maíz, azúcar y otros) y es fuente de una rica y variada biodiversidad alimentaria.
1.2 A nivel internacional, el mundialmente conocido investigador norteamericano, Peter Rosset, señala que de los 6 mil millones de habitantes que aproximadamente hay en el planeta, 852 millones de personas sufren hambre crónica, de los cuales 815 millones de personas viven principalmente en los países pobres y en menor medida en los países en vías de desarrollo.
De ellos, el 50% (407.5 millones de personas) son pequeños campesinos, que tiene escaso acceso a la tierra, agua, crédito y conocimiento. Informa también, que cada año, 5 millones de niños mueren de malnutrición, por falta de vitaminas y minerales. Añade este investigador que ello sucede, a pesar que el planeta produce la alimentación suficiente para alimentar a todos; pero explica también que ello ocurre, porque los alimentos están bajo control y dominio de los países ricos y de sus transnacionales agroalimentarias.
2. Que, en este marco nacional e internacional, es indispensable que los campesinos y los productores agrarios planteemos con corrección el contenido estratégico de lo que significa la SOBERANIA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA. Veamos sus rasgos más importantes:
2.1 En primer lugar, implica aumentar constantemente la producción de alimentos e insumos agropecuarios para satisfacer la demanda de las poblaciones rurales y urbanas de nuestro país, los cuales tienen que poseer una adecuada calidad nutritiva, que estén acorde con nuestra biodiversidad y siempre protegiendo el medio ambiente y los ecosistemas de la montaña andina.
2.2 En segundo lugar, la población peruana en especial la urbana, debe tener una adecuada capacidad adquisitiva para adquirir nuestros alimentos que les permita pagar precios justos por ello, lo cual significa que la soberanía y seguridad alimentaria es un tema común de los pueblos del mundo rural y del mundo urbano.
2.3 En tercer lugar, tanto la producción como el consumo de alimentos deben basarse principalmente en nuestras dietas regionales y nacionales. Es decir, se debe consumir lo que los productores peruanos producimos y producir según las demandas y costumbres alimenticias de nuestra población. Bajo ningún punto de vista ello significa una posición que se basa en la autarquía, sino reconocer que la alimentación del pueblo peruano debe ser una política de Estado, que contribuya de manera decisiva a nuestra soberanía y cierre el paso a las políticas expansionistas de alimentos que imponen los países ricos, en particular del imperio norteamericano.
2.4 En cuarto lugar, defender la producción nacional agropecuaria de los alimentos e insumos importados que llegan al país con precios dumping, para apropiarse de nuestro mercado agrario, como parte de la estrategia de los países poderosos, en especial del gobierno de los EEUU y sus trasnacionales, de usar la alimentación como instrumento de dominación para controlar el mercado mundial.
3. Que, desde 1995 se ha constituido como organismo supranacional la Organización Mundial del Comercio- OMC, que por primera vez en la historia ha incluido al AGRO dentro las relaciones comerciales, convirtiendo a los alimentos en una mercancía cualquiera, sin considerar que los alimentos son también portadores de cultura de los pueblos y sin considerar las desigualdades que existen entre los países ricos y pobres, facilitando el dominio de los primeros. Desde esa lógica, han impuesto dos reglas:
3.1 La primera regla, que los países ricos que tienen una gran sobreproducción de alimentos, puedan seguir subsidiando a sus respectivas agriculturas, como al mismo tiempo, seguir imponiendo los precios dumping (precios mañosa y artificialmente bajos) para controlar el mercado mundial agrícola.
3.2 La segunda regla, a través de sus hermanos gemelos como el FMI y Banco Mundial, que los países pobres o en vías de desarrollo, no puedan proteger y subsidiar sus agriculturas, para que los excedentes de alimentos de las poderosas agriculturas de los países ricos penetren con facilidad a nuestros mercados.
Ahora, a 10 años de su funcionamiento, no sólo se comprueba que la OMC es el instrumento internacional que ATENTA CONTRA LA SOBERANIA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA EN EL MUNDO, en especial de los países llamados subdesarrollados; sino que se encuentra en una profunda crisis, como se mostró en el conocido fracaso de la Conferencia Ministerial de la OMC realizado en Cancún- México en setiembre del año del 2003; y donde al mismo tiempo, se formó el G- 21, liderado por Brasil, China y la India, que cuestionan abiertamente la política de subsidios y los precios dumping que imponen, especialmente los EEUU y Unión Europea, UE.
4. Que, la política agraria desarrollada por la dictadura de Fujimori y hoy continuada por el gobierno de Toledo, no solo se han sometido a las reglas de la OMC (incluso han sido más papistas que el papa), sino que han profundizado la crisis del agro y han desarrollando políticas contrarias a la soberanía y seguridad alimentaria del pueblo peruano, porque consideran que el primer eslabón de la cadena alimentaria del pueblo peruano está en los mercados extranjeros y no en el agro y los productores de nuestra montaña andina.
Por ello, podemos decir con certeza, como está señalado en el balance del agro (moción sobre la Agenda Agraria Andina), que a los campesinos y productores agrarios, no sólo se nos trata como ciudadanos de segunda categoría, sino que el mercado, bajo las reglas del neoliberalismo que ellos imponen, nos explota y no nos permite que cumplamos nuestra sagrada misión de garantizar la seguridad alimentaria de nuestro pueblo.
Es decir, todo ello ratifica una vez más la cruda realidad, que en la década del 80, sostuvo el conocido economista, Jose Maria Caballero, cuando después de una minuciosa investigación señaló:
“ …la pobreza del productor serrano no es producto de su asilamiento del mercado (y sus políticas macroeconómicas) sino, antes bien, está irrevocablemente asociada a este. No es en su aislamiento (del mercado) sino en su vinculación donde debemos encontrar las causas de su miseria” (Agricultura, reforma agraria y pobreza campesina. Lima IEP. 1980. Los subrayados son nuestros)
Nosotros agregaríamos a esta importante conclusión, que la actual crisis de agricultura se ha agudizado aún más y el abandono de la soberanía y seguridad alimentaria se ha profundizado con mayor fuerza, si tomamos en cuenta, que el actual mercado está diseñado por los postulados de un neoliberalismo salvaje, que impuso Fujimori y hoy continúa con Toledo.
5. Que, el TLC, que quieren imponernos los gobierno de Bush y de Toledo, no hará sino poner en condiciones aún más precarias la Soberanía y Seguridad alimentaria del pueblo peruano. Este tratado que está en la lógica del tiburón versus la sardina, el gobierno de Bush, quiere ir más allá de lo acordado en la OMC, con la finalidad de garantizar la expansión de las agro exportaciones de EEUU en nuestro mercado nacional.
Lo grave y delicado de esta situación, es que el gobierno de Toledo ha aceptado prácticamente casi todas las condiciones que ha impuesto el gobierno de Bush. Por ello, los subsidios que EEUU otorga a su agricultura así como los precios dumping que imponen no se discute en los marcos del TLC. Por ello mismo, los negociadores peruanos (en especial el señor Pablo de la Flor), también han aceptado el desmontaje de nuestra necesaria protección y defensa arancelaria, como han aceptado la eliminación de la Franja de precios.
De firmarse el TLC, las exportaciones que, no solo tendrán una entrada libre a nuestro mercado, sino que profundizarán los daños a la agricultura que desde hace 15 años sufrimos. El impacto de las importaciones que vendrán de de los EEUU, como el trigo, la cebada, el maíz amarillo duro, el arroz, la carne y de los alimentos de la industria alimentaria enlatada que se basan en insumos importados como la leche evaporada y la industria avícola, tienen un impacto profundamente negativo en la pequeña producción campesina, en especial en aquella que se encuentra ubicada en los valles interandinos en la sierra peruana, donde están cerca del 70% de productores del total que existen en el país.
Recordemos que las familias campesinas, al mismo tiempo somos productores agrícolas, como somos también ganaderos. Por ello, la producción campesina no sólo tienen un amplio portafolio de cultivos que comprende, la papa, cereales (trigo, cebada y otros) y cultivos andinos (como la quina, Kiwicha y otros), sino que al mismo tiempo, tienen crianzas como los vacunos, alpacas, ovejas con los cuales producen carne, leche y lana. Como es fácil entender estos alimentos son soportes básicos de la alimentación de nuestro pueblo y sufren una competencia desleal de los alimentos e insumos importados que vienen con precios dumping (artificialmente baratos).
Para tener una idea de estos impactos informamos que la producción de trigo nacional, que ocupa cerca de 120 mil hectáreas, y produce 186 mil T. M., está en manos de 150 mil pequeñas unidades agrarias. La producción de cebada, que abarca 150 mil hectáreas y produce 200 mil TM., también está en manos de 250 mil pequeños productores. La quinua que ocupa cerca de 28 mil hectáreas, está también en manos de cerca de 74 mil pequeñas unidades agrarias. La papa, que constituye el principal producto agrícola del país, no solo ocupa más de 300 mil hectáreas sino que compromete al 39 por ciento (597 mil) del total de productores que existe en el país.
6. Que, a pesar de las adversas condiciones económicas, sociales y políticas, que hemos descrito y analizado líneas arriba, en nuestra patria, de cada 10 toneladas de alimentos que su produce en el pais, 7.5 TM provienen de la mediana y pequeña producción, las cuales en buena medida abastecen los mercados urbanos, regionales y locales. Esto quiere decir, que los campesinos y productores, no solo resistimos a las políticas neoliberales, sino que realizamos una labor proactiva para seguir cumpliendo nuestra misión de poner alimentos en las mesas de la población peruana, a pesar -repetimos - de que no contamos, desde el gobierno central, con políticas económicas y agrarias, que promuevan nuestro desarrollo y bienestar.
Es en este marco que en diferentes lugares de la montaña andina, de la costa, sierra y la selva, estamos realizando, sobre todo desde la pequeña producción campesina, experiencias de efecto demostrativo para mostrar no sólo que la pequeña producción es viable, sino que podemos asumir nuestra tarea de atender la seguridad alimantaria de nuestro pueblo, lo cual contribuye a la soberanía de nuestra patria.
Gran parte de estas experiencias se basan en un plan integrado de microcuencas, que busca manejar armónicamente el manejo de los recursos naturales (tierra, agua y forestación), con la producción, transformación y la comercialización, donde los protagonistas centrales son los productores y las comunidades campesinas ligadas a su organización gremial. Una de las experiencias que destaca, sin lugar a dudas, es la experiencia piloto que dirige la FDCC-Cusco, en la micro cuenca Jabón Mayo (provincia de Canas) que está buscando replicarse en otras zonas del mismo departamento.
Sin embargo, hay que anotar también - sin duda alguna – que para realizar su réplica en todo el país (se calcula que se requiere de más de 20 mil planes de micro cuencas en todo el Perú), se necesita de una gran inversión pública descentralizada en el agro, porque es fácil deducir que para la gran inversión privada, la pequeña agricultura no le interesa ni es su prioridad.
En realidad para que estas experiencias tengan continuidad y réplica nacional, se requiere de otra política económica descentralizada, para lo cual se requiere también que seamos fuerza nacional gremial buscando la unidad, con todas las organizaciones campesinas y agrarias que existen en la sociedad rural; fortaleciendo de manera paralela nuestra unidad con las organizaciones gremiales y populares del mundo urbano.
POR TODO LO EXPUESTO, EL X CONGRESO DE LA CCP, ACUERDA :
1. Luchar porque el Perú adopte la decisión soberana de hacer de la agricultura peruana parte sustancial de la vida, basada en la equidad y la justicia, EN TANTO QUE LA AGRICULTURA ES LA BASE DE LA SOBERANÍA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA DE NUESTRO PUEBLO, y en sus manos se encuentra la preservación de los recursos naturales, del medio ambiente y constituimos el sector más eficaz para generar trabajo, así como incrementar los ingresos de los campesinos para reducir la pobreza.
2. Propiciar la campaña para que en el MUNDO SE DECLARE A LA SOBERANIA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA, COMO DERECHO HUMANO, tenga primacía sobre las normas comerciales y económicas que impone la OMC, el FMI y el Banco Mundial, sacando a la agricultura de la jurisdicción de la OMC y de los TLCs que auspicia y promueve el gobierno de los EEUU.
3. Propiciar la campaña, SOBRE TODO EN LOS PAISES POBRES Y LOS QUE ESTAN EN VIAS DE DESARROLLO, QUE TENEMOS EL DERECHO SOBERANO DE DEFENDER Y PROTEGER NUESTRA PRODUCCION AGROPECUARIA NACIONAL, base de la alimentación de su pueblo, así como defendernos de los precios dumping que imponen las trasnacionales agro alimentarias en el mercado mundial. Ello, también implica:
Campañas en defensa de la BIODIVERSIDAD de nuestra montaña andina, base de la alimentación y salud del pueblo peruano. También defender nuestra biodiversidad porque constituye una de las más importantes fuentes para la alimentación y saludo de la humanidad.
Campañas en DEFENSA DE NUESTRAS SEMILLAS, CRIANZAS y de los conocimientos ancestrales de nuestros pueblos campesinos e indígenas.
NO A LOS TRANSGENICOS, no sólo porque nos generan dependencia económica y tecnológica, sino porque son las primeras fuentes de contaminación ambiental, de destrucción de nuestros ecosistemas, y atentan contra la salud humana.
4. FORTALECER LAS EXPERIENCIAS DE EFECTO DEMOSTRATIVO PARA ATENDER LA SEGURIDAD ALIMENTARIA BASADA EN PLANES INTEGRALES DE MICROCUENCAS, desarrollando la orientación de que su réplica a nivel nacional y regional, está abiertamente vinculada a la necesaria modificación de la política económica neoliberal vigente, que permita tener los recursos económicos para implementarlas en el agro peruano en especial en la pequeña agricultura y comunidades campesinas. Ellos deben provenir:
De la renegociación de la deuda externa, así como el canje de la deuda en proyectos productivos agrarios, sociales y ambientales
De una auténtica reforma tributaria (para que los que tienen más paguen más);
De un incremento de los aranceles con que se gravan a los alimentos e insumos importados;
Del pago inmediato de las regalías;
De los fondos que deben aportar a las empresas mineras para el desarrollo agrario
Estos recursos deben permitir:
El incremento de la inversión pública hasta el 25% del prepuesto General de la República, de lo cual un 70 % debe invertirse en el agro de manera descentralizada para implementar un manejo integrado de las microcuencas a nivel nacional;
Precios justos: precios de garantía y de refugio.
Incrementar los fondos de Agrobanco en 600 millones dólares, transformando esta institución, en una BANCA DE FOMENTO, que otorgue créditos con tasas de interés promocional a los pequeños productores y comunidades campesinas
Implementación de sistemas justos de comercialización, que deben ser regulados por el Estado, tanto a nivel nacional como regional y local.
5. ORGANIZAR UNA CONVENCION REGIONAL de los pueblos campesinos, agrarios e indígenas de la CAN y luego sudamericana, sobre la SOBERANIA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA Y EL COMERCIO.
Lima, 22,23 y 24 de noviembre del 2005