Moción al X Congreso Nacional

2005-12-07 00:00:00

EL GREMIO QUE QUEREMOS:
ESTRATEGIAS DE ORGANIZACIÓN CAMPESINA PARA LA CONSTRUCCION DE NUEVO PODER Y UN NUEVO GOBIERNO

EL X CONGRESO NACIONAL DE LA CONFEDERACIÓN CAMPESINA DEL PERÚ, CCP, CONSIDERANDO, QUE:

1. A lo largo de sus casi 60 años desde que fuera fundada por Juan Hipólito Pévez, la CCP, constituye el gremio más representativo del campesinado nacional, las comunidades campesinas y los pequeños productores agropecuarios; y su historia está enraizada con las principales gestas por la conquista del derecho a la tierra, la Reforma Agraria y la producción. Asimismo, en la lucha por los derechos políticos, económicos, sociales y culturales de las mujeres y hombres del campo, como productores y ciudadanos; y contra la exclusión e injusticia que históricamente sufren los pueblos del Perú Profundo y sobre todo de los pueblos agrarios y campesinos.

2. A través de su historia, la CCP no solo ha calado profundamente en los corazones, en la conciencia y en la memoria colectiva del campesinado peruano; sino también ha sido blanco de las iras del poder político y económico de los antiguos gamonales y de los diferentes gobiernos de los partidos conservadores y de la derecha política centralista y anticampesina. Y hoy es también blanco del poder neoliberal que quiere terminar de destruir el agro nacional con la firma del TLC con los EEUU.

3. Consecuente con su historia y superando las dificultades y debilidades que tampoco han sido ajenas a nuestra organización, la CCP también se puso al frente de las luchas más recientes contra la dictadura corrupta de Fujimori y Montesinos, cuyas políticas neoliberales terminaron por arruinar la pequeña agricultura familiar y campesina; así como destruir la débil institucionalidad democrática del país, y desestructurar el tejido social organizativo. Por ello, la CCP supo estar a la cabeza de la organización de la Marcha de los Cuatro Suyos que puso fin a la dictadura fujimontecinista.

4. Luego de casi 15 años de aplicación, las políticas neoliberales y la globalización excluyente, han configurado un nuevo escenario en el país y en el agro nacional, que plantean nuevos retos y desafíos a la organización campesina y particularmente a la CCP. Estas políticas neoliberales solo han significado la ruina y abandono de la pequeña producción, atenta contra la estabilidad jurídica de la propiedad comunal, pone en riesgo sus principales recursos como el agua, tierra y territorio; privilegia la actividad minero exportadora que entra en conflicto con la agricultura y las comunidades campesinas por el control y propiedad de los recursos naturales y la redistribución de la riqueza; y encarna nuevos peligros como la firma del TLC con los EEUU, que es una seria amenaza para el país y particularmente para la producción nacional, las comunidades campesinas, la biodiversidad y la soberanía del país.

5. El nuevo contexto socio político y económico del país, el actual régimen político centralista, un gobierno desgastado y deslegitimado que ha continuado aplicando el fujimorismo económico, y la amenaza de que las fuerzas políticas de la derecha neoliberal asuman el nuevo gobierno del país el año entrante, plantean al movimiento campesino organizado la necesidad de fortalecer y consolidar un gremio capaz de enfrentar estos peligros con una dirección unitaria y vigorosa política y programáticamente, para reposicionar a la CCP en el nuevo escenario del país.

6. Las nuevas tareas que el contexto socio político y económico del país, plantea por tanto el reto de fortalecer nuestra central con un sistema de dirección y organización que responda a esta realidad, así como la definición de los nuevos objetivos y las estrategias centrales que nos permitan avanzar hacia la construcción de un nuevo poder campesino y popular que sea capaz de conquistar un nuevo gobierno para derrotar al neoliberalismo y la globalización excluyente, que avance hacia un nuevo régimen político nacional y descentralizado y que haga del agro uno de los ejes centrales del desarrollo nacional.

Todo ello basándose en la comunidad campesina, las asociaciones de pequeños productores, y fortaleciendo nuestro asentamiento territorial, e incorporando nuevas formas de organización en base a los nuevos ejes programáticas que la realidad campesina nos plantea, para persistir en la lucha por un nuevo gobierno y un nuevo poder con democracia participativa.

7. Tomando en cuenta todos estos elementos históricos y políticos, así como el actual contexto del país, y que el siendo el Congreso Nacional, la máxima instancia de organización que define los grandes lineamientos orgánicos, programáticos y políticos de la CCP;

EL X CONGRESO NACIONAL DE LA CCP, ACUERDA:

1. Ratificar y reafirmar la necesidad de contribuir desde las bases para fortalecer y consolidar a la Confederación Campesina del Perú, como el principal gremio que organiza, unifica, representa y defiende los derechos políticos, sociales, económicos y culturales de las comunidades campesinas, la pequeña producción agropecuaria; así como de los millones de hombres y mujeres del campo que con su esfuerzo contribuyen día a día producir la alimentación del pueblo peruano y que constituyen los verdaderos guardianes de la defensa de la bío diversidad y los recursos naturales; y forjadores de un desarrollo justo, digno y equitativo de la nación peruana.

2. Dotar a la CCP de un sistema de dirección y de organización, capaz de enfrentar los nuevos retos que nos plantea el neoliberalismo y la globalización excluyente y los peligros que estas políticas representan para el agro y la nación peruana. Esta dirección será unitaria y representativa del desarrollo organizativo alcanzado por la CCP en las diversas regiones del país, y capaz de seguir rearticulando y construyendo el movimiento campesino en las regiones, así como superando nuestras debilidades y dificultades en su organización, particularmente en la costa y la selva de nuestro país.

La nueva dirección de la CCP que emerja legítimamente del Congreso, deberá tener solidez y capacidad política y programática, para plantear y defender nuestras propuestas, alternativas y plataformas; incidir en los diferentes niveles del gobierno central y regionales para que atiendan nuestras demandas; ser capaces de desarrollar todo nuestro potencial de movilización y lucha para defender nuestros derechos; y desarrollar una voluntad unitaria y de concertación con otras organizaciones gremiales, sociales y populares para la conquista de los derechos del campesinado y los pequeños productores.

3. El sistema nacional de dirección no debe centrarse solamente en la gestión de la Secretaría General Colegiada, sino en el rol que deben cumplir todos los demás integrantes del Comité Ejecutivo Nacional – CEN- y que no debe remitirse solamente a las reuniones periódicas del CEN. La prioridad de los integrantes del CEN debe ser su relación permanente con las organizaciones de base, y desde allí articular sus mejores esfuerzos para construir y reimpulsar la organización, lo que debe traducirse en nuevas federaciones, con capacidad de convocatoria, incidencia y de propuesta que complemente el programa nacional de la CCP con los elementos de la realidad local y regional. Es en el espacio local y regional en el que los integrantes del CEN validan su capacidad y su calidad de dirigentes nacionales de un gremio como la CCP.

4. Para fortalecer el sistema de dirección nacional de la CCP, es necesario plantearse la readecuación estatutaria de nuestra central, para que recoja lo que ha sido la experiencia de dirección del último periodo, es decir, la vigencia de la SECRETARÍA GENERAL COLEGIADA, integrada por cuatro dirigentes, entre ellos, una mujer. De igual manera, consolidar la presencia de la mujer campesina en la dirección nacional, como una expresión de la equidad de género, para lo cual por lo menos el 30 por ciento de los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional, CEN-CCP, deben ser dirigentes mujeres.

Estas mismas adecuaciones estatutarias deben incorporar también los criterios que históricamente ha aplicado en la elección de su dirección nacional, que combine los criterios de renovación, experiencia y continuidad, garantizando la participación democrática de todas las regiones, de acuerdo a su nivel y fortalecimiento organizativo. En tal sentido, la nueva dirección que emerja de los congresos nacionales, debe contemplar por la renovación de un 70 por ciento de la nueva dirección, manteniendo un 30 por ciento de la dirección saliente. Asimismo, que la elección del nuevo CEN se haga por listas, y procurando en lo posible la formulación de una lista unitaria. Asimismo, consagrar el voto directo, universal y secreto para la elección del nuevo CEN.

5. Dotarse de un Plan Estratégico que reposicione a la CCP en el nuevo escenario político del país; en el que se definan y prioricen con absoluta claridad las estrategias para los próximos cuatro años; y que tenga como ejes fundamentales el fortalecimiento organizativo, un sistema de formación socio-política, la capacitación dirigencial en todos sus niveles, y que incorpore la comunicación y la información como una dimensión fundamental para el fortalecimiento organizativo y la generación de corrientes de opinión pública que sensibles ante la problemática y las propuestas del movimiento campesino y pequeños productores agropecuarios.

6. Formular, dentro del Plan Estratégico, un nuevo plan organizativo, orientado a consolidar los gremios regionales y locales que tienen un funcionamiento orgánico regular; y a impulsar o reconstruir la organización en aquellas regiones o provincias en donde la organización es débil o inexistente. Este plan organizativo debe tomar en cuenta algunos instrumentos de los que se viene dotando la CCP para fortalecer su sistema de dirección en todos sus niveles. En tal sentido, la formación sociopolítica, así como los procesos de capacitación en el manejo de los ejes programáticos de la CCP, complementando con las estrategias de comunicación de comunicación e información, son de suma importancia.

7. Consolidar y desarrollar el sistema de Escuelas Campesinas y vincularlos estrechamente las secretarías de organización y formación con el Área Técnica de la CCP. Los nuevos retos que el contexto actual plantea, requiere de dirigente con una sólida formación social, política e ideológica, que les permita no solo entender cómo funciona el sistema neoliberal, sino contrarrestar sus argumentos que también son de carácter político e ideológico. De allí la importancia de ponderar el verdadero valor de las escuelas campesinas y el compromiso que toda la dirigencia nacional y regional debe asumir con estos esfuerzos y buscar replicarlos en cada región del país y en los diferentes espacios en los que se desempeñan.

8. El conocimiento y manejo de los ejes programáticos que levanta y defiende la CCP deben ser materia de estudio y análisis por parte de la dirigencia nacional, pues ello será la única garantía no solo de defenderlos sino de hacerlos carne en las bases y potenciar la capacidad de movilización y lucha para que ellos se puedan concretar en políticas públicas que favorezcan el desarrollo agrario y de las comunidades campesinas.

9. Consolidar los sistemas de comunicación de los que ha dotado la CCP, como son el periódico Voz Campesina, los programas radiales grabados, así como los diferentes programas radiales que difunden las federaciones de base. Hay que tomar en cuenta que la comunicación tiene que constituir una de las estrategias para el fortalecimiento del gremio y que ello no debe ser solo de responsabilidad del Área Técnica sino de toda la dirigencia nacional y regional.

La comunicación no debe ser vista solo como un instrumento para difundir nuestras opiniones y puntos de vista, sino concebida como estrategia central para el conjunto del trabajo que realiza la CCP. A ello hay que desarrollar no solo en Lima, sino sobre todo en provincias, mecanismos para vincularnos con las radios locales y con programas que impulsan amigos y personas que se identifican con el movimiento campesino y con la CCP. Ganar a la opinión pública hacia nuestra causa, debe constituir parte de la estrategia de comunicación de la CCP y, reiteramos, esa es también una tarea central de toda la dirigencia y parte de nuestros planes de fortalecimiento organizativo.

10. Por todas estas razones, este X Congreso Nacional, debe ser el nuevo punto de partida hacia la consolidación gremial de la CCP; hacia un gremio con una dirección capaz de responder a los nuevos retos, que fomente y practique una dirección colegiada efectiva, colectiva, participativa y democrática. De esta manera, lograremos plasmar un gremio, que cumpla con los objetivos estratégicos de posesionarnos en el escenario nacional, regional y local; de construir una Agenda Agraria Andina, que recoja las propuestas, así como las nuevas formas de lucha y movilización y las alianzas estratégicas para lograr concretarla; de contribuir a la construcción de un nuevo poder y conquistar un nuevo gobierno para impulsar el desarrollo del agro y lograr la transformación social de nuestro país.

La férrea unidad de la CCP y del movimiento campesino, desde su dirección hasta las bases, debe constituir el elemento que nos permita avanzar hacia la conquista de nuestros derechos como productores y ciudadanos, hacia un nuevo agro, dentro de un Perú Nuevo y en otro Mundo Posible con justicia y dignidad.

Lima, 22-24 de noviembre del 2005