Sierra Exportadora es el pomposo nombre que le puso el hoy Presidente Alan García Pérez a su oferta electoral para la sierra peruana y el gran sur. Era urgente hacerlo en segunda vuelta, pues estas zonas le resultaron especialmente esquivas, al votar por un cambio más profundo y radical, orientándose hacia Humala, que parecía encarnarlo.
García, en su primer gobierno, ya intentó –fallidamente- ganarse la Sierra y el Sur para el APRA con su política de promoción del Trapecio Andino y el famoso crédito del Banco Agrario a 0% interés. Pero, la explosiva combinación de hiperinflación, corrupción generalizada y la militarización producto del accionar senderista y de la estrategia antisubversiva, violadores de los derechos humanos, hicieron que, como diría Vallejo, "la Sierra, ¡ay!, se siga muriendo". La pobreza, el atraso, la violencia y la ausencia del Estado siguieron campeando en mundo rural y andino.
Ahora el APRA plantea "Sierra Exportadora", identificándola como agroexportadora, puesto que ya la Sierra exporta hartísimo: especialmente minerales, de los que recibe migajas y hereda graves problemas medioambientales. Y aporta divisas provenientes del turismo en los Andes, con viajeros atraídos por los extraordinarios restos arqueológicos existentes. Dice García que van a poner en producción, para exportar, 150 mil nuevas hectáreas (de 2'867,000 que hay en el país) y crear 300 mil nuevos empleos. Es decir, que va aumentar el doble del número de hectáreas dedicadas a la exportación -que hoy son unas 81,000- y también el número de productores (que hoy son apenas 53,000, de más de 1'754,000 existentes en el campo) y de trabajadores vinculados a la agroexportación. El valor de ésta, dice García aumentaría en US $1,000 millones de dólares.
¿Será posible? Porque lo que García quiere dedicarle del presupuesto del 2007 para apoyar al agro asciende apenas a US $88 millones de dólares, entre compensaciones por el TLC y medidas de apoyo al agro. ¿Será realista lograr tanto con tan poco, sobre todo cuando los agricultores y ganaderos enfrentarán la competencia desleal de los productores norteamericanos –subsidiados con decenas de miles de millones de dólares anuales por su gobierno- si se aprueba el TLC en EE.UU.? ¿Alguien puede creer que un Banco Agrario que solo tiene para prestar S/. 260 millones de soles a un agro que requiere miles de millones de soles en créditos, va a sacar adelante el agro? ¿Y la inversión tecnológica?
El señor García podrá reventar cohetes y fuegos artificiales para atraer votos de la sierra en las elecciones regionales y municipales de Noviembre, pero los campesinos y agricultores saben que si no hay presupuesto, si no hay mejor atención de salud, si no hay mejor educación, si no hay mejores carreteras y si no hay más crédito más barato no mejorara la situación, menos cuando enfrentan la amenaza del TLC. Para colmo, García no aprovecha la época de las vacas gordas en minería, petróleo y gas para cobrar las regalías justas y legales que nos corresponden, ni para renegociar contratos lesivos al interés nacional para tener más recursos que invertir en el agro y en el desarrollo nacional, permitiendo que siga el abuso. Se contenta con un "óbolo" voluntario y gaseoso. Ni siquiera ha organizado un equipo técnico que facilite la inversión de casi 1,500 millones en canon y regalías que la mayoría de propios gobiernos regionales y municipales apristas –y otros- no lograr invertir para el desarrollo local y regional.
La Sierra requiere de nuevas políticas y de más recursos que hagan que los planes sean realidades y no simplemente de palabras, no le basta una visa para un sueño.