El discurso presidencial de Alan García fue la clara expresión del continuismo

2006-08-17 00:00:00

Si alguien tenía alguna duda de que el nuevo gobierno aprista que se inició el 28 de julio, sería el continuismo neoliberal, el mensaje presidencial de Alan García, se encargó de borrarlas. Y lo hizo no tanto por las cosas que anunció sino más bien por las que calló, es decir, por los grandes silencios frente a los temas que estuvieron en el centro del debate en las recientes elecciones; silencios que no solo dan tranquilidad al poder neoliberal sino que buscan extinguir la voluntad de cambio que exige el pueblo peruano.

Si bien el mensaje presidencial fue el inicio oficial de su segundo mandato, sin embargo, el análisis de lo que se nos viene en los primeros meses del gobierno aprista, debemos empezarlo tomando en cuenta lo que pasó entre la primera y la segunda vuelta electoral, pues allí se tejieron las alianzas que sustentan los intereses que están en juego.

LA FASE CERO DEL GOBIERNO APRISTA

Durante la campaña electoral, Alan García y el Apra usaron una nueva versión de la escopeta de dos cañones; el cañón corto –usado en la primera vuelta- sirvió para disparar propuestas que luego se incumplirían, como la promesa de derogar la Constitución del 93, vergonzosa herencia del fujimorismo delincuencial y poner en vigencia la de 1979; o el anuncio de que si Toledo firmaba el TLC, García de llegar al gobierno se encargaría de retirar su firma, y revisar el tratado “línea por línea”. En la segunda vuelta electoral, entró a funcionar el cañón largo, disparando propuestas para darle confianza a la derecha, al fujimorismo y otros, ante el temor de un gobierno de Ollanta Humala, anunciaron que votarían por García, “aunque sea tapándose la nariz”.

En esta etapa se empezó a hablar del “cambio responsable” y pasó al “olvido” el retiro de la firma de Toledo del TLC; se empezó a hablar de “un TLC a prueba” y de pronto “recordaron” que su propuesta de Sierra Exportadora requería del TLC; y con relación a los daños que el tratado causaría al agro, pasaron a señalar que lo adecuado era compensar a los agricultores que resulten afectados.

En esa misma “fase Cero” del régimen aprista, también empezó a pagar la factura por el apoyo electoral que recibió de la derecha política y económica, pues su bancada que dirigía el hoy Primer ministro Jorge del Castillo, junto con el toledismo, Unidad Nacional y otras fuerzas menores, aprobaron en el Congreso y al caballazo, el TLC que tanto había soñado Alejandro Toledo. Hay que mencionar que este hecho también reveló las nuevas alianzas con las cuales el Apra gobernaría, y que se expresan en el nuevo gabinete con una importante presencia neoliberal.

NEOLIBERALISMO A FONDO

La lógica explícita que está detrás del mensaje presidencial es que García mantendrá las políticas del Consenso de Washington y el actual patrón de crecimiento neoliberal, que ha sido la constante de los últimos 15 años. En efecto, la generación de empleo y el incremento de los ingresos de la población para combatir la pobreza, se sustentarán en la atracción masiva de la inversión extranjera directa –IED- , en el crecimiento de las exportaciones, y en la reforma del Estado para reducir su tamaño y sus gastos, como también se lo exigió el poder neoliberal a Toledo.

Con relación a las IED, el diario Gestión (03-08-06) sostiene que Alan García espera para los próximos cinco años inversiones por 24 mil millones de dólares, es decir, unos 4 mil 800 millones anuales. Eso significa que a partir del gobierno aprista se produciría el milagro de triplicar lo que ha llegado hasta ahora como promedio anual. Eso lo habría llevado a afirmar en su discurso “Inversión minera: ahora o nunca”.

Según, el Banco Central de Reserva, BCR, en el último quinquenio (2001-2005), sólo llegaron al país, como IED (que incluye privatizaciones y concesiones), la suma de US$ 8,311 millones, que equivalen a un promedio anual aproximado de US$ 1,700 millones. Según fuentes bien informadas, el ministerio de Energía y Minas, espera para los próximos cinco años apenas US$ 10,300 millones (8,000 para minería y 2,300 para petróleo. Desde esta realidad vale la pena preguntare: de donde vendrían los otros US$ 14,000 millones, para llegar a los US$ 24 mil millones, no vaya ser que estemos nuevamente ante un nuevo cebo de culebra, de los tantos, que sabe vender Alan García.

Respecto al crecimiento de las exportaciones, sobre todo de minerales e hidrocarburos y que se basan en los elevados precios internacionales, el Apra y García parecen olvidarse que en toda economía capitalista a la fase de auge le sigue una recesión, de modo que el auge no es eterno. Al respecto, Humberto Campodónico, en su último artículo ¿La economía mundial en problemas?, publicado en La Republica del 4/8/06, informa, que para algunos analistas internacionales, han comenzado a presentarse signos recesivos en el ciclo de la economía mundial que no se pueden dejar de tomar en cuenta.

Y en lo que se refiere a la Reforma del Estado, La bandera emblemática que el APRA ha escogido para esta política es la austeridad fiscal, que significa la reducción de gastos corrientes para mejorar algunas políticas sociales y realizar algunas obras. En realidad se trata de una reasignación del gasto público. Hay que reconocer que estas propuestas tienen un gran impacto en la opinión pública, más aún, si trata sobre todo de la reducción de sueldos del presidente, de los ministros y los parlamentarios.

Hay que remarcar que estos tres ejes antes señalados son las mismas orientaciones del patrón de crecimiento que emanan de las políticas del Consenso de Washington cuyos resultados son ya conocidos en el Perú y América Latina. No está demás recordar que entre 2000 y 2005, el PBI creció en 44%, las exportaciones prácticamente se duplicaron, el déficit fiscal bajo a los limites exigidos por el FMI, a lo cual hay que añadir que en ese año se batió el record respecto a la acumulación de las Reservas Internacionales Netas-RIN (en ese entonces se alcanzó la cifra de US$ 13, 500 millones) y se obtuvieron bajas tazas de inflación.

Sin embargo, el desempleo creció, el subempleo aumentó, el empleo adecuado bajó, la informalidad se incrementó; pero sobre todo la pobreza se mantuvo prácticamente incólume. Es decir, el modelo solo acrecienta la desigualdad en la distribución de la riqueza, y el chorreo es percibido como las migajas que arrojan los ricos a los pobres. Sin embargo, Alan García, nos vuelve a “invitar” a repetir el mismo plato, que ya conocemos y que solo significa beneficio para los ricos.

LOS SILENCIOS QUE TRANQUILIZAN A LOS NEOLIBERALES

Con la lógica neoliberal en la que se sostiene el nuevo gobierno aprista, el mensaje presidencial tuvo obviar cualquier anuncio que podría afectar las expectativas de ganancias de las empresas transnacionales. Por ello, las marcadas ausencias que a continuación pasamos a reseñar:

a) ¿Para qué mencionar el candente tema del TLC, si el Apra, la derecha y el fujimorismo están de acuerdo y sólo falta que el congreso de los EEUU, lo apruebe?. ¿Para qué tocar su renegociación si eso sería una mala señal para el congreso norteamericano, las empresas mineras y otros actores neoliberales?.

b) ¿Para qué plantear la revisión de los contratos de estabilidad tributaria, exigir la aplicación universal de las regalías mineras y el impuesto a las sobreganancias, si todo ello puede ahuyentar a la inversión extranjera?. Mejor es mantenerles esos beneficios que otorgó el fujimorismo y otros como la reinversión de las utilidades libres del pago del impuesto a la renta (como es el caso actual de Cerro Verde), de la doble depreciación, de la depreciación acelerada, que también son deducibles del Impuesto a la Renta; las exoneraciones tributarias a las ganancias de capital en la Bolsa de Valores, a los intereses de los depósitos para no ahuyentara los capitales especulativos

c) ¿Para qué plantear una auténtica reforma tributaria para que quienes ganan más paguen más, es decir que se sustente más en los impuestos directos y no en los indirectos (IGV, ISC, otros); si las transnacionales exigen la menor cantidad de impuestos para invertir?

d) ¿Para qué plantear una nueva lógica presupuestal que fortalezca el mercado interno que plantee también una nueva lógica de gasto público que incremente sustantivamente la inversión pública (productiva y social), si ello puede poner en peligro el pago puntual de la deuda externa?.

e) ¿Para qué plantear el fortalecimiento de Petro Perú, para que recupere su presencia en toda la cadena del Petróleo (exploración, explotación, refinería y venta); y la defensa de Sedapal, si son los ganchos para las incrementar la IED?.

f) ¿Para qué proponer bajar los precios de los combustibles, lo cual implicaría plantear un nuevo rol de Estado en la comercialización de los hidrocarburos y en especial la Ley 26221 de 1993 que privatiza estos recursos?

g) ¿Para qué plantear la vigencia de la constitución del 79 o la derogatoria de la del 93 (sobre todo su capítulo económico), si ella es la base en la cual se sustenta el predominio del libre mercado, libre comercio y las garantías para las IED?.

h) ¿Para qué convertir en políticas de Estado las recomendaciones y conclusiones de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, sino ello lleva aun cuadro de deterioro y de las malas relaciones con los altos mandos del FFAA.?; y, para qué plantear la lucha sin cuartel a la corrupción y contra la impunidad y exigir la extradición de Alberto Fujimori, si ello puede llevar a perder al apoyo de los congresistas fujimoristas?.

En resumen, son estos los silencios que explican por qué uno de los Vicepresidentes de la socialdemocria (Alan García), no solo ha realizado un viraje radical hacia las derechas, sino que se ha convertido en el gran constructor de una magna alianza que van desde los neoliberales criollos y los poderosos intereses foráneos en el país (empresas transnacionales), pasando por los organismos financieros internacionales (FMI, BM, BID) y que llegan hasta el gobierno del país mas poderoso del planeta. A ello hay que sumar el inconfundible tufo neoliberal que emana del nuevo gabinete neoliberal con presencias inauditas como las de Rafael Rey.