Padre Marco Arana exige que Yanacocha respete derechos de los campesinos

2006-07-27 00:00:00

“Frente al conflicto con la actividad minera, Cajamarca reclama más respeto y más democracia; que la minera Yanacocha no corrompa ni divida las organizaciones, que no amenace a la agricultura y la ganadería, que respete el derecho al agua y a sus tierras de los campesinos; pero sobre todo, los cajamarquinos no queremos ver como se va la riqueza y solo nos queda la pobreza”.

Quien así se expresa es el padre Marco Arana, una de las personalidades más reconocidas por su tenaz defensa del medio ambiente y de los derechos sociales y económicos de la población cajamarquina en el conflicto social que enfrenta con la empresa minera Yanacocha. El padre Arana, dirige el Grupo de Formación e Intervención para el desarrollo sostenible, GRUFIDES, y participó como uno de los principales expositores en la reciente escuela campesina que realizó la CCP en Cajamarca.

“Este conflicto tiene sus raíces en la prioridad que el gobierno de Fujimori y Toledo han dado a la minería por encima de ganadería y la agricultura, como parte de un modelo exportador de recursos naturales que desprotege y desconoce los derechos de las comunidades”, explica el padre Arana. Agrega que la minería obliga a las comunidades a vender sus tierras bajo amenaza de expropiación o con juicios, y de es manera las comunidades se ven desprotegidas en su derecho a la propiedad de sus tierras.

El otro gran problema con la minera Yanacocha es el agua, pues esta empresa mueve 600 mil toneladas de roca al día y utiliza tres metros cúbicos por cada tonelada, lo que significa un consumo extraordinario de este recurso. Para apropiarse del agua, la empresa divide a las comunidades y el Estado tampoco garantiza la calidad ni la cantidad de agua suficiente a la población y a las comunidades, señala el representante de GRUFIDES.

La población busca cambiar la relación con una actividad minera que recibe subsidios e incentivos, y para ello exige que no se siga abusando de sus derechos fundamentales como su acceso al agua y que la minería genere un auténtico desarrollo, y que no solo beneficie a un grupo económico, sostiene el padre Arana.

Con relación al rol de las organizaciones sociales y campesinas, destacó que a pesar de la división que promueve la empresa minera, se han dado importantes avances en materia de organización, capacitación y de información. Agrega el religioso que “Ahora los campesinos ya no se creen el mensaje que quiso vender la empresa de que la nueva minería no contamina, saben que eso es muy perjudicial sobre todo cuando no hay mucho control social ni desde el Estado”.

Asimismo planteó algunas propuestas como es la culminación de los estudios de zonificación ecológica, el ordenamiento territorial, que Yanacocha pague regalías y que se mejore la recaudación del canon pues varias empresas que trabajan en la minería no pagan este derecho; y también demandó a las autoridades que no malgasten estos recursos pues hay serios indicios de corrupción y malos manejos por parte de las autoridades apristas del gobierno local y regional.