Moción al X Congreso Nacional
I. INTRODUCCIÓN
La Mujer Campesina se ha generado un espacio de reflexión y trabajo en todos los niveles y estructuras de la Confederación Campesina del Perú (CCP).
Su labor destacada no ha sido al margen de las luchas emprendidas a lo largo de su historia, ha participado en las luchas por la reforma agraria, en la etapa post reforma, en las luchas por la recuperación de tierras para las Comunidades Campesinas, en la lucha por el rescate de la democracia; y la democratización de los gobiernos municipales y por la descentralización del país.
En la actualidad viene luchando conjuntamente con los varones por la defensa del medio ambiente y en el conflicto agro minería por el derecho al territorio, principalmente, el agua que tienen su origen en los territorios de las Comunidades Campesinas. El anteproyecto de Ley de Comunidades Campesinas presentada por las cuatro centrales, campesinas e indígenas, entre ellas la CCP. Por su relación con el mercado interno, tanto en su rol de comercializadora minorista y su rol de consumidora, ha incidido también en el tema Tratado de Libre Comercio y su impacto en la pequeña agricultura; así como ha estado activa en la campaña peruana frente al TLC, principalmente a través de talleres, foros, escuelas congreso regionales o provinciales.
En la segunda escuela nacional campesina de la CCP en el tema Género y Mujer Campesina, participaron activamente las lideresas mujeres tanto exponiendo sus experiencias, como las de San Martín, con su Agenda Mujer Regional, las de Cusco, su experiencia de los Centros Comunales de Seguridad Alimentaria (CECOSA), que trabajan en el tema de seguridad alimentaria; de Junín con su experiencia de ser Presidenta de Conveagro, una articulación que está trabajando la agenda agraria de Junin, donde se juntan, Federaciones territoriales, la Central Regional Yachaq Mama, organizaciones por línea de productos, ONGs, universidades y otras instituciones; Puno, con su experiencia de las Asociaciones de Artesanas que da ingresos económicos a las mujeres campesinas y Piura, con iniciativas de pequeños negocios de mujeres, también para generar ingresos económicos.
Las organizaciones de mujeres vienen avanzando en su organización y en su participación en los espacios públicos y gremiales.
La discriminación positiva que aprobó el IX Congreso de que el mínimamente el 30% fueran delegadas mujeres en la dirección, no se ha adoptado en las federaciones departamentales; en estas todavía sólo se les considera en 2 ó 3 dirigentes por federación base.
Como organizaciones departamentales de mujeres, destacan las experiencias de la Asociación Departamental de Mujeres Campesinas de Puno (ADEMUCP), la Secretaría de Organización de Mujeres de Cusco – SOMUC- Departamental, la Central Regional de Mujeres Yachaq Mama (Junín), la Central Departamental de Mujeres de Cajamarca, la Federación de Mujeres de San Martín, la Federación Departamental de Mujeres de Ayacucho (FEDECMA), organización recientemente afiliada a la CCP.
También existen en Huancavelica, Arequipa y Piura, federaciones de mujeres provinciales o distritales, pero no tienen articulación departamental.
Todas estas organizaciones departamentales, trabajan conjuntamente con las federaciones mixtas, pero su quehacer central, siguen siendo las demandas específicas de las mujeres, tiene en su base los clubes de madres, organizaciones del vaso de leche, comités de mujeres, asociaciones de familiares de desaparecidos, que están centradas en la lucha por los derechos de las mujeres, derecho a la vida, la salud, la educación, vigilancia de los programas sociales..
Las mujeres campesinas, si bien participan en las reuniones mixtas, su participación activa, la que le da poder de decisión, no están todavía al nivel que debería, sus plataformas específicas, están siendo integradas más como demandas para las familias campesinas, para resolver los problemas de las necesidades básicas y no tanto para resolver los problemas de sus necesidades estratégicas, las que tienen que ver con el desarrollo como personas, ciudadanas y participar en los espacios públicos. La mayoría de regidoras campesinas, están más directamente vinculadas con los programas sociales y en estos espacios también sufren una doble marginación por ser campesinas, indígenas y por mujeres.
Luego del V Encuentro nacional, previo al IX Congreso, la CCP ha desarrollado con el apoyo de FOS-Bélgica, una consultoría sobre el trabajo de mujer campesina a cargo de Rosa Guillén, especialista en género, una Sistematización del trabajo de Género y Mujer Campesina y un Taller de Planificación de Género de CCP. Evaluando estos avances realizados, incluyendo una plataforma priorizada, consideramos que lo que nos ha hecho falta es un plan de acción para brindarle a las mujeres campesinas, la igualdad de oportunidades. Plan de acción, que incorpore campañas, alianzas estratégicas con las organizaciones de mujeres de otros gremios e instituciones especializadas. Plan de acción con metas, que nos permitan seguir avanzando en esta tarea que tiene un entorno social desfavorable, porque la discriminación social es muy fuerte.
Se ha realizado el VI Encuentro Nacional de la Mujer Campesina preparatorio del X Congreso Nacional, que va a contó con la participación de destacas dirigentas mujeres, tanto del Comité Ejecutivo Nacional, dirigentas mujeres de las federaciones base y las organizaciones de mujeres; con la finalidad de prepararnos en el debate programático sobre la problemática de la mujer, debido a que en el Congreso si bien también habrá como en todos los congresos, una Comisión de Mujer Campesina, las delegadas mujeres, también deben participar en todas las demás comisiones del Congreso para darle un enfoque de género a las conclusiones de los ejes programáticos del Congreso.
En esta Comisión de la Mujer del X Congreso, se acordarán propuestas, estrategias y plan de acción para que los trabajos y sus liderazgos de las mujeres campesinas sean incorporados en la plataforma general y asumidos por la dirección nacional.
II. CONSIDERANDOS
A nivel económico
2.1 . Que la mujer, es alrededor de la mitad de la población peruana, la que sufre junto con su familia la extensión de la pobreza, la que alcanzó en el 2004, el 57.7 % de pobres, según el informe del INEI. Los sectores rurales con mayor población dedicada a la agricultura y donde se realizan millonarias explotaciones de nuestros recursos naturales como la minería y la industria maderera, como son: Cajamarca (74.2%), Ayacucho (64.9%), Piura (60.9%), Ancash (55.3%), Ucayali (55.8%), Huancavelica (84.4%). Del total de mujeres peruanas el 27.4 son mujeres rurales.
La mujer campesina se ve afectada por la creciente amenaza de la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, ven amenazada la soberanía y seguridad alimentaria, por la invasión de productos alimenticios con precios subsidiados desde sus países de origen. En los 15 años de neoliberalismo hemos visto como han caído los precios de los productos agropecuarios y como han disminuido los mercados internos, la economía campesina ha sido fuertemente afectada y se encuentra en crisis. Una crisis que afecta la calidad de vida de la población. Frente a este flagelo, las mujeres campesinas han venido buscando alternativas para incrementar el ingreso familiar o para aportar a la seguridad alimentaria de sus familias. Pero el tema de la soberanía alimentaria, es que los productores tengan el derecho de sembrar lo que se produce en la zona y que la población consuma los que los agricultores peruanos producen.
Muchas mujeres en edades reproductivas de 15 a 49 años, del área rural, con menor nivel educativo y ocupadas en la agricultura, no reciben dinero por su trabajo, esto es el 72.70% de las campesinas y el 6.30% de comerciantes. Esto se produce debido a que el negocio es familiar y a la esposa o pareja se le considera como trabajo gratuito.
La falta de pequeña industria de transformación y el no darle valor agregado a los productos hace que la mayoría de varones y mujeres jóvenes, se alejen de sus pueblos y opten por continuar su educación lejos de sus raíces o por el servicio doméstico, donde son maltratadas en todo sentido, pero algunas tienen la oportunidad de estudiar.
2.2 La mujer sufre una doble discriminación por campesina, indígena y por mujer. Las mujeres son mayoritariamente pobres y excluidas, tienen negados sus derechos humanos, existe sobre ellas una discriminación cultural, étnica, de género, política y esta pobreza está asociada a diferentes formas de privaciones. Las mujeres cumplen un triple rol en la sociedad, como son: madre, trabajadora y en los trabajos comunitarios, como pobladora, y se incrementa aún más la jornada cuando se trata de una lideresa. También es la enfermera en caso de enfermedad de los hijos, esposos y familiares ancianos que vive en su casa.
2.3 La salud de la mujer rural se ve mayormente afectada porque es la última de la familia que asiste a un doctor, cuando está enferma, sea por falta de recursos o por la lejanía de las postas médicas. Su salud se deteriora más rápidamente por participar en todas las fases de la producción agropecuaria, desde la siembra, barbecho, cosecha, es la que separa las semillas para la próxima cosecha y además es la que atiende las necesidades básicas del hogar, como son agua, leña, alimentación de toda la familia. Las enfermedades sexuales son ignoradas hasta que ya es muy tarde para atenderse. La atención en las postas médicas para las embarazadas, generalmente está muy lejos de su hogar y el parto se realiza al estilo occidental, sin contemplar sus costumbres y tradiciones culturales, que es vertical, para facilitar el nacimiento del bebé. En muchas provincias y distritos los profesionales de la salud chantajean a las mujeres, si no van a hacerse un chequeo y dan a la luz en la posta, no inscriben a sus hijos al nacer, acto que no está reglamentado por ninguna autoridad de la salud.
2.4 Educación, también tiene menos oportunidades de culminar sus estudios, debido a que debe ayudar a su madre en las tareas del hogar, siempre dan preferencia al varón, que se supone va a ser jefe del hogar, aunque hay un 27% de hogares que tienen como jefa de hogar a una mujer. La educación para adultos, no respeta los horarios, ni hay una metodología adecuada para interesar a las mujeres a estudiar. Debido a que las mujeres son las que más están en el entorno privado, hablan muy poco el castellano y tienen también la misma desventaja del idioma nativo, sea quechua, aymara u otros, para relacionarse con las autoridades de la zona. La mayoría de analfabetos son mujeres, existe al 2001, el 17.9 % de mujeres analfabetas frente a un 6.1% de varones.
2.5 La violencia doméstica es uno de los mayores flagelos de nuestra sociedad, aunque existe una legislación que defiende los derechos de las mujeres y su oportunidad de hacer denuncias. La legislación sobre violencia doméstica, es muy urbana, parte del criterio que en todos los lugares del Perú existen las instituciones designadas para atender los casos, como son la DEMUNAS, COMISARIAS DE MUJERES, pero generalmente en los ámbitos rurales más alejados a veces no hay ni comisarías y las autoridades como gobernadores y jueces de paz, al ser varones, su única labor que realizan es disuadir y echarle la culpa a la mujer de la violencia generada, lo más que hacen es llamarle la atención al varón suavemente y que prometa en ese momento no volverlo a hacer.
2.6 La violencia política. De acuerdo con las cifras recogidas por la Comisión de la Verdad y reconciliación, durante el conflicto armado que vivió el Perú en las décadas pasadas, el número de mujeres muertas y desaparecidas constituyó el 20% del total de casos registrados. Las mujeres afectadas directamente por muertes, violaciones de derechos humanos y otros hechos es claro y similar al encontrado en los hombres. En su gran mayoría fueron quechua hablantes de la zona andina (73%), principalmente de Ayacucho (51%), analfabetas (34%) y jóvenes (el 48% tenía entre 20 y 30 años) y el 8% eran niñas menores de 10 años; su ocupación principal era la agricultura, el comercio y sus casa. El 80% vivía en zonas rurales.
2.7 Participación Política. Las mujeres campesinas han luchado al igual que los varones para la descentralización del país y por una mayor participación política de los sectores mayoritariamente excluidos de nuestro pueblo. Pero todavía son muy pocas las mujeres que acceden a los espacios públicos, como son: Presidencias de las Comunidades Campesinas, Consejos Menores, en los gobiernos locales, se encuentran ya mujeres campesinas regidoras, como es el caso de Puno y Huancavelica entre otros; pero la mayor parte si bien provienen del área rural, son profesoras. En el Congreso de la República, una sola mujer proveniente de Puno, es congresista campesina. La lucha por la representación política, ha dado un salto al señalar que el 30% de la lista de candidatos debe ser mujer, pero todavía estamos luchando por la alternancia, que quiere decir que deben estar cada dos varones, una mujer.
En los gremios mixtos, es todavía sólo en la dirección nacional que se exige que sean mínimo un 30% de dirigentas mujeres, más no es así en las federaciones departamentales, donde el promedio es de dos compañeras por dirección departamental.
Uno de los espacios públicos donde tienen un puesto, es el Consejo de Coordinación Regional (Gobierno Regional) y los Consejos de Coordinación Local (Gobiernos Locales), pero en la mayoría actúan en forma individual, salvo el caso de Junin donde la Presidenta de la Central Regional de Yachaqmama (CRYM), ha tomado la iniciativa de organizar a las organizaciones de mujeres de la región para debatir y acordar con ellas lo concerniente a sus propuestas y decisiones. En la mayoría de los casos, la participación es individual y la capacidad de propuesta disminuida, para incidir en las políticas públicas de los gobiernos regionales y locales. Para poder participar, es necesario tener la personería jurídica actualizada y en muchos casos por manipulación eligen a dirigentas no representativas que están aliadas a los poderes regionales.
III. ACUERDOS:
1. No a la profundización del neoliberalismo, con la firma del Tratado de Libre de Comercio entre los gobiernos de Estados Unidos y Perú. Campaña de firmas por el Referéndum para decidir sobre le TLC. Inversión Pública para la pequeña agricultura e iniciativas productivas.. Promoción de pequeñas industrias de transformación de productos alimenticios y de artesanía, para la creación de empleos. Reconocimiento y remuneración al trabajo de la mujer campesina.
2. Defensa de la Soberanía Alimentaria, preservar la producción y la vida del campo, frente a una cultura alimenticia agricultura dependiente de los productos transnacionales, que atenta no sólo contra la soberanía alimentaria, sino contra la vida misma. Creación de un Banco de Semillas Andinas. Campaña de consuma lo que el campesino peruanos produce. Un Programa de Seguridad Alimentaria con participación de los actores sociales. En el ámbito de las Comunidades Campesinas replicas de los Centros Comunales de Seguridad Alimentaria, iniciativa de la FDCC-IAA..
3. Profesionales de la salud, que conozcan el idioma y la cultura de la zona en que trabajan. Eliminación de la multa por no dar a luz en las postas médicas. Capacitación y reconocimiento a las parteras de las zonas rurales. Formación y Capacitación para las promotoras de salud. Presupuesto para las postas médicas para la adquisición de medicamentos. Capacitación, reconocimiento y programas para promover la medicina tradicional. Sensibilización a la población femenina para que asista a los centros de salud a atender su salud. Creación de una Ley que promueva la unificación de los Hospitales, potenciando la infraestructura y los profesionales que ya existen. Seguro Médico permanente a la población campesina.
4. Educación gratuita y vigilancia para que todas las personas en edad escolar acudan a la escuela. Programas de Educación apropiados para las zonas rurales. Institutos técnicos con infraestructura suficiente para el trabajo de campo de los y las estudiantes. Reglamentación de que los Educadores tengan conocimiento de la lengua y de las costumbres de la zona en que trabaja. Alfabetización para los adultos en base a programas que integren la realidad en la que viven las mujeres y en los horarios adecuados. Capacitación tecnológica en horarios apropiados para las mujeres para que accedan a los puestos de trabajo o creen puestos de trabajo, pequeñas industrias.
5. NO A LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER. Modificación de la Ley sobre Violencia Familiar, ya que ha sido elaborada con una visión urbana y centralista. Promoción de las Defensorías Comunitarias, como una institución que está más cerca de las poblaciones rurales y tienen mayor capacidad para la prevención. Su creación desde los ámbitos de las Comunidades Campesinas y Caseríos, hasta su articulación regional. Dotación de presupuesto para su funcionamiento, que hasta la fecha es un voluntariado, especialmente para la atención de los casos graves e infraestructura para el registro y seguimiento de los casos. Capacitar a los profesionales de la educación y salud para que detecten los casos de violencia familiar y los deriven donde corresponde.
6. Promover los derechos ciudadanos de la mujer campesina, extender la campaña para que obtengan su Documento Nacional de Identidad (DNI), titulación de tierras y saneamiento legal de las tierras de las comunidades campesinas, oportunidad para los créditos y otros programas que requieran la identificación. Para poder participar en las elecciones, elegir y ser elegidas.
Promoción de la mujer campesina en las elecciones generales, regionales y locales, poder de decisión para el cambio social y político de nuestro país. Incorporar la ética y la transparencia, en la política peruana. Alternancia en la lista de candidatos a elecciones.
A nivel gremial, promover la formación y capacitación de la mujer campesina en las escuelas campesinas. Poder de decisión en las direcciones mixtas, capacitación de las lideresas en todos los temas programáticos ejes para el desarrollo. Promover la organización de mujeres, como espacio donde se van formando para nivelarse con los varones y donde socializan el reconocimiento de sus derechos. Supera el 30% de cuota para la dirección nacional, ya reconocido en el anterior congreso.
7. Campaña y compromiso por la justicia y reparación de los afectados por la violencia política, no sólo individual, sino también exigimos inversión pública para la reconstrucción de las Comunidades Campesinas destruidas por la violencia política.
8. Creación de articulaciones de organizaciones de mujeres campesinas, que apoyen el trabajo y el poder de decisión de las representantes mujeres ante los Consejos de Coordinación Regionales (CCR) y los Consejos de Coordinación Locales (CCL).
Participación con propuestas en los espacios de presupuesto participativo. Vigilancia para la aplicación de los acuerdos.
Lima, 22, 23, y 24 de noviembre del 2005