Tras los exitosos paros regionales de Ayacucho y Puno

2005-07-16 00:00:00

La jornada nacional de movilizaciones campesinas, que convocó la CCP y otros gremios agrarios y campesinos, ha sido una clarinada de alerta sobre la situación que atraviesa el agro nacional y un calentamiento de las fuerzas que se vienen preparando para salir a defender nuestra agricultura, la producción nacional y nuestra soberanía ante la amenaza y terquedad del gobierno de persistir en negociar y firmar el TLC con el gobierno norteamericano.

Esta jornada de protesta campesina se inició el 22 de junio y tuvo en dos importantes bases de la CCP como son la Federación Agraria Departamental de Ayacucho, FADA; y en la Federación Departamental de Campesinos de Puno, FDCP, sus principales expresiones de protesta, que en el caso de Ayacucho se extendió por 48 horas. En el caso de Puno, la protesta campesina coincidió con un paro regional de transportistas que paralizaron todo el departamento altiplánico.

A estas jornadas se sumaron luego los productores agrarios agrupados en la Confederación Nacional de Productores Agropecuarios de las Cuencas Cocaleras del Perú, CONPACCP, que el 27 de junio iniciaron una huelga indefinida que se mantenía hasta el cierre de esta edición de Voz Campesina. Los productores de hoja de coca de la zona del Alto Huallaga, han bloqueado carreteras en Huánuco y San Martín y están anunciando una marcha a Lima. Una de sus principales exigencias es que el gobierno suspenda la erradicación forzosa de los cultivos de hoja de coca.

Mientras tanto otros gremios de productores anunciaron que continuaría la lucha en el campo, sobre todo para protestar contra el TLC y para exigir soluciones a su producción sectorial. Este es el caso de los ganaderos, que lanzaron un paro para el día 4 de julio, exigiendo que se elimine el IGV que se aplica a la venta de su ganado. De igual manera, los productores de algodón y arroz, anunciaron movilizaciones también a partir del mismo 4 de julio; estos dos últimos gremios destacando su rechazo a la firma del TLC.

Hay que remarcar que todas estas acciones de lucha que se vienen gestando en el campo y que tiene como protagonistas a los pueblos rurales del Perú Profundo, han tenido un impulso importante luego de la conformación de un Comité Nacional de Defensa del Agro, CNDA, que es integrado por los principales gremios de productores y campesinos, muchos de ellos integrantes del Comité Unitario de Gremios Agrarios, CUNGA. Justamente, ante la debilidad orgánica que enfrenta el CUNGA y el poco compromiso asumido por algunos de sus integrantes para convocar a acciones de lucha que son impostergables, es que surge la conformación del CNDA.

EL GOBIERNO PREOCUPADO EN PREPARA SU RECAMBIO ES INCAPAZ DE RESPONDER A LAS DEMANDAS AGRARIAS

El gobierno de Alejandro Toledo, más preocupado en llegar al 2006 y preparar su recambio, ha sido incapaz de dar respuestas a las demandas de los productores agrarios y campesinos. Sus principales voceros no han cambiado el libreto cuando se trata de enfrentar las protestas y ha recurrido al fácil expediente de ver fantasmas violentistas o terroristas cuando la movilización social se expresa de manera contundente.

De esa manera respondieron a la lucha del pueblo de Espinar y a las luchas campesinas de Cusco, Puno y Ayacucho. Si no son terroristas son narcotraficantes; y por ello, ha recurrido también a criminalizar las luchas sociales, recrudeciendo las penas de cárcel para quienes salen a bloquear las carreteras. Mientras tanto, desde el Parlamento siguen saliendo leyes que favorecen a la corrupción, como aquella que convalida la detención domiciliaria como si fuera prisión efectiva en cárcel. Pareciera que el gobierno quiere curarse en salud.

En realidad, es poco lo que el movimiento agrario puede esperar de un gobierno que no tuvo ningún reparo en someterse sin condiciones a la firma de un TLC a todas luces desventajoso para el país, tal como se encargó de ratificarlo el propio Alejandro Toledo con su famosa e infeliz frase de que el TLC se firmaba “sí o sí”. Por ello, ante la incapacidad de responder a las justas demandas de los hombres del campo, el gobierno recurre a los ataques desesperados o a la política del avestruz, escondiendo la cabeza para no ver a un movimiento social que cada vez ensancha las voces que se oponen a sueños de firmar el TLC con Bush.

Por ello, si bien en la jornada de lucha campesina y agraria que se inició el 22 de junio con las bases de la CCP a la cabeza, no han participado otros sectores productivos como la Junta de Usuarios de riego, tiene que quedar claro, que han puesto de manifiesto la voluntad de una gran mayoría de las organizaciones agrarias de defender la producción nacional y de oponerse a la firma de un TLC que condenaría a desaparecer la pequeña agricultura, a la ruina total de las comunidades campesinas y a la destrucción de nuestros recursos naturales y nuestra rica biodiversidad.