2005-05-21 00:00:00

El entreguismo del gobierno por terminar de entregar al país a las garras del neoliberalismo a través del TLC, empieza a dar muestras de desesperación. No otra cosa demuestran las agresivas campañas publicitarias pagadas con dinero de todos los peruanos, a favor del TLC, que buscan mentir y confundir a la opinión pública, pintando un futuro paraíso de riqueza y desarrollo exportador que solo existe en las mentes afiebradas de neoliberales convictos y confesos encabezados por el presidente Alejandro Toledo y su ministro de Comercio Exterior y antes servidor de Fujimori, Alfredo Ferrero.

Sin embargo, las fuerzas sociales expresadas a través del movimiento sindical, estudiantil, campesino, intelectual, de mujeres, pequeños empresarios, y fuerzas políticas, no solo se incrementan sino que van consolidando niveles de unidad, para enfrentar esta nueva agresión del imperialismo norteamericano y sus testaferros nacionales. Como lo señalamos en nuestra edición anterior, cada vez son mayores las fuerzas sociales patrióticas que no están dispuestas a someterse a este neocolonialismo, y que están dispuestos a librar una batalla frontal contra el TLC, sí o sí.

Toda esta voluntad se ha visto fortalecida por varios factores y acontecimientos políticos que se ha dado no solo en nuestro país sino en otros lugares de América Latina. El reciente Foro Andino, que se celebró en Lima, paralelo a la IX Ronda de Negociaciones del TLC, en el que han participado decenas de organizaciones sociales del Perú, Ecuador, Colombia y Bolivia, ha permitido seguir abriendo el debate a diversos sectores que van entendiendo las dimensiones de la calamidad social y económica que puede causar el TLC si es que llega a firmarse. La presencia de connotados dirigentes y líderes sociales de otros países hermanos, ha contribuido enormemente a esa reflexión.

El Foro Andino, ha contribuido también a gestar una de las jornadas de movilizaciones masivas más importantes en nuestro país contra el TLC. La marcha con la que culminó el evento, las movilizaciones estudiantiles frente a la sede de la ronda de negociaciones, las protestas de los productores agrarios y campesinos, en las que destacaba la presencia de la CCP, han servido también para que aquellos sectores de la opinión pública que aún está confundida, dejen de lado su pasividad y se incorporen a la lucha frente a la imposición del TLC que pretende concretar Toledo, amparado en su misérrimo 8 por ciento de aprobación ciudadana. Incluso al interior del gobierno, hay que destacar la firme posición de la ministra de Salud, Pilar Mazzetti, frente a las imposiciones norteamericanas en el tema de las patentes para los medicamentos.

En el terreno de la organización campesina, también se acrecienta la decisión de enfrentar el TLC; así lo demuestran los paros agrarios regionales que se han desarrollado en Cusco y en Andahuaylas, o en diversos foros organizados por los productores de hoja de Coca o las organizaciones sociales de Apurímac, en donde el rechazo al TLC ha sido contundente. No hay protesta regional en la que no esté presente el rechazo a este nuevo flagelo que se pretende aplicar al país.

A fortalecer estas fuerzas también se orienta la consulta del paro nacional agrario que la CCP está bajando a sus bases, y que será puesta también a consideración del CUNGA. Es evidente que la bandera central de este nuevo paro agrario, es el rechazo al TLC. Para las fuerzas de la CCP, la cosa es clara y no admite dudas: de firmarse este tratado con Estados Unidos, se terminará por destruir lo poco que queda en pie de la agricultura campesina y de los pequeños productores. Por eso, se hace imperioso preparar de manera unitaria y contundente la respuesta del campesinado organizado.

Hay otros factores que devienen del contexto internacional que sin duda contribuirán a fortalecer la lucha contra el TLC. La caída de Lucio Gutiérrez en Ecuador, quien se había constituido en uno de los mejores aliados de EEUU para la firma del TLC, sin duda tendrá serias repercusiones en las negociaciones, tal como ya quedó demostrado en la última ronda de Lima. El nuevo presidente ecuatoriano, Alfredo Palacio se encargó de cuestionar la debilidad del equipo negociador de su país, y si bien ha reconocido quei los acuerdos comerciales son ineludibles, los países no deben negociar en condiciones de esclavitud; y tampoco descarta la posibilidad de convocar a una consulta popular. Por su parte, Rafael Correa, nuevo ministro de Economía, ha sido enfático en su posición de volver a revisar todo el proceso de negociación del TLC.

De otro lado, el reciente IV Encuentro Hemisférico de lucha contra el ALCA, que se acaba de realizar en Cuba, también contribuirá a fortalecer las fuerzas nacionales de los países latinoamericanos que se oponen a someterse a los designios de las estrategias geopolíticas y militares norteamericanas. Ahí están también las grandes movilizaciones de protesta que se desarrollan en Nicaragua, que se oponen a que su congreso ratifique el TLC centroamericano. A ello hay que agregar la posición cada vez más firme del gobierno venezolano de Hugo Chávez de rechazo al ALCA y su propuesta de constituir la Alternativa Bolivariana para América Latina, ALBA.; la persistente movilización social del pueblo boliviano en rechazo al neoliberalismo y al libre comercio; y la resistencia de las organizaciones campesinas de Colombia.

Como se puede ver, si el gobierno corrupto, decrépito y desacreditado de Alejandro Toledo, creyó que la firma del TLC era pan comido, está totalmente equivocado. Y si quiere persistir en su despropósito, debería haber escuchado la consigna lanzada por la CCP durante la marcha del 21 de abril: “Gutiérrez ya cayó, Toledo escucha, no al TLC “.