La transición democrática está bloqueada por la política económica neoliberal que implementa el Gobierno de Alejandro Toledo, pues se incrementa el descontento popular y la exclusión, la pobreza, el hambre, la miseria, la corrupción; y seguimos sin una visión de País. El cogobierno (PP-APRA-UN) y el llamado acuerdo Gobernabilidad no ha resuelto los problemas de agro ni ha atendido la agenda agraria. Más bien ha profundizado la ingobernabilidad, han apañado la corrupción y la impunidad de quienes han violado los derechos humanos como el fugitivo Fujimori y Alan García, en el caso de los penales.
El congreso de la Republica y el Ejecutivo han perdido legitimidad y continúa la crisis de representación política. Al movimiento popular y fuerzas políticas progresistas nos toca desbloquear la transición democrática. El Premier Ferrero ha informado que la hoja de ruta ha cumplido sus metas, pero en el agro no vemos los resultados; en el campo la economía no chorrea; el agro continúa marginado en el presupuesto del 2005; no hay renovación ni cambio en política agraria, tampoco se genera empleo; y encima quieren firmar un TLC con EEUU a cualquier precio con el cuento de que va generar empleo, pero la pequeña agricultura será la más afectada.
La famosa “Carta Verde” del Gobierno no se cumple, pues el ministerio de Agricultura no tiene poder de decisión y depende Economía y Finanzas. No se atiende la Plataforma del CUNGA, que plantea elevación de los aranceles para corregir las distorsiones que generan las importaciones subsidiadas, aumento de la inversión pública para el desarrollo rural; y financiamiento. Está en marcha la privatización de los bosques, el agua y las pocas empresas estratégicas. Ahora han creado el INDEPA porque ha fracasado el CONAPA por responsabilidad de la Primera dama de la Nación Frente a ello hay que exigir la aprobación de la nueva Ley de Comunidades Campesinas y nativas.
Es urgente una nueva voluntad política de los gobernantes que cambien su postura en 2005 y modifiquen su política económica vigente caso contrario seguirá el crecimiento de la desigualdad y exclusión social. Es también urgente construir una alternativa política nacional descentralizada y renovada que representen a los pobres del campo y a la ciudad; impulsar las experiencias de autogobierno local, para que las autoridades gobiernen obedeciendo al pueblo organizado, respetando sus derechos y valores fundamentales, como ya se viene dando en algunas experiencias de las zonas rurales; es decir, con democracia participativa y con justicia social.