El movimiento social disgregado y fracturado por diferentes causas, después de décadas trató de unificar sus voces y movilizaciones fragmentadas, para responder como una sola fuerza en contra de la política económica neoliberal, corrupta y agobiante, heredada de la mafia fujimontecinista. El sucesor, Alejandro Toledo, poco o nada ha sabido hacer para solucionar los grandes problemas y demandas del país, como la generación de empleo, la atención del agro como prioridad A-1, y la lucha frontal contra la corrupción.
Por el contrario, el Presidente y su entorno –que incluye a su familia, amigotes y colaboradores más cercanos- están cada vez más envueltos en escándalos y denuncias de corrupción; y si bien ya no hay un Montesinos, si hay otro ex asesor y abogado personal, inculpado por ser parte de una nueva mafia corrupta. Todo esto ha contribuido a crear un escenario cuyo desenlace no descarta la vacancia presidencial, como lo vienen planteando diversas organizaciones y partidos políticos; aunque tampoco se descarta un adelanto de elecciones, como sucedió en Argentina con De la Rúa.
En este contexto, el Paro Nacional del 14 de julio, expresa un rotundo fracaso y golpe político al gobierno de Toledo; y ha permitido avanzar hacia una nueva correlación de fuerzas gremiales con la CGTP a la cabeza, y dentro de ella, la CCP, que movilizó sus bases en diversos puntos del país durante el paro nacional. Importante participación se dio en sur andino con Cusco, Puno, Moquegua y Arequipa, cuyas bases campesinas contribuyeron a bloquear carreteras y convocar movilizaciones.
Lo mismo ocurrió en el centro, donde en el departamento de Junín, la FEDECCIJ; y en Huancavelica la FEDECCH –una de las bases más importantes de la CCP- jugó un papel fundamental en este paro nacional. Después de su exitosa movilización campesina del 24 de junio, la FEDECCH no solamente está exigiendo el rechazo a la política económica del gobierno, sino que también viene reivindicando las demandas regionales y la legitimidad de su representación social y gremial ante el pueblo huancavelicano, y defensora de los derechos de las comunidades campesinas de Huancavelica.
Este movimiento campesino espera por tanto que el mensaje del Presidente Toledo encare la inmediata convocatoria a una Asamblea Constituyente, que elabore una nueva Constitución que defienda la soberanía nacional; que se suspenda las negociaciones del TLC con EEUU, hasta que el pueblo sea informado adecuadamente y determine bajo su referéndum si está de acuerdo o no con el TLC. Si Toledo no afronta estos temas, el pueblo no aguantará más y retomará sus movilizaciones y nuevos paros nacionales. Asimismo, no sólo estará en cuestión su continuidad en el gobierno sino que deberá someterse a la justicia para que se aclaren los hechos de corrupción que lo involucran.