Segunda Asamblea Internacional de Mujeres Campesinas e Indígenas, 11 al 14 de junio, São Paulo, 2004
Una vez más las mujeres del mundo campesino e indígena se reúnen para discutir las temáticas coyunturales de la situación política social que acontece en el sector a nivel internacional. La inauguración del evento se realizó la noche del 11 con una mística que muestra la visión que tienen las mujeres ante la constante explotación del imperio capitalista y sus políticas de libre mercado.
Canciones, homenajes, consignas acompañan a las mujeres en el levantamiento y proclama de las banderas de lucha, que por tanto años han ido de la mano en esta construcción organizacional que vela por la representatividad y la equidad de género.
Mujeres de América del Sur, del Norte y Central, Africa, Europa, Asia, El Caribe y la comunidad Arabe muestran la diversidad de culturas y naciones que no hace oidos sordos ante las inhumanas condiciones que el mercado instaura en el campesinado. Ellas quieren organizar la lucha, la tierra, los alimentos, la dignidad y la vida; quieren generar revolución, una revolución que va más allá, que se inicia con el análisis y las acciones comunes, donde prevalece la construcción colectiva, donde el pilar fundamental es la organización mundial.
La construcción del mundo campesino, fortalecido a través de la Vía Campesina, se realizará desde el punto de vista femenino, así el caminar de este proceso lo harán todas y todos; los jóvenes, las mujeres y los hombres, estas instancias son la oportunidad para replicar la necesidad de transmitir una lucha común que represente a todo el mundo campesino e indígena.
La inauguración continúa y luego del correspondiente saludo de bienvenida se generan tres momentos trascendentales dentro de la ceremonia de inicio de la Asamblea. Uno de ellos se produce cuando las mujeres de todos los continentes, de todos los países y localidades caminan hacia el escenario para poner como ofrenda sus productos y semillas, los que junto a cada bandera de lucha campesina se transformarán en los símbolos que acompanen a la madre tierra con su naturaleza, con su campo, en el andar de este proceso de reflexión.
La segunda instancia importante se gesta cuando Rafael Alegría, Coordinador de la Secretaría Operativa Internacional de Vía Campesina, realizá un recuento histórico del proceso vivido por las mujeres dentro de la organización. El dirigente entrega su homenaje a mujeres claves en la formación del movimiento y a companeros/as que ya no están presentes. El camino de construcción organizativa de las mujeres del campo parte en 1997 con el primer Encuentro Latinoamericano de Mujeres, donde se asume el compromiso de realizar una articulación entre las organizaciones latinoamericanas. Luego en 1999 en Seatle, en el marco de las negociaciones de la Organización Mundial de Comercio (OMC) las mujeres hacen su primera declaración donde condenan al sistema neoliberal, la consigna que las acompana en esa ocasión es: “Gracias OMC por permitirnos reunir”. Posteriormente en el ano 2000 en Bangalore se realiza la I Asamblea Mundial de Vía Campesina, el objetivo era tener 50% de mujeres y 50% de hombres particpando activamente en el proceso de construcción, se cumple y se logra establecer equidad de género. Durante los anos posteriores se realizan en diferentes partes del mundo encuentros de mujeres campesinas e indíegas, Chile y España fueron puntos de reunión, además de diversidad de manifestaciones; por ejemplo en Bolivia se le da una perspectiva de género a la lucha de la Reforma Agraria, en CanCún se levantan contra la OMC, en Korea se cortan el pelo en senal de protesta contra la misma entidad comercial... y hoy, junio del 2004 se reunen un centenar de mujeres del agro para plantearse los futuros lineamientos de lucha colectiva.
Rafael Alegría culmina la reconstrucción de la memoria histórica del trabajo de las mujeres con una frase que resume lo acontecido durante estos anos: “Se ha logrado un gran avance en materia de género, en el proceso político de articulación entre hombres y mujeres... hoy caminamos juntos y construímos a la par, globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza”.
El momento que demarcará el término de una jornada llena de emociones, verdad y esperanza, será el saludo que las representantes de cada país darán a la Asamblea; mujeres de Chile, México, Indonesia, Mosambique, España, País Vasco, Palestina y Nicaragua, expresan sus deseos de luchar contra el sistema capitalista, contra la injusticia, contra la ocupaciones militares, contra la represión y las diversas políticas comerciales que lo único que pretenden es apoderarse de todo lo que pertenece a cada cultura... las mujeres proclaman que no permitirán que la mano del imperialismo domine la tierra, lucharán por la Soberanía de los pueblos del mundo, porque ellas son las guardianas de la vida.