Frente a problemas comunes
La aplicación del modelo neoliberal no sólo en América Latina sino en muchos países pobres del mundo, genera una serie de problemas que son comunes a los jóvenes y campesinos indígenas y rurales. La migración, la falta de oportunidades para las jóvenes generaciones campesinas, sistemas de educación inadecuados a la realidad rural y la ausencia del apoyo de los Estados en la prestación de servicios de salud y espacios de recreación, resumen de alguna manera las dificultades que tienen que afrontar la juventud rural.
Las diversas experiencias que se han presentado e intercambiado en la primera Asamblea Mundial de jóvenes campesinos, muestran esta dura realidad que se da sobre todo en los países andinos y en general de América Latina. En México, por ejemplo, 4 de cada 10 jóvenes rurales tienen que abandonar el campo, migrar a las grandes ciudades y convertirse en la mano de obra que requieren las empresas, sobre todo norteamericanas.
Un sector importante de la migración juvenil rural la constituyen las mujeres, quienes además en sus propias comunidades y poblaciones sufren mayor marginación respecto a la educación y acceso a las pocas oportunidades existentes. En efecto, un alto porcentaje de analfabetismo en sector rural, está conformado por las mujeres campesinas.
Los problemas sin embargo, están íntimamente relacionados, tal como lo explicaba una dirigente de las mujeres campesinas de Brasil. La privatización de la educación impuesta por el modelo neoliberal, no sólo margina a los pobres sino que impide que se impulsen programas de educación que respondan a la realidad del campo. Al no existir una educación para satisfacer las necesidades del campesino, disminuyen sus oportunidades y se ven obligados a migrar a las grandes ciudades, donde tampoco tienen alternativas.
Frente a este abandono por parte de los gobiernos, son las propias organizaciones campesinas las que han tenido que fomentar programas de alfabetización y formación de cuadros dirigenciales. En América Central y el Caribe, sólo en Cuba y Costa Rica, es obligatoria la educación primera y secundaria, explica una joven campesina hondureña. Además, agrega, el campo ya dejó de ser atractivo sobre todo para los jóvenes porque la agricultura ya no es rentable y eso incrementa el desempleo rural.
El tema de la salud, la ausencia de espacios de recreación y la identidad cultural son ubicados por los jóvenes campesinos como aspectos fundamentales a los que se tienen que afrontar y generar alternativas desde los movimientos campesinos. La salud está privatizada en muchos países de América Latina y en el campo no se tiene acceso a esos servicios; los jóvenes carecen de espacios de recreación y además deben asumir diversos roles y responsabilidades a temprana edad.
Frente a esta problemática, la juventud rural ha iniciado un fructífero debate y reflexión para tratar de generar alternativas desde sus propias organizaciones y definir estrategias que les permitan concretarlas. Son conscientes, además, que para lograrlo se requiere fortalecer la articulación de sus organizaciones en todos sus países; así como crear mayor conciencia y formar ciudadanos rurales que sean sujetos y protagonistas de su propia historia y con capacidad para transformar la actual realidad.
Por ello, han destacado la importancia de haber convocado a esta primera asamblea mundial de jóvenes, pues les permite no sólo intercambiar experiencias y realidades, sino plantear soluciones comunes; propuestas que serán llevadas al seno de la Vía Campesina para ser incorporadas como parte de su agenda de lucha y movilización.