La provincia de la Convención y el aledaño valle de Lares, en el departamento de Cusco – Perú, en los años 60 fueron escenario de una lucha campesina contra los grandes latifundistas. Esa lucha, que incluyó la autodefensa campesina armada, logró que la tierra de los hacendados pasara al poder de los campesinos oprimidos por aquellos; y luego la Reforma Agraria a nivel nacional, que realizó el gobierno de Juan Velasco Alvarado.
En la zona de la Convención y Lares, el gobierno de Velasco organizó cooperativas de comercialización del café, y en el distrito de Huayopata, del té. Desgraciadamente esas cooperativas fueron establecidas con reglamentos no democráticos que favorecían la burocratización, la que se extendió a otros valles de la zona en las que –salvo honrosas excepciones- la mayoría de los cuerpos directivos y los funcionarios se enriquecieron y enriquecen robando a los campesinos productores, a veces hundiendo a las empresas.
En el distrito de Huayopata, desde la época de los hacendados, se producía un té de excelente calidad, célebre nacionalmente. Esa celebridad, en esa época, estaba basada en la explotación a adultos y niños, quienes se ocupaban del cultivo y la elaboración del té. Con la posesión de la tierra, la situación del campesinado en la Convención y Lares, mejoró notablemente. Pero paulatinamente surgieron capas privilegiadas de las dirigencias de las cooperativas.
En Huayopata, se formaron una mafia tras otra, que se encaramaron en las directivas de las 7 cooperativas tealeras y en la central “Te Huyro” que las agrupa. Esas gavillas se enriquecieron a costa de la opresión al campesinado y del hundimiento de las empresas, las que han sido sumergidas en la crisis. Al lado de las cooperativas en bancarrota, ahora se yergue una empresa privada: “Te Herby” de propiedad de un antiguo servidor de “Té Huyro”.
El té no se vende directamente al consumidor, tiene que ser previamente procesado. “Té Herby” se frota las manos entendiendo que el hundimiento de las cooperativas y su central harán que monopolicen la compra de la materia prima a precios ínfimos. La miseria que se vive en la zona, ha provocado el éxodo de la juventud y de muchos adultos que van a lugares menos miserables del Perú a trabajar.
Los campesinos que quedaron, la mayoría ancianos cansados de esta situación, eligieron una dirección transitoria, que en general, respondió a sus anhelos distribuyendo las ganancias del té, a pesar de que también tuvo que pagar las ingentes deudas que dejaron las mafias; mafias que comprendieron el peligro que se cernía sobre ellas, ya que esa junta directiva podía ordenar el balance de años anteriores, descubrir el saqueo que habían cometido, hacer que paguen lo que robaron y que purguen en la cárcel sus delitos.
A la empresa privada “Te Herby” no le convenía el reflotamiento de la central de cooperativas. Por lo tanto, la alianza entre las mafias de exdirigentes y la empresa Herby arremetió contra la nueva directiva. Para ello cuenta con bastante dinero, pues en el Perú, es muy fácil comprar a los miembros del Poder Judicial, a los medios de comunicación y periodistas, y a la policía.
Y eso han hecho; con dinero han logrado ya muchos triunfos: Han saqueado los enseres de la Central, sobre todo la documentación y las computadoras donde podía detectarse sus robos; han logrado el encarcelamiento del Presidente del Consejo de Administración provisional, Raymundo Figueroa y de la compañera Angélica Castro. Están perseguidos por la policía los pocos jóvenes que quedan en la zona, En total hay 80 procesos judiciales abiertos contra el campesinado tealero. Por último, han conseguido que las autoridades judiciales ordenen el cierre en los depósitos del té elaborado, propiedad del campesinado, con el objeto de vencer por hambre a la población campesina, lo que es especialmente grave en estos días en que comienzan las labores escolares, y de esa manera atacan a la educación de la infancia.
Naturalmente, la gran mayoría de los medios de comunicación se encarga de señalar a la directiva transitoria como una terrible banda, mientras que las sucesivas mafias son mostradas como ángeles. La gran tragedia es que la opinión pública urbana es guiada por los medios de comunicación, y el campesinado de la zona no tiene una organización sólida.
La derrota del campesinado de Huayopata no sólo provocará el aplastamiento del campesinado productor de té, sino que será un nefasto precedente para quienes osen levantarse contra cualquier corrupta burocracia de cooperativas de la zona, cuyas directivas se han unido al coro elevado contra el campesinado tealero, en defensa de los exdirigentes. Por estas razones, es urgente que se eleven otras voces de solidaridad, en el país y en el exterior, con el heroico campesinado tealero de Huayopata.