2009-06-11 00:00:00

 
 
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Señoras de las asociaciones de todos los mercados, maestros y profesoras de las diferentes bases del Sutep , obreros de construcción civil, pobladores de los diferentes asentamientos humanos, dirigentes de las organizaciones campesinas y de los productores agropecuarios, empleados de las instituciones públicas y privadas, asociaciones de transportistas, jóvenes y organizaciones de mujeres; es decir, la gran mayoría del pueblo de Abancay, capital de la región Apurímac, se sumó a las protestas de todo el país en solidaridad con las comunidades nativas de la selva, con un paro de 24 horas que se cumplió hoy jueves 11 de junio, de manera pacífica pero contundente.
El pueblo abanquino a través de sus diferentes organizaciones sociales, sindicales y populares, desde muy temprano hizo sentir su protesta y su solidaridad. El transporte público urbano, así como interprovincial dejó de funcionar, los centros educativos suspendieron sus labores, las oficinas públicas tampoco atendieron al público; los mercados cerraron sus puertas al igual que la totalidad de los comercios que funcionan en la ciudad.
Al promediar las once de la mañana, nutridos grupos de manifestantes empezaron a concentrarse en diversos puntos de la ciudad, y a partir de la una de la tarde se dio inicio a una gran movilización que congregó a miles de pobladores; todos con pancartas, banderolas, carteles y gigantografías en las que expresaban el apoyo a la huelga que libran las comunidades nativas y en rechazo y repudio a la masacre ordenada por el gobierno aprista.
Los lemas y consignas de condena y rechazo se centraron contra el gobierno aprista, el presidente Alan García y la ministra del Interior Mercedes Cabanillas, a quienes sindicaban como los principales responsables de los luctuosos hechos que mancharon de sangre la selva peruana el pasado viernes 05 de junio, donde murieron un número no determinado de comuneros nativos así como más de 20 policías.
La movilización, luego de recorrer las principales calles de la ciudad,  concluyó en la Plaza de Armas de la ciudad de Abancay, donde los representantes de las diversas organizaciones, demandaron la derogatoria de los decretos legislativos que atentan contra los derechos de las comunidades campesinas y nativas, así como sanción para quienes ordenaron los actos que provocaron las muertes de peruanos en la selva. Anunciaron que si el gobierno persiste en no atender estas demandas que exige también la mayoría del país, y mantiene su actitud prepotente, arrogante y represiva, convocarán a un paro general en las próximas semanas. En ese sentido se pronunció Antero Quispe Miranda, secretario general colegiado de la Federación Regional de Comunidades Campesinas y Productores Agropecuarios de Apurímac, FERCCAPA, base de la Confederación Campesina del Perú, CCP.
Así, de manera multitudinaria se cumplió con esta jornada de protesta, en la que se quemó un ataúd simbólico que representaba al gobierno aprista; en la que también hubo muestras de solidaridad con los policías caídos en la selva; cuyos colegas que prestan servicio en Abancay, acompañaron la movilización para brindar la seguridad del caso.