El pueblo boliviano y el gobierno del presidente Evo Morales afrontan en estos últimos meses una de las pruebas más duras frente a la campaña que ha desatado la derecha y la oligarquía boliviana para impedir la aprobación de la nueva Constitución boliviana, que ya fue aprobada hace unas semanas por la mayoría de la Asamblea Constituyente.
Estas acciones han ido desde marchas y huelgas encabezados por los gobernadores de derecha que aún reinan en los departamentos, hasta las amenazas y rumores de golpe de Estado contra el Presidente Evo Morales. La violencia que han desatado los vándalos de la derecha boliviana, con el fin de desacreditar al gobierno del MAS, ya cobrado incluso lamentables víctimas humanas.
Sin embargo, el apoyo de las organizaciones sociales leales al presidente Evo Morales, han logrado poco a poco no solo resistir sino revertir las campañas desestabilizadoras y violentas de la derecha. Sin embargo, es necesario que el pueblo siga boliviano siga fortaleciéndose porque están enfrentando una batalla de largo aliento en la que se no se puede desmayar.
El gobierno de Evo Morales ha logrado una victoria importante al aprobarse la nueva Constitución boliviana que regirá los destinos del pueblo y que contiene algunos avances importantes que favorecen a la población. Asimismo, Evo Morales ha hecho retroceder a la oposición derechista cuando les ha pedido que al igual que él, los prefectos pongas sus cargos a disposición del pueblo. Por su puesto que estos gobernadores, ligados todavía al poder de Gonzalo Sánchez de Lozada, van a continuar desestabilizando al gobierno.
Sin embargo, quienes conocemos el patrón de comportamiento de la derecha y la complicidad del gobierno norteamericano contra un gobierno popular, sabemos la derecha defenderá sus privilegios hasta las últimas consecuencias. Por lo tanto, el pueblo sabe que tiene que seguir luchando y dando nuevas lecciones a los pueblos hermanos latinoamericanos que siguen bregando también por derrotar el neoliberalismo.