El campesinado seguirá luchando contra este nuevo capítulo de la historia de entreguismo vergonzante
El martes 4 de diciembre se escribió una nueva página de la historia del entreguismo al imperialismo norteamericano, con la aprobación en el senado norteamericano del Tratado de Libre Comercio, TLC con los Estados Unidos, hecho que fue descarada y estruendosamente celebrada por el nuevo caudillo del neoliberalismo, defensor de las grandes empresas transnacionales y fervoroso devoto de los inversionistas extranjeros, Alan García Pérez.
Desde que se iniciaron las mal llamadas negociaciones del TLC –pues en realidad fueron imposiciones del gobierno norteamericano- la Confederación Campesina del Perú, CCP, denunció ante el país y el movimiento campesino, que lo que estaba en curso era la implementación de un nuevo instrumento de dominación neocolonial del imperialismo norteamericano. Todas las concesiones que hizo el gobierno de Toledo y que continuó Alan García, en materia agrícola, propiedad intelectual, compras estatales, el tema de los medicamentos y en el trato a la inversión norteamericana como si fueran nacionales, no hicieron sino ratificar las denuncias de la CCP y otros gremios campesinos y de productores agropecuarios.
Por ello, una de las demandas que hizo la CCP fue que el tema agrícola no debería ser parte de este tratado, pues los alimentos que produce la agricultura no podían ser tratados como cualquier mercancía. No por algo, los países desarrollados, entre ellos Estados Unidos, destinan miles de millones de dólares de subsidios para defender su agricultura. Con el TLC, nuestro país se obligaba a desaparecer los aranceles y contentarse con unas insuficientes compensaciones para apenas tres productos agrícolas como el maíz, trigo y algodón.
Por ello, también la CCP lideró una de las principales campañas para denunciar las graves consecuencias que el TLC traería para los pequeños productores agropecuarios y en general para la producción nacional. Impulsamos también el recojo de firmas para convocar a un referéndum para que el pueblo peruano, democráticamente, decidiera si estaba de acuerdo con un TLC, que en la práctica buscaba elevar a estatus jurídico la implementación del modelo neoliberal. Un lema resumía nuestra posición: No al TLC porque impide los cambios que el Perú necesita.
Tras su ajustado triunfo electoral, Alan García, traicionó sus promesas de revisar el TLC y avaló su aprobación entre gallos y media noche por un Congreso deslegitimado y en salida, en junio del 2006. El nuevo caudillo de la derecha neoliberal e inquilino de Palacio de Gobierno, desarrolló una intensa campaña –incluidas reuniones con el genocida George Bush- para que la nueva mayoría parlamentaria demócrata apoyara la aprobación del TLC en el Congreso norteamericano, lo que se consumó el pasado 4 de diciembre, para el regodeo de la derecha neoliberal y las transnacionales.
En este momento oscuro de nuestra historia nacional, la CCP quiere reafirmar y anunciar al país, que la aprobación del TLC no significa de ninguna manera que nos vamos a cruzar de brazos y aceptar este sometimiento al imperio norteamericano que busca hacerse de nuestros recursos naturales. Nuestra lucha contra el TLC y el neoliberalismo no solo continuará sino que se intensificará, pues no se necesita que se implemente este tratado para conocer sus consecuencias pues estas ya las estamos viviendo desde hace más de 15 años en que la pobreza se agrava y la exclusión se acentúa y la brecha entre ricos y pobres se hace más grande.
La CCP quiere reafirmar ante el país que seguiremos bregando contra el TLC, y así como lo han señalado los compatriotas de Costa Rica, que con fraude perdieron el referéndum sobre el TLC con Centro América, esta lucha es parte de una guerra mayor contra un modelo que no solo explota a los hombres y mujeres para mantener las ganancias de las transnacionales, sino que pone en riesgo la sostenibilidad de nuestro planeta.
Las celebraciones de García, la CONFIEP, los exportadores y otros títeres del imperialismo norteamericano y vendepatrias, no son de ninguna manera las celebraciones del pueblo peruano y el campesinado. El pueblo y el campesinado seguirán forjando su nuevo destino, con luchas, con propuestas y convencidos de que Otro Mundo es Posible. Las ruedas de la historia siempre van hacia delante, y este retroceso expresado en la nueva traición de Alan García y la derecha neoliberal, no harán cambiar el sentido histórico de nuestro destino.
Que García siga celebrando, así como sigue buscando la manera de defender a su cómplice político Alberto Fujimori y a otros corruptos hoy encarcelados. La conciencia del campesinado y el pueblo peruano siguen intactas y no será fácil doblegarlas. El camino será largo, y requerirá redoblar esfuerzos, pues tenemos que enfrentar poderosos intereses económicos que dominan el mundo. Pero estamos seguros que el rumbo de la historia está de nuestro lado y que más temprano que tarde el pueblo y el campesinado con su organización, sus luchas y con la fuerza de sus ideas derrotará al neoliberalismo, y acabaremos así con un sistema de explotación que pone en riesgo la existencia del mundo y de la humanidad. Ese es nuestro compromiso. Otro Mundo es posible, más justo, más equitativo sin exclusiones ni injusticias.