Igual que el anterior Congreso
Tal como sucedió en junio del año pasado, cuando la mayoría aprista, toledista y derechista de un desprestigiado Congreso de la República que ya agonizaba, aprobó el TLC con Estados Unidos, esta vez las famosas addendas del TLC, también fueron aprobadas apelando al caballazo, sin debate y sin respetar los procedimientos reglamentarios.
Una vez más, la mayoría aprista, junto con el fujimorismo, la bancada de Unidad Nacional y algunos de la llamada Alianza Parlamentaria, volvieron a dar otra muestra más de sometimiento, entreguismo y sumisión ante el poder transnacional que impone el TLC, por el que algún día tendrán que responder ante la historia. Ni siquiera fueron capaces de someter a un debate necesario ante un tema cuya trascendencia pone en riesgo la soberanía y el futuro del país.
Como lo han señalado algunos congresistas nacionalistas, que en realidad fueron los únicos que se opusieron a su aprobación, la mayoría parlamentaria aprobó un documento que ni siquiera habían leído. Solo cumplieron con la orden de Palacio de Gobierno, sin dudas ni murmuraciones. Todo ello, ante la sonrisa cómplice de una ministra de Comercio Exterior, que cree que su función es garantizar la firma del TLC aunque para ello tenga que arrodillarse ante el poder del gobierno norteamericano.
Por ello, el pasado 26 de junio, los parlamentarios nacionalistas, junto con organizaciones sociales y campesinas, entre ellas la CCP, convocaron a una vigilia para denunciar al país la nueva traición del Apra, el fujimorismo y la derecha. Por eso, el Alan García tuvo que recurrir una vez más a enrejar las principales calles del centro de Lima para impedir las protestas.
Pero nada de ello impidió que las voces de protesta, rechazo y repudio ante tanto sometimiento, se haga escuchar. A pesar de la vocación de vasallo del gobierno y de una mayoría parlamentaria que cree que su misión es garantizar la voracidad de las transnacionales, el pueblo y el campesinado seguirán luchando contra este TLC. Y mientras la mayoría de las fuerzas patrióticas y populares, seguirán defendiendo los sagrados intereses de la Patria, García, el fujimorismo y la derecha, tendrán que seguirse arrodillando ante el Congreso norteamericano para que les ratifiquen el TLC.
El poder político y económico del que ahora disponen, con sus medios de comunicación como propagandistas del neoliberalismo, se jugará a fondo para concretar la traición histórica de firmar el TLC. Pero, como la historia no perdona las traiciones, serán las fuerzas heroicas del pueblo, las que en el futuro se encargarán de, más temprano que tarde, de recuperar la soberanía y la dignidad que los pueblos jamás hipotecarán.