El 24 de junio no solo es una fecha festiva, pues desde hace muchos años, los millones de hombres y mujeres del campo, tenemos en realidad pocos motivos para celebrar, y sí, muchas razones para que este día sea de reafirmación en nuestros principios y convicciones para seguir luchando por nuestros sagrados derechos y por la defensa de nuestro territorio y nuestros recursos comunales, que son cada vez más apetecidos por la voracidad de los mentores del neoliberalismo salvaje y la globalización excluyente.
Lo que el campesinado peruano ha logrado en gloriosas e históricas jornadas de lucha, sobre todo en la conquista de la tierra y en la vigencia de nuestras comunidades campesinas, han sido blanco de las políticas que han implementado los gobiernos de los últimos 30 años, y particularmente, desde los años 90 con la implementación del neoliberalismo, que han buscado destruir la comunidad campesina y la pequeña agricultura.
Las grandes riquezas de las entrañas de nuestra montaña andina son entregadas a las empresas transnacionales por gobiernos sometidos al poder imperial, y pretenden perpetuar este entreguismo ahora a través de nuevos instrumentos de dominación y saqueo como el TLC con los Estados Unidos.
Han sido las jornadas de resistencia del movimiento campesino, las que han impedido que el neoliberalismo haya consumado estos atropellos contra nuestras comunidades campesinas; pero tenemos aún que fortalecer nuestra organización porque los peligros no han desaparecido, están latentes.
La agresión de las empresas mineras, el intento de privatizar el agua, la imposición de políticas agroexportadoras que solo favorecen a un puñado de empresarios, la ausencia de políticas integrales de desarrollo de nuestras comunidades campesinas; la negativa del gobierno de implementar un verdadero banco agrario de fomento y con crédito preferencial para los pequeños productores, y la persistencia de aplicar programas inviables como Sierra Exportadora, o de clientelaje para aprovecharse de la pobreza de campesinado, son entre otros, los peligros que están latentes en contra del campesinado peruano.
Frente a ello, la Confederación Campesina del Perú, CCP, y otras organizaciones agrarias y campesinas del Perú, que nos mantenemos inclaudicables y firmes en la lucha por nuestros derechos, estamos convocando a un Paro Nacional Agrario, Campesino e Indígena, para los días 11 y 12 de julio. Por ello, este 24 de junio, en todas las bases campesinas de nuestro país, una manera de celebrar este Día del Campesino, es divulgar nuestra plataforma y nuestras propuestas, y preparar el éxito de esta nueva jornada de lucha que se nos avecina.
La historia del campesinado nos enseña que solo con la lucha conseguiremos nuestros justos derechos, que solo con la fuerza y la organización respetarán lo que por justicia nos corresponde. Por ello, reiteramos, este 24 de junio será para nosotros, los hombres y mujeres del campo, una fecha para reafirmar nuestra decisión de defender la Pachamama, el agua; nuestra comunidad campesina y nuestra pequeña agricultura; y para reiterar nuestro rechazo al modelo neoliberal salvaje y sus instrumentos como el TLC con los Estados Unidos.
Finalmente, en esta fecha, la CCP rinde su más ferviente homenaje a todos los hombres y mujeres, aquellos mártires campesinos que entregaron su vida en la defensa de la tierra, y que nos han legado su ejemplo, que seguiremos hasta lograr que de la tierra brote el alimento y la riqueza para hacer que nuestro Perú sea un país más libre, más justo, solidario y equitativo.
¡Viva el campesinado peruano!
¡No al TLC con los Estados Unidos!
¡Por la tierra y el poder … venceremos!