Central campesina advierte que medida de lucha puede radicalizarse
El paro de de 72 horas de los productores agropecuarios de la provincia de La Convención en el Cusco, que se inició ayer lunes 21 de mayo, puede radicalizarse si persiste la actitud del régimen de no atender sus demandas, por lo que la Confederación Campesina del Perú, CCP, demanda al gobierno aprista retomar el diálogo tal como lo vienen planteando los dirigentes.
El gobierno parece no haber aprendido de anteriores conflictos sociales en los que ha esperado que los problemas se agraven para recién empezar a dialogar, tal como ha ocurrió con el reciente paro regional de Ancash o con el paro de los productores cocaleros de la selva central. La soberbia solo conduce a profundizar los conflictos cuyas raíces están en los problemas de abandono, exclusión y pobreza que atraviesan las poblaciones del interior del país.
La medida de protesta que fue convocada por los productores agropecuarios de hoja de coca ha recibido el apoyo total todas las organizaciones sociales y de la gran mayoría de la población de la provincia de La Convención, tal como lo demuestran los hechos del primer día del paro que se inició ayer, tal como lo ratifican la mayoría de los medios de comunicación.
Además, la medida si bien es contundente se ha caracterizado por su carácter pacífico a pesar de todo el despliegue policial que han dispuesto las autoridades. El comercio, las actividades educativas, el transporte y todas las actividades productivas se encuentran actualmente paralizadas, mientras los dirigentes exigen que el gobierno inicie el diálogo para buscar solución a sus demandas.
Los productores de La Convención desde hace buen tiempo vienen exigiendo que el gobierno declare en emergencia el agro de la zona, así como se despenalice el cultivo de la hoja de coca, la misma que es comercializada por ENACO y que se destina al consumo tradicional. Todas estas medidas son apoyadas en su totalidad por la CCP, al igual que las otras demandas con la mejora de las vías de comunicación y la construcción de un conducto entre la reserva de gas de Camisea y Quillabamba, la capital de la provincia.
Así como en La Convención, otras provincias del Cusco atraviesan también por graves problemas en el ámbito agropecuarios, por lo que se han visto obligadas a tomar acciones de lucha, como un paro agrario que fue convocado el pasado viernes 19 de mayo por la Federación Departamental de Campesinos del Cusco, base de la CCP, y que dejó varios campesinos heridos y detenidos en la provincia de Acomayo.
Por estas razones, hoy más que nunca, el gobierno está en la obligación de escuchar las demandas y las propuestas que surgen desde el propio movimiento campesino para afrontar la difícil problemática del agro y de las comunidades campesinas. Para eso es necesario el diálogo y no la soberbia y la política de oídos sordos que viene mostrando hasta la fecha el gobierno aprista.