El 11 de abril la CCP cumple 60 años de lucha y resistencia desde que fuera fundada por Juan Hipólito Pévez, y sigue vigente con sus defectos y virtudes; con sus mártires y sus viejos líderes como Hugo Blanco, Andrés Luna Vargas, Ricardo Letts, Saturnino Corimayhua, entre otros.
Son 60 años que venimos luchando en defensa de las comunidades campesinas y nativas. La CCP es parte de la historia del Perú, y por ello, la currícula escolar debe incorporar la historia de la CCP, que es la iniciadora de la reforma agraria. En realidad su existencia se remonta a 1,920 en que ya se daban luchas por la tierra, que luego incorporaron a la producción y la democracia, bajo su lema principal “Por la tierra y el poder, venceremos”.
Pero la CCP también ha resistido a dictaduras cívicas y militares como la de Augusto B. Leguía, Morales Bermúdez, Alberto Fujimori, incluso de gobiernos reformistas como el de Juan Velasco Alvarado. Ha resistido también múltiples planes de liquidación y división de los regímenes de los poderes económicos imperialistas sometidos a EEUU que aplican políticas macroeconómicas neoliberales excluyentes.
Es importante señalar la contribución, los logros de la CCP, en la recuperación de tierras para los campesinos, la resistencia a monocultivos y persistencia en los abonos orgánicos y defensa de RRNN y la democracia participativa. Producto de ello hoy tenemos alcaldes campesinos, regidores y congresistas; la CCP ha sido parte de la Marcha de los 4 Suyos; y también por derechos sociales como el programa de vaso de leche, y aspectos productivos para favorecer a miles de comunidades campesinas.
En estos 60 años propongo un conjunto de retos y desafíos para mejorar la imagen de la CCP y otros gremios agrarios del país, como la construcción y renovación con ideas innovadoras de una nueva forma de organización y construcción gremial, con capacidad de incidencia y presión social frente al Estado. Asimismo, preparar próximo congreso extraordinario, con propuestas políticas y programáticas con la finalidad de reubicar y fortalecer la institucionalidad de la CCP, elecciones secretas y universales vía listas en distritos, provincias y regiones, para dar legitimidad y representatividad de la CCP.
Asimismo, organizar un padrón de afiliados y un padrón de cotización económica de un Nuevo Sol por persona, desarrollando campañas de acción y plataformas de lucha para la aplicación de políticas de Estado para las comunidades campesinas y el empoderamiento de la democracia participativa implementando los CCV y o el concejo de autogobierno local en los Municipios Ruales; que las Federaciones campesinas asuman proyectos de inversión publica productiva con seguridad alimentaría, acceso a nuevas tecnologías adecuadas y sean conducidas por las organizaciones campesinas en cada región.
Asimismo, no aceptar la privatización de agua, tierra y RRNN, persistir en la Asamblea constituyente y preparar un paro agrario de 72 horas coordinando con gremios agrarios y una movilización campesina en Lima de 10,000 personas para lograr un impacto nacional e internacional. Solo de esta manera podemos sentar la capacidad de negociación y la aplicación de políticas del Estado para las comunidades; pero para ello tiene que haber voluntad política y desprendimiento de los dirigentes y sus afiliados.