Los pueblos latinoamericanos, en especial sus poblaciones indígenas, yerguen su democracia contra el sistema dictatorial del gran capital. El imperio, sus sirvientes y sus cómplices, como fieras acorraladas, arremeten con furia. El caso más grave de los últimos días se da en el estado más indígena de México, Oaxaca. La brutalidad represiva ha impulsado a la población a organizarse en la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, embrión de poder auténticamente democrático. El poder del capital, el poder oficial, desesperado, ha arremetido asesinando.
La tensión entre los dos poderes está presente. La globalización neoliberal dirigida por las grandes compañías tiene el único objetivo de aumenta sus caudales lo más posible en el menor tiempo posible, hundiendo para ello a la humanidad en guerras y hambre, matando culturas y matando la naturaleza.
Por eso odia a Oaxaca, notable germen del "Otro Mundo Posible" que todos nosotros queremos construir, de un mundo que esté en manos de la propia humanidad al servicio de ella y de la protección de "Pachamama", la Madre Naturaleza. Es natural que haya brotado la solidaridad nacional e internacional con Oaxaca.
El EZLN, además de la solidaridad objetiva con el bloqueo de caminos en Chiapas hace un llamado a los pueblos del mundo a realizar las acciones de solidaridad que sean posibles en todos los lugares donde se pueda. Como parte de esta campaña, en el Cusco, Perú, se realizará un plantón en la plaza de Armas el día domingo 5 de noviembre a la 10 de la mañana. Es obligación de quienes luchamos por "Otro Mundo Posible" hacer lo que podamos donde podamos en solidaridad con Oaxaca.