El movido panorama político en América Latina
Cada vez son más las voces de los pueblos de América Latina que se resisten a aceptar las políticas neoliberales y las estrategias de dominación del imperialismo norteamericano. El panorama político en esta parte del continente se le complica al imperio, lo que se suma a los problemas que ya tiene con la invasión de Iraq, y la actitud decidida de Corea del Norte y de Irán de continuar con sus programas nucleares para defenderse de una posible invasión norteamericana.
Bush, pues no las tiene todas consigo, y las cosas se le complicarán, aunque llame a aliados como Alan García, quien pretende erigirse como el contrapeso a toda la corriente antineoliberal y antiimperialista que se viene gestando en América Latina. Por lo pronto, todo indica que en Ecuador, las elecciones por lo menos en su primera vuelta serán ganadas por Rafael Correa, el candidato de un sector de la izquierda, proclamado opositor al TLC con Estados Unidos y declarado admirador de las políticas de Hugo Chávez.
Un virtual triunfo del candidato izquierdista significará un duro revés a la estrategia norteamericana para la región Andina. Además de lo señalado respecto al TLC, Correa también ha anunciado que de llegar al poder, no renovará la continuidad de la base militar norteamericana ubicada en Manta.
La presencia de un gobierno contestatario que se sumará al de Bolivia, será un nuevo dolor de cabeza para Bush, si se toma en cuenta que la relación entre el país altiplánico con Venezuela se consolida e incluso se apresta a plasmarse con ayuda militar. En las últimas semanas la noticia de la instalación de bases militares en Bolivia con apoyo de Venezuela no solo ha movido las aguas en el Pentágono sino también en Perú y Chile.
De manera, que los resultados de las elecciones ecuatorianas y de la forma cómo maneje los conflictos internos que viene afrontando el presidente boliviano Evo Morales –quien ha recibido un importante apoyo moral del movimiento indígena y campesina de América Latina- serán decisivas para avizorar si las tendencias que se oponen al neoliberalismo y a la prepotente hegemonía norteamericana tienden a consolidarse.