Habla una trabajadora rural

2006-10-24 00:00:00

Las mujeres iqueñas constituyen un factor importante de la mano de obra que labora en las cadenas agroexportadoras, y sufren tanto o más que los varones las duras condiciones en que tienen que laborar. Martha Núñez Llanccaya, es una de esas mujeres que ha pasado casi diez años trabajando en los campos de cultivos de espárragos y también en las plantas industriales que procesan este producto de exportación.

Martha es quizás una de esas pocas mujeres que se atreve a alzar su voz de protesta frente a la sobreexplotación a la que son sometidas, y por ello, ha sufrido las consecuencias de sus reclamos. “Por reclamar era marginada, me rebajaban mi sueldo y muchas veces hasta he sido despedida. Una de las cosas que yo exigía era que se respeten las ocho horas o que nos paguen las horas extras”, afirma Martha.

Además de estos abusos, también las mujeres que laboran en los campos de cultivos de espárragos sufren otras precariedades. Por ejemplo, no cuentan con servicios higiénicos, tampoco con comedores adecuados, por lo que muchas veces tienen que consumir sus alimentos a la intemperie. Además, señala Martha, tampoco son capacitadas para realizar las labores de corte o cosecha de espárrago.

La trabajadora rural señala también que muchas de ellas no se atreven a reclamar por temor a las represalias. “Por eso, yo no solo reclamaba por mi sino también por mis compañeras, a quienes les decía que ya ha los tiempos de la explotación han pasado, que tenemos que saber reclamar por nuestros justos derechos”, remarca.

Martha Núñez, quien sigue desarrollando estas duras tareas, pues no tiene otras oportunidades de trabajo, denuncia también que ellas –al igual que los varones- tienen muy pocas posibilidades de organizarse para defenderse de los abusos de que son víctimas. “Muchas veces llegamos unos minutos tarde y nos descuentan, sin embargo, no nos pagan todas las horas que trabajamos de más; por yo también creo que esto no es solo agroexportación sino en realidad una agroexplotación”, enfatiza Martha, quien también participó en la Escuela Campesina que se realizó en Ica.