Ataques dejaron más de mil muertos, la mayoría niños y mujeres
Ante la pasividad de los países que se hacen llamar occidentales y civilizados, así como de la ONU que supuestamente debe velar por la seguridad del mundo, el gobierno de Israel –aliado y armado por el imperio norteamericano- desató una sangrienta guerra con el país del Líbano, en el medio oriente. Los ataques sangrientos se produjeron entre el 12 y 14 de agosto, con el pretexto de que la organización Hezbolá que lucha contra el expansionismo israelí, capturara a dos soldados israelí.
Israel llevó a cabo ataques por tierra, mar y aire en todo el Líbano, en los que murieron unos 1.000 civiles. Hezbolá lanzó miles de cohetes contra el norte de Israel y mató a unos 40 civiles. Estos ataques acarrearon el desplazamiento de centenares de miles de civiles en Israel y Líbano. Durante las más de cuatro semanas de bombardeos terrestres y aéreos de Líbano por parte de las fuerzas armadas israelíes, las infraestructuras del país sufrieron daños catastróficos.
Las fuerzas israelíes destruyeron edificios, reduciendo a escombros barrios enteros y convirtiendo pueblos y ciudades en ciudades fantasmas, al huir sus habitantes de los bombardeos. Resultaron destruidos por completo carreteras principales, puentes y gasolineras. En los ataques aéreos murieron familias enteras en sus casas o en sus vehículos cuando huían de los ataques contra sus pueblos. Decenas de personas permanecieron enterradas bajo los escombros de sus casas durante semanas, al no poder la Cruz Roja ni otras organizaciones de salvamento acceder a las zonas debido a los continuos ataques israelíes. Los hospitales tampoco se salvaron de la barbarie israelí. Al volver a sus hogares, centenares de miles de libaneses que huyeron de los bombardeos se enfrentan ahora al peligro que representan las municiones sin explotar, según ha denunciado Amnistía Internacional.
Entre el 12 de julio y el 14 de agosto, las fuerzas aéreas israelíes lanzaron más de 7.000 ataques aéreos contra unos 7.000 objetivos situados en el Líbano, mientras que las fuerzas navales llevaron a cabo otros 2.500 bombardeos. La cifra estimada de víctimas es 1,183, de los cuales la mayoría fueron mujeres y niños. Asimismo, resultados heridas más de 4,000 personas, y 970.000 libaneses desplazados. Entre las víctimas figuran 4 observadores de la ONU. Actualmente se ha logrado que Israel acate un alto al fuego, aunque mantiene el bloqueo naval contra el Líbano. Así de bárbaros son los ataques de un gobierno que se ampara en el poder de las armas y el apoyo del imperio norteamericano.