Primero fue su cambio frente al TLC; para ganar los votos de la derecha pasó del cuestionamiento al apoyo del tratado comercial aunque sea “a prueba”. Los cambios del candidato presidencial del Apra continúan. En su reciente gira electoral en Piura, fue obligado el pasado martes 30 a pronunciarse frente al conflicto social existente con la empresa minera Majaz, que ha provocado un fuerte y creciente rechazo de la población. Cabe remarcar que los días 29 y 30 mayo se realizó un nuevo paro en Ayabaca y Huancabamba, contra la presencia de dicha empresa minera.
Ahora, García, que hace unos meses mantenía cierta oposición al proyecto minera de la Majaz, ahora ha dicho que sí podría ejecutarse “en la medida que Majaz gaste lo suficiente y con una supervisión internacional del medio ambiente”. “Yo pienso que todo proyecto minero en esta época es posible coexistir con la agricultura, salvo casos extremos en cual hay que terminar con todo un valle como Tambogrande, pero, en muchos otros lugares el proyecto puede coexistir y hacerse porque la tecnología lo permite”, respondió a García ante la insistencia de la prensa piurana.
Y pasó a poner una serie de ejemplos de lugares en donde “usted al costado de su casa tiene una mina funcionando”. Por supuesto que dichos ejemplos no se refieren al Perú, país del que quiere ser presidente García. En realidad se refería a realidades europeas, tan lejanas a nosotros no solo geográfica sino sobre todo social y económicamente.
Pero García no solo siguió refiriéndose a otras realidades sino que pretendió convencer a la población con la explotación del proyecto minero Río Blanco que quiere ejecutar la Majaz, “todos salen ganando”. García se olvidó las desgracias que afrontan miles niños peruanos en las comunidades campesinas de Cerro de Pasco, donde producto de la contaminación minera lo que han ganado es una gran contaminación de plomo en la sangre.
Definitivamente, García es un gran cultor de la escopeta de dos cañones. Así como cambió respecto del TLC, ahora lo hace con la minera Majaz. Sin duda, estamos advertidos de que en caso ganara la presidencia, García Pérez, seguirá dando un trato privilegiado a las empresas mineras, como antes lo hicieron Fujimori y hoy lo hace Toledo. Ese es el “cambio responsable” que promete Alan García, uno de los peores presidentes que registra la historia del Perú y que ahora quiere repetir el plato.