2006-03-02 00:00:00

Estuve en Bolivia en la transmisión del mando invitado por el compañero Evo. Flota en el ambiente el proceso revolucionario por el que atraviesa ese pueblo: En la cantidad y el fervor revolucionario de la gente en las concentraciones. En los discursos combativos de Evo, mencionando al Che y la frase de Marcos “mandar obedeciendo”, hablando claramente contra el neoliberalismo, etc. En que el Ministerio de Justicia es ocupado por una sirvienta que sufrió los abusos físicos, sicológicos y sexuales que se acostumbra en nuestros países. En que el Ministerio de Trabajo está ocupado por un sindicalista. En que ha sido cesada gran cantidad de generales, etc.

Acá voy a referirme sólo a un aspecto, el tipo de revolución. Por supuesto respetamos mucho a la revolución cubana y a su principal herramienta, el ejército guerrillero. También respetamos mucho el proceso venezolano; un oficial que efectuó un golpe contra un gobierno corrupto y que posteriormente ganó en las elecciones a los partidos burgueses de los que la gente estaba hastiada. Comprendemos que estuvo bien lo que hicieron y que era su camino correcto.

El proceso revolucionario boliviano es completamente diferente: Es el paulatino y combativo ascenso de las luchas populares, sin una organización centralizadora. Una parte de los combatientes decide organizarse para llevar la lucha en el campo del enemigo, las elecciones; forma un partido, el Instrumento Político para la Soberanía de los Pueblos; le ponen trabas legales para su inscripción, deciden entrar a una organización que ya tenía inscripción legal, el MAS, por eso es que ahora se refieren al MAS-IPSP.

En el movimiento revolucionario, incluyendo el MAS, hay diversidad de puntos de vista. Con toda naturalidad la gente muestra discrepancias con Evo, no hay amenazas de expulsión como en el PT de Brasil. Evo dice “Me puedo equivocar pero no traicionar”. “Si me detengo empújenme.”

Cuba y Venezuela tienen su respectivo comandante, Bolivia no. Evo habla repetidamente de la refundación de Bolivia, menciona que en la primera fundación las poblaciones indígenas estuvieron excluidas y que en esta refundación estarán presentes, pero no sólo ellas sino todo el pueblo boliviano. Reitera que el 6 de agosto se instalará la Asamblea Constituyente. Ese es el gran anhelo del pueblo boliviano, todos están concientes de que lo que quieren no es una Constituyente como tantas otras compuestas por los partidos tradicionales, saben con toda claridad que tiene que ser una Asamblea Constituyente que reúna a los representantes de los pueblos indígenas y de todos los sectores populares de Bolivia.

Ya se discute los planteamientos que deberá aprobar esa constituyente. La gente ve el gobierno de Evo como una garantía de que esa Asamblea se realizará. Haciendo una comparación con el proceso de la Revolución Rusa sería el congreso de los soviets. Esperemos que la ausencia del “partido revolucionario” sea una ventaja y no una desventaja, la historia lo dirá, no pienso teorizar al respecto, sólo quiero señalar que me parece que estamos en el “febrero” ruso y que el 6 de agosto será el “octubre”, aunque desde el “febrero”, todos, base y dirección, esperan el octubre en que ya no tendrán que derrocar a nadie.

El proceso peruano se está pareciendo al boliviano, por supuesto en forma embrionaria, se ven brotes de rebeldía triunfantes de los movimientos sociales, no bajo la dirección de ningún partido. El proceso boliviano influirá mucho en nuestro país, es nuestra obligación hacerlo conocer.

(*) El compañero Hugo Blanco es candidato al Parlamento Andino, invitado por el Partido Socialista, con número 1.