DE LA RESISTENCIA HACIA HACIA LA CONSTRUCCION DE LA CCP COMO FUERZA NACIONAL
A diferencia del IX Congreso realizado en noviembre de 1999, que fue un congreso de resistencia frente a la gran ofensiva del neoliberalismo salvaje que aplicó la dictadura fujimontecinista, el X Congreso que acaba de culminar el 25 de noviembre del presente año, es un congreso que abre las compuertas para que el movimiento campesino peruano pueda abordar con éxito los nuevos retos que nos demanda el actual escenario nacional e internacional, en los cuales soplan nuevos vientos de cambio como expresión viva de que se están gestando nuevas correlaciones políticas y sociales en Sudamérica en especial en el Área Andina; y donde simultáneamente, el poder trasnacional neoliberal, se encuentra en medio de grandes dificultades, que obviamente no le es fácil sortear.
Entre el IX Congreso hasta antes del exitoso X congreso, ha corrido mucha agua bajo el puente. En ese periodo de cerca de 5 años, siempre sin sobrevalorarnos, la CCP y su dirección nacional, aportó en materia de orientación agraria, e inicia un proceso de centralización de sus propias fuerzas gremiales.
Ahora a fines del año 2005, indudablemente que el escenario es distinto y diferente al del IX Congreso. Actualmente el país vive una profunda crisis de régimen político y de gobierno (expresión más elocuente de este fenómeno es el triunfo del NO el 30 de octubre último). Pero esta crisis se da también en medio de que el programa económico no solo está agotado, sino que el gobierno de Toledo con el de Bush, han tenido serias dificultades en cerrar las negociaciones del TLC, mejorando las condiciones para la campaña de NO al TLC y la recolección de firmas para llevar adelante el referéndum.
A ello se suma que en los últimos años (2002-2005) - pese a la existencia de fuertes debilidades de centralización y conducción - el movimiento social (en particular el campesino y agrario) se encuentran en repunte y dan claros mensajes en el sentido de seguir luchando por sus justas demandas. Destaca la lucha por precios justos, los conflictos con la gran minería y las lucha de los productores de la hoja de coca.
Es este conjunto de factores los que acentúan la grave crisis de la gobernabilidad neoliberal, que no es ajena a lo que viene sucediendo en los países de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y Sudamérica. Es en este entorno nacional e internacional que se ha realizado el X Congreso Nacional de la CCP; y es desde esta perspectiva que débenos analizar sus principales características.
UN GRAN AVANCE EN LA CENTRALIZACION Y EN LA CONDUCCION DEL MOVIMIENTO
En el exitoso X Congreso Nacional han participado 843 delegados plenos y 76 delegados fraternos; en total de 919 delegados y delegadas. Es importante informar que estos representantes traen la voz y la decisión del Perú profundo y todas las sangres de la sociedad campesina. Como también es sustancial señalar que la gran mayoría de los delegados del congreso, venían con la voluntad férrea de que la CCP, encabece la lucha contra el modelo económico neoliberal, contra el TLC, al gran poder minero, al centralismo, y contra la corrupción.
A eso hay que agregar una amplia participación de la mujer. Antes del congreso se realizó también de manera exitosa el Encuentro Nacional de la Mujer campesina, evento al cual asistieron 221 delegadas, a las que se sumaron otras que asistieron de manera directa al congreso, llegando a un total de 294 delegadas mujeres. Es indudable que estamos ante el Congreso Nacional Ordinario, con buena participación de la mujer campesina, que han venido de las regiones del sur, centro, norte y de la selva.
Sus principales acuerdos están alrededor de: (a) La Defensa de la soberanía y seguridad alimentaria y rol de la mujer en esta sagrada misión; (b) Trataron los temas referidos a la salud y educación rural; (c) No a la violencia contra la Mujer; (d) Promover los derechos ciudadanos de la mujer campesina; (e) Campañas y compromiso por la justicia y reparación de los afectados por la violencia política, no solo individual, sino que además de colectiva exigen inversión pública para su desarrollo; y finalmente, (f) La participación de la Mujer en los Consejos de Coordinación Regional y en los concejos de Coordinación locales.
UNA AGENDA EMPALMADA CON LOS PROBLEMAS REALES DEL AGRO Y EL MOVIMIENTO CAMPESINO
Uno de los aspectos destacables que trató el X Congreso Nacional, ha sido la orientación sobre los principales problemas del agro peruano y del movimiento campesina. A continuación presentamos de manera resumida los temas que el congreso abordó: (a) La propuesta de la Agenda Agraria Andina y cómo construir este espacio con la finalidad de hacer visible y viable a la pequeña producción campesina; (b)La Soberanía, seguridad alimentaria y la pequeña producción; (c) OMC, ALCA, TLC y el agro peruano; (d) El conflicto del poder minero con la sociedad rural, principalmente con las comunidades campesinas, ronderos y productores agrarios; (e) La problemática de la mujer campesina; (f)El conflicto alrededor de la disputa del recurso agua, entre los pobladores rurales (entre ellos los productores y campesinos) y urbanos y los privatizadores; (f) la problemática de los productores de Hoja de Coca ; (g) Identidad Cultural; (h) DDHH y la ley de reparaciones; (i) El Gremio que Queremos; (j) Situación Política nacional y e internacional.
De este conjunto de temas los que mayor atención concitaron de los delegados y que se expresaron tanto en la conformación de la Comisiones como en la misma plenaria, fueron: (a) Integración de los pueblos frente a la OMC, ALCA y los TLCs; (b) La Agenda Agraria Andina que debe contribuir a generar los espacios para reaglutinar el CUNGA; (c) El conflicto entre la minería trasnacional y la sociedad rural, haciéndose un saludo de solidaridad a los Ronderos de los pueblos de Ayabaca, Huancabamba, Jaén y San Ignacio en su lucha actual contra la empresa minera Majaz; (d) El tema del recurso agua; (e) Tierra y Territorio y la Ley de Comunidades Campesinas.
LA UNIDAD COMO FACTOR ESTRATEGICO PARA AVANZAR
El X Congreso Nacional tomó la decisión de avanzar en la consolidación de su fuerza nacional y de su institucionalidad. Por ello, consideró que para la elección de sus secretarios generales colegiados, se aplicaran criterios de renovación y rotación geográfica dentro de cada una de las macroregiones. Es importante informar que el congreso en casi un 98% (por no decir 100%), aprobó la renovación total de la Secretaria General Colegiada, de modo que ningún secretario General Colegiado cesante, puede irrogarse el derecho de seguir ejerciendo ese cargo.
Asimismo, acordó de que en el cuerpo del Comité Ejecutivo Nacional estén presentes las principales federaciones base, de la sierra, costa y de la selva. También se acordó que previa evaluación los ex dirigentes del CEN-CCP, podrían integrar si fuesen elegidos al nuevo CEN-CCP. Al respecto también hay que indicar que el congreso aprobó por mayoría que algunos del ex dirigentes del CEN, pueden ser parte del nuevo CEN para el periodo 2006-2009. Es importante anotar, que las propias federaciones base acordaron sus candidatos y candidatas a los diferentes cargos y que en disputa democrática fueron aprobados por el pleno del congreso.
Como resultado de esta orientación y sobrepasando el método no más adecuado de elegir cargo por cargo, la composición del Nuevo CEN de la CCP fue expresión de los criterios de rotación, renovación y representatividad.
SER FUERZA NACIONAL CON PROPUESTA Y CAPACIDAD DE INCIDENCIA Y MOVILIZACION
El X Congreso nacional nos ha dejado, entre otras, una gran lección: solo siendo fuerza nacional podemos encontrar soluciones a nuestros problemas. La lucha por la tierra (la reforma agraria) y por la democracia, que se plasmó en la orientación de Allpa Rayku Poder Kama, que nos dejaron nuestros fundadores, también nos implica la experiencia práctica de que ello solo lo conseguimos cuando forjamos y desarrollamos nuestra energía como fuerza nacional.
Por ello, no debemos dejar ni olvidarnos de esta lección histórica; y entender que los actuales problemas que tiene el agro y la pequeña producción campesina requiere de políticas de Estado, es decir, son esencialmente de naturaleza nacional, por lo tanto para buscar su solución requiere de acumulación de fuerzas también de naturaleza nacional.
Sin embargo, también se han expresado algunas tendencias que privilegian una orientación localista y exclusivamente productivista, que quieren que la CCP se reduzca apenas a una coordinadora de gremios regionales y que pierda su perspectiva nacional; donde cada base hace lo que considere conveniente en materia de orientación frente al neoliberalismo.
Estas tendencias implican el riesgo de haber dejado de la lucha contra el modelo neoliberal y el actual régimen político centralista; y optar por mantener relaciones con determinados espacios del gobierno central o los gobiernos regionales. Pero estas propuestas implican también la “despolitización” del movimiento campesino, y bajo el argumento de “la manipulación política”, aplican la lógica de “en río revuelto, ganancia de pescadores”.
Estas tendencias explican las dificultades que se presentaron al inicio el Congreso cuando algunas federaciones, sin respetar el cuadro orgánico determinado por la Comisión Organizadora, impusieron un número mayor de delegados, o en algunos casos, incluyeron a promotores campesinos –cuya labor es muy importante pero que no fueron elegidos por sus bases- como delegados plenos.
Estas mismas tendencias volvieron a expresarse durante la plenaria final en la elección del nuevo CEN-CCP, y a pesar de que se plantearon propuestas para que la elección se realice respetando la tradición de la CCP; es decir, por listas –incluso con una lista unitaria- plantearon la elección cargo por cargo. Cuando los resultados no fueron los que se esperaban, optaron por cuestionar sin mayores fundamentos los resultados.
Sin embargo, fue la voluntad mayoritaria del Congreso la que finalmente primó para respetar la tradición política y gremial de la CCP, y seguir avanzando en la reconstrucción de nuestro gremio se consolide como una central nacional, que levante una propuesta programática con planteamientos frente a los problemas nacional, que recoja las particularidades que expresan las regiones y las provincias, y que sea capaz de recuperar su capacidad de lucha y movilización nacional, pues, reiteramos, los problemas como el TLC y la lucha contra el neoliberalismo, requiere de respuestas nacionales articuladas desde las bases.
UNA NECESARIA AUTOCRITICA: Corregir los errores potenciando los avances
El X Congreso también fue expresó un conjunto de errores, no solo en el proceso de su organización, sino también en la gestión del CEN, más allá de los indudables avances en estos últimos años. Se aceptan autocríticamente estos errores, propios de una práctica constante. Pero lo que nunca faltó ha sido el motor, la voluntad y el compromiso de, sacando fuerzas de flaquezas, seguir adelante con las tareas de sacar adelante el gremio y el congreso nacional.
En tal sentido es importante tener en cuenta que, elaboramos, analizamos y discutimos de manera colectiva en las escuelas campesinas nacionales y regionales, con los principales dirigentes del CEN y de las federaciones base, los ejes programáticos y la orientación táctica que llevaríamos al X.
Estas escuelas y las bases permitieron seguir avanzado en la centralización de nuestras fuerzas en nuestras zonas tradicionales e iniciamos la recuperación de los espacios organizativos gremiales en la sierra centro (Junín y Ayacucho), en la sierra norte (Cajamarca) y en la costa (Piura y ICA).
La dirección de la CCP comenzó a empatar con mayor fuerza con los problemas del agro peruano y las demandas de los movimientos campesinos regionales: nos pronunciamos y nos hicimos presentes en Espinar, organizamos un encuentro de ronderos en Piura, asistimos a los encuentros de presidentes comunales de Puno, Cusco, Huancavelica; así como a las talleres de la agenda Agraria Andina en Ayacucho, Junín, y de Puno. De modo que comenzamos a preparar y acumular las fuerzas orgánicas y la orientación para que el X congreso abra las compuertas para consolidar y avanzar a que la CCP sea fuerza nacional.
Por estas razones no compartimos con aquellas posiciones que señalan que no había dirección ni sabíamos lo que queríamos, ni teníamos objetivos precisos. Creemos que otros han sido nuestros problemas que obviamente afectaron la conducción del proceso y del propio congreso. En ese sentido, otros fueron nuestros principales errores cometidos y que debemos corregir.
Si bien tomamos acuerdos colectivamente no tuvimos la capacidad suficiente para su seguimiento, es decir, sigue aún, en nuestras propias filas el individualismo y formas localistas de actuar. Ello afectó, la dirección para afrontar las grandes luchas del movimiento campesino y agrario, como es el caso del CUNGA y del propio CONVEAGRO.
Las acumulaciones internacionales fueron débilmente eslabonadas con la acumulación nacional, que se expresó en que no pudimos dar continuidad a las Foros Andinos de las organizaciones campesinas e indígenas de la Comunidad Andina de Naciones, CAN. El III Foro que debía realizase en La Paz Bolivia, no se ha efectuado aún.
Muchas veces se confundió la CCP como la plataforma para alcanzar candidaturas, cuando ello pertenece los espacios políticos propiamente dichos. En otras palabras, para resolver la disgregación política que vivimos en la sociedad rural, no es suficiente la acumulación gremial, ya que la CCP es una institución de frente único, que cobija diversas orientaciones pero no es el partido. En todo caso, el retraso de la construcción del referente político en el campo, no permite distinguir ni separar adecuadamente algo que tiene relación pero que son espacios diferentes.