A los pocos días de haber culminado nuestro trascendental X Congreso Nacional, el gobierno de Alejandro Toledo, ha logrado cerrar las negociaciones del TLC con los Estados Unidos. Y lo ha hecho, aislándose de los otros dos países andinos –Ecuador y Colombia- que prefirieron postergar la negociación ante la intransigencia de la potencia imperial de mantener inflexibles sus posiciones frente a temas sensibles como agricultura y medicamentos.
Variadas han sido las reacciones de diversos sectores sociales y económicos, frente a la obsecuencia de Toledo de firmar el TLC. La derecha económica y política, festeja aunque no sepa exactamente qué cosa se ha firmado pues los documentos se han hecho en inglés y dicen que tardarán casi un mes para traducirlos. Gremios como la CGTP, han condenado la firma, y Conveagro, ha tipificado como traición al agro y al país el cierre de estas negociaciones.
Durante nuestro X Congreso Nacional, el tema del TLC fue uno de los más debatidos y analizados; y el rechazo a este nuevo instrumento de dominación imperialista, ha sido unánime. De alguna manera, el Congreso no hizo ratificar lo que ha venido expresando la dirigencia campesina del país durante el proceso de capacitación de las escuelas campesinas en diferentes regiones del país: el rechazo al TLC. Esta posición que ha venido enarbolando la CCP no nos ha impedido, sin embargo, ser parte de la campaña unitaria que levanta la propuesta de “TLC así No”; pero tampoco nuestra central no podía dejar de recoger lo que son los planteamientos que surgen de la gran mayoría del campesinado organizado en torno a nuestra central.
Por ello, la posición de nuestro gremio frente al TLC ha sido uno de los acuerdos más importantes del X Congreso Nacional, al igual que los que se han tomado frente a la Ley de Comunidades Campesinas, la defensa del agua, la Agenda Agraria o el conflicto agro-minería. No ha sido solo el rechazo a este tratado que lesiona la soberanía del país y pretende condenar a la ruina y desaparición de la pequeña agricultura familiar y campesina.
Ha sido también la voluntad de la gran mayoría de nuestras bases regionales para salir al frente en la lucha directa, en la acción y movilización frente a este nuevo engendro neoliberal; voluntad que ha surgido desde combativas federaciones que ya han dado muestra de su capacidad de lucha participando en paros regionales en el año que termina, como la FADA de Ayacucho o la FDCP de Puno; voluntad que ha sido ratificada por otros gremios regionales y locales que vienen impulsando un franco proceso de reconstrucción y fortalecimiento como la FRADEP de Piura, la FEDECIJ de Junín, APAVI de Ica, solo por mencionar algunas.
Y en base a esa fuerza que el congreso, además de debatir el tema, tomó decisiones y nos ha marcado el camino para enfrentar este TLC, negociado a la medida de los voraces intereses norteamericanos; y que Alejandro Toledo y los tecnócratas neoliberales del gobierno lo convirtieron en una obsesión. Y ese camino de la lucha y de la movilización, del paro nacional o la huelga indefinida; acciones que las propias bases deben precisar y que deben complementarse con una intensa campaña de movilización y sensibilización para fortalecer la campaña para el recojo de firmas para exigir el Referéndum.
Asimismo, el X Congreso nos ha planteado el tema de unidad, no solo al interior de nuestra central campesina sino también con otros gremios agrarios y campesinos, con los que tenemos que propiciar la más amplia unidad de acción y de lucha para convocar al pueblo peruano y al campesinado a desarrollar todo nuestro potencial organizativo para frenar el TLC. A poco de concluido nuestro X Congreso, ya tenemos una primera tarea por delante en la lucha frente al TLC: la III Jornada Nacional TLC, ASÍ NO, para el 26 de enero del año entrante. De manera que el camino frente al TLC está trazado. Solo tenemos que abonarlo y esa es responsabilidad que debemos asumir en todas y cada una de nuestras bases, desde la dirigencia de base hasta la dirección nacional.