Fueron tres días de trabajo intenso en el que el debate, la reflexión, el análisis y la autocrítica de su última década de acción estuvieron presentes, entre el 9 y 11 de octubre en que se realizó el IV Congreso de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo, en el que reafirmó su total oposición al capitalismo neoliberal y sus políticas impuestas por el FMI y la OMC; y ratificó su lucha por un nuevo proyecto alternativo. Por ello, tal como lo señala en su pronunciamiento final, se ha declarado también en una lucha permanente contra estas políticas neoliberales, que es también una lucha en defensa de la humanidad y de la vida.
El congreso que se desarrolló en la ciudad de Guatemala, y tuvo como antesala las asambleas continentales de las mujeres y los jóvenes campesinos, ha sido un espacio que ha permitido hacer un balance de los últimos diez años de lucha y movilización de la coordinadora campesina; y al mismo tiempo, debatir los objetivos estratégicos de la organización y definir una agenda lucha y movilización social.
La declaración aprobada en la plenaria final, ha puesto una vez más en la picota al modelo agroexportador transnacional, que impone el neoliberalismo y que generaliza el monocultivo, potencia el latifundio y la producción comercial a gran escala, anula las posibilidades de subsistencia de la pequeña producción, genera la expulsión del campesinado y multiplica el empobrecimiento de la población campesina. Frente a este modelo, la defensa de la agricultura campesina, de la bío diversidad, de las semillas criollas y nativas, la soberanía alimentaria, el derecho de los pueblos a producir sus propios y a la reforma agraria integral, son aspectos claves en las estrategias de la lucha campesina.
Agrega el documento que para imponer este modelo se ha militarizado el campo e impuesto la criminalización y represión de las luchas campesinas, justificándolas con el combate al terrorismo y el narcotráfico; y en varios países se han instalado bases militares extranjeras, que actúan como puntas de lanza para la concreción de los distintos proyectos de control territorial e imposición de planes del imperio como el Puebla- Panamá, Colombia, Dignidad, y otros.
Estos aspectos también fueron remarcados en la sesión final, por el secretario operativo saliente, Juan Tiney, quien señaló que la CLOC ha salido fortalecida de este IV Congreso, y los grandes retos que se tienen por delante deben ser asumidos por las organizaciones en todos sus países y regiones. Esta tarea no puede ser responsabilidad solo de quienes tienen las tareas de dirección en la secretaría operativa.
En el congreso ha quedado claro que para enfrentar a un enemigo global como es el imperialismo, se tiene que empezar a fortalecer la lucha desde el nivel local y regional; consolidar una mayor articulación con los sectores sociales y propiciar alianzas estratégicas. Ello supone también superar las debilidades y dificultades para asumir los retos estratégicos que se han identificado en el evento.
En efecto, la plataforma estratégica que ha emanado del congreso contempla un plan de movilización y una agenda de lucha que debe continuar en la Cumbre de los Pueblos en Mar del Plata, en Hong Kong frente a la reunión de la OMC, así como en el foro mesoamericano y el foro social de Caracas del año entrante, entre otros eventos. Estas son tareas muy duras que se tienen por delante y que se deben complementar con otros ejes estratégicos como la formación política de nuestros dirigentes y el trabajo en el campo de la comunicación.
Los aportes que han surgido desde las asambleas de las mujeres y los jóvenes han contribuido a enriquecer y fortalecer la lucha de la CLOC para los años siguientes, que serán sin duda escenarios de grandes movilizaciones y batallas contra las políticas de libre comercio que impone el modelo y que apuntan sobre todo a destruir a la agricultura, continuar saqueando los recursos naturales y avasallar los derechos del movimiento campesino e indígena.
La solidaridad con el pueblo y el gobierno cubano, así como con la Revolución Bolivariana de Venezuela y sus acciones para impulsar la reforma agraria; la desmilitarización del campo y el retiro de las bases norteamericanas, así como la libertad de los dirigentes campesinos y luchadores sociales injustamente presos, fueron otras de las demandas del Congreso y que fueron aprobadas y recogidas en la declaración final.
El congreso concluyó con la designación de las responsabilidades regionales de la CLOC, así como de la nueva secretaría operativa, que será asumida por la Región Caribe, específicamente por la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas, CONAMUCA, de la República Dominicana.