La actividad minera debería subordinarse a un proyecto o modelo que promueva el desarrollo del país y de las regiones; y no como sucede ahora, en que el país se somete a los intereses de las grandes empresas transnacionales mineras. Este planteamiento fue formulado por el representante del Instituto Peruano de la Pesca y la Minería, IPEMIN, Jaime Cáceres, durante su participación en la II Escuela Nacional Campesina.
Agregó el modelo de desarrollo neoliberal obedece a los intereses de las grandes transnacionales, en el marco de un contexto de globalización de la economía que subordina a los Estados o países pobres a los mandatos de los centros de poder como el FMI y el Banco Mundial. Esta situación tiene que revertirse conformando un gran frente patriótico nacional que ponga fin a los privilegios que gozan las empresas mineras.
Jaime Cáceres sostuvo también que las empresas mineras ha desarrollado una gran influencia política e ideológica para influir en la población, para lo cual invierten grandes cantidades de dinero, estimulando la corrupción de autoridades e incluso dirigentes sociales. Puso como ejemplo, que mientras en Cajamarca los campesinos y ronderos defienden el cerro Quilish frente a la minera Yanacocha, en la región central del país, como La Oroya, la población es manipulada para movilizarse a favor de la empresa Doe Run Perú.
Estas situaciones tienen que ser respondidas a partir de la reconstrucción del movimiento campesina y comunero, que está debilitado o prácticamente ha desaparecido en la región central del país, remarcó el representante de IPEMIN. Agregó que en esa zona del país incluso las instituciones que trabajaban el problema ambiental han tenido que retirarse, y los alcaldes parecen haberse sometido al poder económico de la empresa minera, abandonando su rol de defender el medio ambiente y los derechos de las comunidades campesinas.