Editorial

2005-08-06 00:00:00

La promesa que hiciera cuando asumió el poder en el año 2001, de que “El agro será prioridad A-1 de mi gobierno”, pasará a la historia como una de las más grandes y perversas mentiras de Alejandro Toledo. El reciente mensaje por Fiestas Patrias lo ha venido a reafirmar, como para despejar cualquier resquicio de duda que aún quedaba de que este gobierno, después de Fujimori, ha sido uno de los que más ha contribuido a profundizar la pobreza y la ruina de la pequeña y mediana agricultura que es la base del agro nacional.

Toledo ha pretendido ocultar la dramática realidad que atraviesan millones de familias campesinas de todo el país, recurriendo una vez más a las consabidas y manipuladas cifras estadísticas de una supuesta bonanza en el campo, sobre la base del impulso del las agroexportaciones, a las que ha echado mano en su último mensaje. El presidente ha pretendido hacer creer al país que la pobreza ha disminuido en el campo porque las agroexportaciones llegarán en este año a 1,600 millones de dólares. Cree que por ser los primeros exportadores de espárragos verdes y de páprika, como lo dijo en su mensaje, el agro nacional experimenta un boyante crecimiento.

Muchas cosas olvida sobre la realidad agraria –o pretende esconder- con su verborrea. No dijo que las hectáreas destinadas a la agroexportación son apenas más de 50 mil hectáreas, del más del millón 800 mil unidades agropecuarias que existen en el país. Olvidó decir que la gran mayoría de los cultivos de espárragos que tanto le entusiasman están en manos de empresas agroexportadoras, que basan sus ganancias en la sobreexplotación del nuevo proletariado rural. Sus asesores no le dijeron que estos miles de obreros rurales trabajan en condiciones de total desprotección, que tienen que laborar largas jornadas de más de doce horas; que reciben miserables salarios y que muchos han sido obligados a desprenderse de sus tierras agobiados por deudas y carencias de apoyo financiero y técnico. Esta realidad no tenía cabida en sus triunfalistas estadísticas.

En los pocos párrafos que dedicó al agro en su último mensaje, Toledo, olvidó que cientos de miles de pequeños agricultores y campesinos, apenas sobreviven con precios cada vez más bajos que no cubren sus costos de producción, sin crédito, sin tecnología, y amenazados por una política económica que entrega sus recursos naturales a la voracidad de las transnacionales mineras; y por leyes que pretende arrebatarles sus derechos milenarios sobre su territorio.

Cree Toledo que puede cambiar la dramática realidad del campo con cifras según las cuales la pobreza se ha reducido del 54.3 al 51.6 por ciento. ¿Cómo puede disminuir la pobreza rural cuando los precios de los productos campesinos se deprimen cada vez más en términos reales?. ¿Se puede reducir la pobreza cuando la leche de los productores cajamarquinos se mantienen iguales desde hace 20 años; o cuando los campesinos piuranos, abrumados por la sequía han tenido que rematar su ganado a mitad de precio?. ¿Se puede disminuir la miseria, cuando cada año cultivan menos hectáreas de terrenos por falta de crédito, de agua, o simplemente, porque ya no hay mercado para los productos nacionales ante la invasión de alimentos extranjeros y subsidiados?.

Abrumado por la corrupción que corroe como un cáncer su gobierno, por el mayoritario rechazo de la población a su gobierno, y empeñado en firmar un TLC que terminaría por destruir la pequeña agricultura, Toledo ha pretendido cambiar la realidad de millones de campesinos por un universo de bonanza que solo existe en su imaginación y en las crecientes arcas de las empresas agroexportadoras.

Por ello, este último mensaje por Fiestas Patrias, ha venido a reafirmar lo que ha venido diciendo la CCP, de que ya nada podemos esperar de este gobierno que pueda beneficiar al campo y a la pequeña agricultura. Por ello, solo nos queda seguir fortaleciendo nuestra organización campesina y bregar por lograr la unidad de todas las organizaciones agrarias y campesinas, fortaleciendo nuestras propuestas para un desarrollo agrario descentralizado que tenga en la pequeña agricultura su base central.

Y una de las batallas inmediatas que tenemos por delante será derrotar las intenciones de Toledo de firmar el TLC con Estados Unidos, e intensificar la campaña por el referéndum o consulta popular de este tratado. El X Congreso Nacional de la CCP de noviembre próximo, será un espacio en el que nuestra organización deberá consolidar sus fortalezas y superar sus debilidades para consolidar nuestra lucha por un desarrollo agrario y rural, y para renovar nuestras fuerzas para derrotar la política económica neoliberal, así como seguir contribuyendo a generar las fuerzas para luchar por un nuevo gobierno y un nuevo poder, con presencia de campesinos y trabajadores.

Por eso, tras escuchar su último mensaje por Fiestas Patrias, tenemos que decirle una vez más, váyase ya señor Toledo, los cientos de miles de campesinos ya no esperamos nada de usted. Ya vendrán los tiempos en que usted tendrá que rendir cuentas al país y a los campesinos y pequeños agricultores por todo el inmenso daño que usted nos ha causado.