Entre el 23 y el 27 de mayo pasado, la población de la provincia de Espinar, y sus principales organizaciones sociales desarrollaron un nuevo capítulo de la larga lucha que libran desde hace casi quince años, para hacer respetar sus derechos frente a la prepotencia de las empresas que realizan la explotación minera. Durante estos días, la población tuvo que declararse en huelga indefinida ante la negativa de la empresa BHP Billiton Tintaya, de atender sus demandas.
La huelga estuvo acompañada por masivas movilizaciones, que incluyeron la toma de parte de las instalaciones de la mina, en la que participaron unas 15 mil personas, produciéndose enfrentamientos con la policía, varios heridos y detenidos. Frente a esta contundencia de la lucha espinarense, el gobierno, como siempre recurrió al manido argumento de acusar de terroristas a los dirigentes y las organizaciones como la Federación Unificada de Campesinos de Espinar, FUCAE.
Sin embargo, no solo fue el gobierno el que salió a desprestigiar la digna lucha del pueblo de Espinar. Varias empresas mineras entre ellas la Yanacocha, entidades de cooperación técnica internacional, organismos no gubernamentales y muchos de sus principales representantes, llegaron a publicar un comunicado conjunto en el que acusan de violentista las jornadas de protesta de la población, y casi llegan a “santificar” a la empresa minera.
Esteban Chacón Huamaní, es un connotado dirigente campesino de Espinar, actualmente es secretario general colegiado de la Federación Departamental de Campesinos del Cusco, FDCC, y ha sido presidente de la Coordinadora Regional de Comunidades Afectadas por la Minería, CORECAMI-Cusco. Por su parte Lorenzo Ccapa Helachoque, actual dirigente nacional de la CCP, fue en 1990, el dirigente que encabezó la histórica toma de la mina el 21 de mayo. Ambos dirigentes han contribuido con sus versiones para que el pueblo peruano y el campesinado, conozcan la verdad de los últimos acontecimientos de lucha del pueblo de Espinar frente a la agresión minera.
Algunas cuestiones previas
La actividad minera en la provincia de Espinar, Cusco, se remonta incluso a la época colonial. Los túneles y restos de antiguas minas de los pueblos de Coporaque, Condoroma y Suykutambo, hoy sumidos en el más absoluto abandono y pobreza, son testigos de ello. Entre los años 1917 y 1918, se descubre el yacimiento minero Tintaya, pero su explotación recién se inicia en 1984, por parte de la empresa estatal Minero Perú.
Durante el fujimorismo, la empresa es privatizada y vendida a Magma Cooper, a precio ganga de 200 millones de dólares, y luego transferida a BHP Billiton, por casi 800 millones. La primera protesta contra los abusos de la empresa minera se dio el 21 de mayo de 1990, cuando el pueblo tomó las instalaciones de la mina y se lograron algunas reivindicaciones.
Los cuestionamientos al Convenio Marco
En 1999 se inician las negociaciones para la firma de Convenio Marco, las que culminan en setiembre del 2003. Aunque se lograron otros avances, las comunidades campesinas y la FUCAE, no estuvieron de acuerdo en la manera como el alcalde aprista de Espinar manejó la firma del convenio y desde esa fecha, ya se hicieron públicos los cuestionamientos a dicho convenio. Esta situación de alguna manera estalló en la segunda semana de mayo último, cuando la empresa se negó a dialogar para discutir la reformulación del convenio y las nuevas demandas de la población.
Una de las demandas de la población es la ampliación del aporte inicial de un millón y medio de dólares. El principal argumento para la reformulación es que cuando se firma el convenio, los precios del cobre habían caído en el mercado internacional. Sin embargo, ahora que los precios se han incrementado, era lógico que la población planteara que se aumenten los aportes de la empresa.
Lo cierto es que la negativa de la empresa a discutir la reformulación, hace que en una Asamblea del frente de defensa (FUDIE), del 17 de mayo, acordara un plazo a la empresa hasta el 21 de mayo, de lo contrario se iniciaría un paro indefinido. La empresa en todo momento trató de burlarse de los dirigentes, no respondieron a las demandas de la población, y el 23 de mayo se inició la huelga indefinida.
Jornadas intensas de lucha
Entre el 23 y el 25 de mayo, se desarrollan intensas movilizaciones en las que participaron unas 15 mil personas, exigiendo el diálogo con la empresa. Las maniobras de los funcionarios de la empresa no hacían sino provocar a un pueblo movilizado, que anunciaba la toma de la mina ante la negativa de dialogar. El mismo 23 de mayo se producen los primeros enfrentamientos con la policía que arremete contra los manifestantes con bombas lacrimógenas.
El día 24 el paro se fortalece y nuevos sectores se pliegan a la protesta. Las carreteras son totalmente bloqueadas, se paralizan todas las actividades comerciales y escolares. L población llega nuevamente a la mina para exigir el diálogo pero la empresa mantiene su actitud intransigente. Nuevamente la manifestación es reprimida por la policía, se producen heridos y varias personas son detenidas.
El 25 la situación se vuelve más tensa, la población exige el cierre de la mina, mientras se anuncia la llegada de una comisión de alto nivel a Espinar para el día jueves 26 de mayo. Un nuevo mitin se produce en la Plaza de Armas de Espinar, donde el alcalde también es duramente cuestionado, y se reitera el pedido del cierre definitivo de las operaciones mineras.
El arribo de la comisión no satisface a la población, pues consideran que tanto el viceministro de energía y minas, Rómulo Mucho, así como los congresistas José Taco y Mario Ochoa, no tenían capacidad para resolver sus demandas. Sin embargo, el 27 de mayo se acuerda dar una tregua para que los representantes de BHP Billiton, se incorporen al diálogo y se busquen soluciones serias que satisfagan las justas demandas de la población.
Mientras tanto, al cierre de nuestra edición, continuaba el cierre de las operaciones, y las principales organizaciones de Espinar, han planteado realizar un nuevo paro provincial para retomar las negociaciones. Lo cierto es que la situación sigue siendo tensa, y las descabelladas acusaciones del gobierno contra la dirigencia de Espinar vinculándolas con el terrorismo, en nada contribuyen a solucionar el conflicto. Como tampoco lo hacen los comunicados de las empresas mineras y de algunas ONGs que pretenden responsabilizar a la población espinarense de la situación que se ha creado, sin tomar en cuenta la intransigencia de la empresa BHP Billiton para dialogar y encontrar soluciones justas. CCP se solidarizó con el pueblo de Espinar y la FUCAE
En medio de todos los ataques que sufría el pueblo de Espinar, su dirigencia así como la Federación Unificada de Campesinos de Espinar, FUCAE, la CCP expresó su solidaridad con sus luchas y exigió al gobierno y a la empresa que escuchen y solucionen sus justas demandas. En un pronunciamiento, la central campesina señala que a pesar de la presencia de la actividad minera, 8 de cada 10 pobladores rurales de Espinar siguen en situación de pobreza y extrema pobreza.
Agrega que las empresas mineras en los últimos años vienen acumulando grandes ganancias debido a que el precio de venta de una libra de cobre en el mercado internacional es de aproximadamente 1.30 dólares; mientras que el costo de producción apenas es de 0.60 centavos de dólar. Por ello, BHP Billiton Tintaya, en el 2004 facturó ventas por 350 millones de dólares y ha obtenido más de 100 millones de ganancias netas.
La CCP considera que debemos luchar por una nueva minería, que no sea vista solo como contribuyente al erario nacional a través del impuesto a la renta, sino que debe jugar un rol de aporte al desarrollo regional y en particular del agro, redistribuyendo la riqueza. Finalmente, la central campesina lamenta el comunicado emitido por ciertas personalidades y ONGs que junto con las empresas Yanacocha y Buenaventura, lejos de señalar la responsabilidad de las empresas mineras en el atraso del país, hayan calificado al movimiento de Espinar como violentista, haciéndole así el juego a la campaña que impulsa el gobierno.