Nuevamente las provincias de Andahuaylas, junto con la de Chincheros, en Apurímac, volvieron a poner en el centro de la actualidad política, la grave situación que atraviesan los productores y campesinos, particularmente los productores de papa. Entre el 1 y el 6 de abril, el país se conmocionó con una de las más rotundas huelgas, para exigir, además de mejores precios para el tradicional tubérculo, otras demandas largamente postergadas y sentidas por esta parte de la población apurimeña.
La huelga indefinida que iniciaron los campesinos, tuvo el apoyo mayoritario de la población andahuaylina y de Chincheros, quienes protagonizaron masivas movilizaciones, que paralizaron todo tipo de actividad, incluyendo la toma de carreteras y del aeropuerto de Andahuaylas. La incapacidad del gobierno para y negociar frente al conflicto, lo llevó a declarar el estado de emergencia en ambas provincias, medida que en ningún momento mermó la capacidad de lucha de la población.
Esta movilización popular y campesina, fue encabezada por el Frente Defensa Regional Agrario de Apurímac, FEDRA, que tiene entre sus principales bases a las federaciones campesinas de Andahuaylas y Chincheros, bases históricas de la CCP, quienes exigieron desde un principio la presencia de una comisión de alto nivel, encabezada por el ministro de agricultura, en la zona.
Como suele ser la conducta del gobierno, en un principio se negaron a dialogar, y pusieron como condición que primero se levante la huelga así como los bloqueos de la carretera y el aeropuerto. Sin embargo, la contundencia de la movilización, hizo retroceder al gobierno en esas pretensiones, y no le quedó más remedio que acudir al diálogo, el mismo que se realizó en Andahuaylas, el martes 5 de abril.
Uno de los principales logros de la huelga, ha sido el compromiso de comprar cinco mil toneladas de papa directamente a los productores, a un precio de 0.35 centavos el kilo. Hay que señalar, que el precio en chacra que ha venido pagando a los agricultores era menos de 10 centavos el kilo, todo un insulto a la pobreza campesina. Sin embargo, como lo señalado Wilder Sánchez, secretario general de la CCP, que viajó a Andahuaylas, quedan aún pendientes muchos otros puntos de la plataforma de lucha.
La crisis del agro se agudiza y los precios empeoran
Tal como lo señaló en su momento la CCP, la crisis del agro y la pobreza se extiende en Apurímac, por ello, la huelga campesina, ha sido una respuesta masiva de los campesinos y productores de las dos provincias apurimeñas, ante el abandono y falta de atención del gobierno central a sus justas demandas.
Asimismo, los precios de los productos en chacra no solo no mejoran sino que empeoran. El caso de la papa, es dramático y afecta a más del 39 % del total de productores que existen en el país y que es principal sustento de las familias campesinas. En Andahuaylas se compra la papa en chacra al precio miserable de 0.07 centavos el kilo, que no repone siquiera los costos de producción. Es bueno tomar en consideración, que uno de los factores que explican la baja o casi nula rentabilidad del agro regional y nacional, así como la sistemática caída de los ingresos de los productores, son los bajos precios de los productos agropecuarios. Ello como consecuencia de la política neoliberal que permite la competencia desleal de los productos importados especialmente como el trigo.
Asimismo, el Gobierno de Toledo no implementa políticas de sostenimientos de precios. Ante esta situación nuestra demanda es que se aplique una propuesta de precios de garantía o refugio, que permita por lo menos la recuperación de la inversión y un ingreso razonable, que contribuya a salir a los campesinos del cuadro pobreza en la que viven. Mientras tanto, el campo sigue soportando una sequía prolongada, por lo que diversas federaciones campesinas y de productores agrarios sobre todo de la sierra como las de Apurímac, Puno, Cusco, Huancavelica, Ayacucho, entre otras, vienen demandando la declaratoria de la emergencia agraria y no han sido escuchados de parte del gobierno.
A esta situación hay que agregar los otros males estructurales de la agricultura peruana, como consecuencia de la aplicación del modelo neoliberal. No hay financiamiento ni asistencia técnica para los pequeños productores y las Comunidades Campesinas. El Agrobanco no contribuye al desarrollo de la pequeña agricultura, por tener una característica de la banca privada. Además, el capital 100 millones de soles de Agrobanco es insuficiente para atender las necesidades de crédito de los cientos de miles de pequeños productores y comunidades campesinas. Por ello, la CCP demanda que Agro banco se transforme en una Banca de fomento.
Andahuaylas y Chincheros han vuelto a poner sobre el tapete la dramática situación que atraviesa el agro y los campesinos peruanos. La compra de las 5 mil toneladas de papa que ha prometido el gobierno no es por cierto la solución total a las demandas que motivaron la huelga campesina. Se requiere otras medidas urgentes, de lo contrario, en cualquier momento, no solo Andahuaylas sino en otros departamentos del país, surgirán nuevas y contundentes protestas.