El Paro Nacional Agrario empieza a forjarse desde el Perú Profundo

2005-03-12 00:00:00

El mandato del V Consejo Nacional de la CCP de empezar a organizar el Segundo Paro Nacional agrario desde las bases, ha empezado a forjarse desde el campo mismo, que se calienta, resiste y lucha; y que no se rinde ante el neoliberalismo que lo excluye y golpea; y que ha empezado a decirle NO al TLC con acciones concretas. Nuestras principales federaciones departamentales y provinciales, empiezan a hacer carne los acuerdos de la CCP, y se proyectan también a otros sectores sociales que están dispuestos a defender sus recursos naturales frente a las agresiones de las transnacionales mineras y ante la pasividad del gobierno del Presidente Alejandro Toledo.

La lucha contra el modelo neoliberal, en el presente año viene apuntando hacia dos de sus principales instrumentos de dominación, como son los tratados de libre comercio que se pretende imponer al pueblo peruano y los abusos y prepotencia de las grandes empresas mineras, que además de destruir los recursos naturales, se niegan a reconocer el justo derecho de los pueblos que demandan el pago de las regalías, tal como lo establece la ley aprobada el año pasado por el Congreso de la República.

Tal como lo ha venido vaticinando la CCP a través de Voz Campesina y en sus diferentes eventos organizativos, el movimiento social y campesino, han logrado romper el cerco que pretendieron tender las fuerzas de la derecha neoliberal, como parte de su alianza con el gobierno, para seguir consagrando el neoliberalismo. Sin embargo, mientras más contundente sea la respuesta popular y campesina, el gobierno y sus aliados neoliberales, tendrán que recurrir más a la tentación de reprimir al movimiento social, pues cuenta con muchos instrumentos a su servicio.

La respuesta campesina
Tal como damos cuenta en esta misma página, las principales federaciones campesinas como las de Cusco y Puno, ya están impulsando la respuesta campesina, sobre todo frente al TLC; y empiezan a protestar también a las promesas incumplidas del Presidente Toledo y de los gobiernos regionales.

En una reciente asamblea general, la Federación Departamental de Campesinos del Cusco, FDCC, han acordado convocar a un paro agrario regional para el día 15 de marzo. Un hecho importante a destacar es que con esta medida de lucha, esta importante base de la CCP vuelve a ponerse a la cabeza de la movilización campesina, luego de haber comprobado que a más de tres años de gestión, el gobierno de Toledo es incapaz de cumplir con el Acta de Compromiso que suscribió con la FDCC. Las promesas incumplidas también se han producido por el lado del gobierno regional que preside Carlos Cuaresma.

De otro lado, una reciente asamblea general ampliada de la Federación Departamental de Campesinos de Puno, FDCP, acordó impulsar un paro agrario para los días 21 y 22 de abril próximo; propuesta que también ha sido planteada a los integrantes del CUNGA, para juntos impulsar esta medida de protesta. La FDCP también viene haciendo las coordinaciones del caso con otras federaciones de la macro región sur, para que se sumen a la medida de lucha, que también es en rechazo a la firma del TLC con los Estados Unidos.

Sin embargo, la respuesta al abandono del campo no surge solo de las bases de la CCP del sur andino. A lo largo de los dos primeros meses del año, ya se han producido otras acciones de lucha de otros sectores agrarios de la costa. El pasado 10 de febrero, la Asociación de Pequeños Productores Agrarios del Valle de Ica, APAVI, realizaron un paro de 24 horas para exigir mejores precios principalmente para el algodón.

Pese a las promesas hechas el año pasado de aumentar el precio de quintal de algodón y de pagar un subsidio, para compensar los bajos precios, el gobierno tampoco ha cumplido con los algodoneros. Ellos exigen un precio justo de 140 nuevos soles por quintal. De otro lado, en enero se realizó un paro de un frente ganadero que protestaban contra el IGV de 19 por ciento a las carnes rojas, que termina perjudicando a los pequeños y medianos productores.

Unas semanas más tarde, otro movimiento campesino como los productores de hoja de coca y pequeños productores de Tocache, realizaron un paro de 48 horas –que luego se convirtió en paro indefinido con apoyo de la población- para protestar contra el uso de sustancias tóxicas en los operativos de erradicación de cultivos de coca. Como respuesta, el gobierno ha desatado una nueva campaña para desprestigiar a los dirigentes cocaleros y buscar reprimirlos, acusándolos de tener vínculos con el narcotráfico.

Rechazo a la agresión minera y a prepotencia del gobierno
Los pueblos que se ven afectados por la actividad de las grandes empresas mineras, también han retomado con fuerza las movilizaciones en defensa de sus recursos naturales y frente a la negativa de éstas de cumplir con el pago de las regalías establecidas por ley.

Uno de ellos ha sido la población de la Región Apurímac, que durante los días 2 y 3 de marzo, realizaron un paro regional de 48 horas, para exigir que los dineros de la concesión del proyecto minero “Las Bambas”, se inviertan en la región y no vayan a parar en las fuerzas armadas, como pretende el gobierno.

Otra lucha reciente es la que viene librando la población huarasina, en la región Ancash, que ha realizado paros contra la empresa minera Barrica Misquichilca y Antamina, que se niegan a aportar a un fondo de 200 millones de Nuevos Soles para obras de desarrollo socioeconómico en la región.

De otro lado, recientemente una comisión de presidentes regionales, acompañados por varios congresistas, estuvieron en Lima, para frenar la ofensiva legal que los grupos de presión de las poderosas empresas mineras han iniciado sobre el Tribunal Constitucional para que deje sin efecto la ley de regalías. La resolución de esta demanda, de ser favorable a las empresas, generará un escenario de mayor conflicto social.

El CUNGA como espacio de unidad
Es indudable que este escenario que se ha venido configurando presenta las condiciones para una respuesta contundente del campesinado, productores agrarios y de los pueblos del interior, frente a las agresiones de las empresas mineras y ante la amenaza que representa la firma del TLC.

Sin embargo, se requiere también reforzar el espacio para que la respuesta sea también unitaria, y aquí es donde tiene que entrar a tallar el CUNGA, como articulador de los gremios y organizaciones, y centralizador de las voluntades unitarias que se vienen forjando desde las propias bases. En un taller realizado recientemente por el CUNGA, se ha vuelto a tocar el tema de la unidad para impulsar el paro agrario nacional, pero queda aún mucho por trabajar en ese sentido.

Desde la CCP se han venido haciendo muchos esfuerzos para contribuir a la institucionalidad del CUNGA como entre articulador y centralizador, pero esta es una tarea que debe comprometer a todos los gremios que los integran. De manera como se encare la unidad para la acción, no solo dependen la contundencia de una medida de lucha, sino también la legitimidad y representatividad de un espacio que en medio de dificultades, es necesario continuar construyendo.

Como decíamos al principio, el campo se recalienta, lucha y se resiste a seguir siendo embestido por el neoliberalismo, por sus instrumentos como el TLC y por la acción depredadora de las transnacionales mineras. Se vienen grandes batallas en las que el campo puede ser el escenario de definición de grandes temas que incidirán en el futuro del país y del movimiento campesino.

La CCP debe ser sin duda uno de los protagonistas de las luchas que se vienen; y eso tiene que abonar el terreno en el que venimos trazando el camino hacia nuestro X Congreso Nacional, que debe reafirmar una línea de lucha frontal contra el neoliberalismo excluyente, y forjar una nueva propuesta de desarrollo agrario con equidad y justicia para las comunidades campesinas y los pequeños productores.