Editorial
La consigna de Toledo de que el TLC con los EEUU se firma “sí o sí”, parece haber sido elevada a la categoría de dogma o doctrina, por el principal escudero de este tratado, el ministro de Comercio Exterior (MINCETUR), Alfredo Ferrero. Y esto, que ya era evidente, se ha vuelto a expresar en enfrentamiento con CONVEAGRO, a raíz de la suspensión de su participación en el Comité Empresarial de Negociaciones Internacionales, CENI, una especie de caja de resonancia de las supuestas bondades del TLC para el Perú.
En este marco, Ferrero ha reiterado que el TLC se seguirá negociando con o sin el apoyo de CONVEAGRO; y ha lanzado una andanada de críticas infundadas y carentes de seriedad contra este foro agrario, como negar su representatividad al reducirla a ”tres o cuatro dirigentes que están en contra el TLC”. Obnubilado por los cantos de sirena que escucha del poder político y económico neoliberal, se olvida que forma parte de un gobierno desprestigiado, antipopular, y rechazado por la gran mayoría de los peruanos como lo revelan las encuestas. Como el avestruz, entierra la cabeza para no darse cuenta que el gobierno del cual es parte, para llegar al 2006 tiene que colgarse de las barbas del Tío Sam, firmando el TLC, que no es sino la construcción del segundo piso del neoliberalismo, continuidad al fujimorismo económico, del cual este abogado empresarial también fue funcionario.
La actitud de la que hace gala el titular del MINCETUR es a todas luces no solo irrespetuosa sino que expresa la prepotencia, autosuficiencia y arrogancia de un funcionario que se atribuye el derecho de hipotecar el futuro de todo un país, movido por sus convicciones ideológicas neoliberales y por los grandes intereses económicos y financieros que se mueven tras el TLC que él defiende. Hay otro aspecto que es importante destacar: Ferrero ha salido muchas veces a reclamar a sus críticos un debate serio respecto del TLC. Lo que ahora viene avalando, con sus publicaciones al más puro estilo fujimontecinista, está muy lejos de la seriedad que él mismo reclama, al decir que lo único que ha hecho es con la publicación de esos folletines de descarada propaganda pro TLC, es “difundir los beneficios del TLC, que son evidentes, claros y objetivos”.
De qué beneficios claros y objetivos se puede hablar, cuando este modelo económico basado en el libre mercado, fundamento del TLC, en los catorce años que se viene aplicando ni siquiera chorrea?. Esto es lo rea,l y no lo que quiere imaginar la afiebrada mente del ministro. En el caso del agro, ¿es objetivo y serio decir que el sector agrícola va a ganar con el TLC, cuando la pobreza y la extrema pobreza se entiende en el campo, como fruto de las mismas políticas neoliberales?. La ignorancia de Ferrero en materia agraria es tan grande como su audacia de querer presentar a tres mil empresarios agroexportadores como la totalidad de productores nacionales, cuando apenas representan el 0.17 por ciento del total.
Esto mismo salta a la vista cuando afirma muy ufano que “con el TLC el Perú gana”. Acaso no escucha las protestas de vastos sectores de industriales, productores, campesinos; y las advertencias de muchos expertos que alertan sobre los riesgos que implica el TLC?. Como dicen que no hay peor ciego que el no quiere ver, Ferrero solo se ha propuesto ver lo que su imaginación y los intereses que representa, le dictan.
Antes de terminar es bueno señalar que este pleito de Ferrero con Conveagro, revelan que las políticas ambiguas que los directivos de CONVEAGRO han venido expresando frente al TLC, no son buenas compañías. Si se hubiera recogido el sentir de la mayoría de los representantes de los gremios que participaron en el VIII Conveagro de setiembre último, que exigía la suspensión de las negociaciones en materia agraria y mantener una línea consecuente en la defensa de la producción nacional, hoy CONVEAGRO no estaría afrontando el desplante del arrogante ministro Ferrero.
De este caso, también deben entender a los directivos de CONVEAGRO que su rol no es solo defender cuatro productos, como lo ha venido haciendo hasta ahora, y quedarse en los marcos de la franja de precios; y que lo le corresponde es la defensa de la integralidad de los producción nacional, entre ella, la pequeña producción campesina comunera de la sierra, que es la gran mayoría del país. Y un importante sector de esa mayoría, organizado en la CCP, acaba de ratificar en nuestro V Consejo Nacional, su exigencia de que el agro salga del TLC, que este lesivo tratado saque sus garras manos de la agricultura peruana. Y para ello, ha propuesto al CUNGA preparar el segundo paro nacional agrario, en mayo del 2005, para combatir al neoliberalismo, al TLC y a las mentiras como las que hoy Ferrero difunde en sus pasquines.