La oposición al TLC se hizo sentir en la V Ronda de Guayaquil
Entre el 25 y 29 de octubre se realizó en Guayaquil, Ecuador, la V Ronda de Negociaciones del TLC Andino, en la que se confirmó que todo se desenvuelve según el libreto impuesto por EEUU desde que se iniciara estas negociaciones. Uno de los aspectos más destacables, fue la respuesta de las organizaciones sociales de rechazo al TLC, que se expresó con una manifestación de más de cinco mil personas que marcharon hasta el lujoso hotel donde se reunían los negociadores.
Las discusiones de las cinco rondas no han ido más allá de definir listas de productos y las canastas: A, sin aranceles; B, desgravación a 5 años; C, desgravación a 10 años; D, desgravación a más de 10 años. Así, en las mesas temáticas se ha tratado sobre acceso a mercados, compras de sector público, salvaguardias, inversiones, agricultura, servicios financieros, propiedad intelectual, telecomunicaciones entre otros; todo ello teniendo como base de negociación un borrador presentado por EEUU, desde la reunión inicial
En las rondas también los negociadores de los países andinos han quemado tiempo rogándole a Estados Unidos que cambie su política proteccionista en la agricultura, pero para los norteamericanos es un tema de seguridad nacional y por tanto no es negociable. Además, el proceso de negociación ha servido para que cada presidente andino (Gutiérrez, Toledo y Uribe) ratifique su fidelidad con el imperio, dando discursos similares, en los que han dicho “sí o sí al TLC”.
El objetivo del gobierno de los EEUU y sus transnacionales con el TLC es dotarse de un instrumento que facilite montarse por encima de las constituciones políticas de cada país, que le permita apoderarse aún más de los recursos naturales, la biodiversidad y la propiedad intelectual, y tener total control territorial de los países andinos, lo que es vital para su dominio geoestratégico. Y para ello, impone sus intereses combinando al TLC con sus planes: Colombia, Puebla-Panamá, IRA, IIRSA, entre otros, con lo cual lo comercial va atado a lo político y militar. En suma, lo que se busca es tener estatutos supra-constitucionales que otorgan garantías y privilegios al gran capital estadounidense y restringen de manera drástica las libertades ciudadanas, los derechos humanos y la soberanía de pueblos y Estados.
Para ello, EEUU ha puesto a la cabeza a una experta en estos temas, Regina Vargo, quien fuera la negociadora jefe del TLC con Centroamérica (CAFTA). Por su parte, los gobiernos de los 3 países han puesto a negociadores con perfil técnico, con lo cual han tratado de distraer la atención de la sociedad civil, haciendo creer que la negociación nada tiene que ver con sus vidas, con lo social y lo político. La VI ronda se realizará del 30 de noviembre al 4 de diciembre del presente año, en la ciudad de Tucson, enclavada en el desierto de Arizona, donde esperan llegar a los consensos, que no han logrado en la Ronda de Guayaquil.
La respuesta del movimiento social
Por su parte, los sectores sociales y productivos de la región andina que se oponen al TLC, en estas cinco rondas han ido acumulando más fuerza y han ganando más aliados, que se han manifestado con eventos paralelos en los que se han construido documentos argumentando las razones por las que se oponen a este acuerdo y se han elaborados propuestas alternativas, en defensa de la soberanía nacional y la autodeterminación de los pueblos. Discusión que se ha socializado también en las calles, a través de marchas que han llegado alrededor de los escenarios de negociación.
Así sucedió ahora en Guayaquil, donde hubo rondas sociales y ciudadanas en los predios universitarios estatales y que luego confluyó en una gran movilización social. Esta lucha contra el TLC ha tenido como punto de partida la lucha contra el ALCA desde dos años atrás, impulsada por movimientos sociales, campesinos, indígenas, sindicales, ecologistas, mujeres, entre otros, articulados en la Alianza Social Continental, CLOC, Grito de los Excluidos, REMTE, entre otros.