Los campesinos organizados en la Central de Cooperativas Té Huiro, ubicada en la provincia de La Convención, en Cusco, tuvieron que pasar muchos avatares para poder recuperar después de mucho tiempo, su fábrica ubicada en Ate Vitarte, en Lima. El local había permanecido en manos de un antiguo trabajador de Té Huiro, Fortunato Nina, quien el pasado viernes 5 de noviembre, intentó de nuevo retomar el local con el apoyo de la policía de Salamanca, que utilizó escopetas lanzagas, para desalojar a los verdaderos dueños de la fábrica.
Los campesinos de Té Huiro, defendieron su local y la policía tuvo que retirarse; sin embargo, hay el peligro de un nuevo intento de desalojo, por lo que, además de denunciar estas maniobras que permite el poder judicial con el apoyo de la policía, están exigiendo las garantías del caso. Asimismo, se anunció la llegada de más productores desde La Convención, en el Cusco, para fortalecer la defensa de su fábrica e impedir que nuevamente sea usurpada por Fortunato Nina.
Jorge Rozas, dirigente de la cooperativa, acusó a Nina de haber quebrado la cooperativa Té Huiro y luego de haberse quedado en poder de la fábrica ubicada en Lima, con el favor de malas autoridades del poder judicial. Por eso, el pasado 5 de setiembre, unos 160 campesinos que llegaron desde Quillabamba, decidieron recuperar su local, a pesar que luego tuvieron que soportar un ataque de más de 400 matones contratados por el dueño de Té Herbi; al igual como ha sucedido el pasado viernes 5 de noviembre.