Luego del Paro Nacional del 14 de julio, se ha configurado un nuevo escenario político y social en el país, que sin duda abre nuevos horizontes para que el desarrollo del movimiento social. El mensaje presidencial de Alejandro Toledo, que tuvo muy poco de trascendente, así como la alianza de la derecha con el APRA para copar la dirección del Congreso de la República, son otros elementos que permiten avizorar con mayor nitidez, los retos que tiene por delante el movimiento campesino y popular para enfrentar un gobierno que cada vez se entrega al neoliberalismo económico y político para poder llegar al 2006 a cualquier precio.
Las características del nuevo escenario político
En el nuevo escenario político del país ha empezado a surgir cada vez con mayor presencia un movimiento social, que a pesar de sus dificultades, se muestra en ascenso y trata de superar la disgregación y desarticulación de los últimos años, y que trata de superar la movilización fragmentada. El paro del 14 de julio, ha sido una expresión de ello y constituye un paso importante en la lucha contra el modelo neoliberal y contra el gobierno de Toledo que lo implementa.
Hay otro elemento muy importante también a destacar de esta coyuntura: Este ascenso del movimiento social y el último paro nacional empiezan a marcar la agenda política del país, en la que el cambio del modelo económico neoliberal y la convocatoria a una Asamblea Constituyente son aspectos ineludibles. El debate generado luego del mensaje presidencial, que cuestionan los triunfalismos en materia económica; así como la reacción de las fuerzas de la derecha y el APRA para oponerse a la Constituyente, son muestras de ello.
Hay que reiterar también que el paro nacional ha sido la respuesta del movimiento social a un gobierno que cuyo aislamiento, precariedad y muestras cada vez más evidentes de corrupción, está siendo resueltos con el expediente de seguir entregando la política económica a manejo de los neoliberales y las transnacionales, así como a poner todas sus esperanzas en la firma apresurada de un TLC que se somete a los intereses de la expansión geopolítica y comercial del gobierno norteamericano.
En este escenario es evidente que se está gestando una nueva correlación de fuerzas que abren nuevos horizontes y a la vez plantean nuevos retos a los movimientos sociales, populares y campesinos. Esta nueva correlación genera a su vez otras condiciones para que la transición democrática pueda salir de la situación de entrampamiento en que se encuentra desde hace buen tiempo atrás, para que el movimiento social siga pugnando por sus propuestas y potenciando sus organizaciones gremiales como la CGTP, los Frentes Regionales, la CCP, CNA, CUNGA y otros, que cada vez cobran mayor protagonismo.
En síntesis, el escenario post paro nacional, abre nuevos horizontes que pueden permitir a las organizaciones sociales y políticas de izquierda -siempre y cuado se reubiquen adecuadamente frente al movimiento social con una propuesta política y programática- avanzar hacia la construcción de una fuerza de oposición abierta y democrática, alternativa al gobierno de Toledo y cuanta variante neoliberal se presente, sea de la derecha o centro derecha.
Cogobierno a la vista para salvar al gobierno
Frente a este escenario, el gobierno –buscando salir de su precariedad política y social- y las fuerzas políticas de la derecha y centro derecha, apremiadas por la grave crisis de régimen político que vive el país, han respondido con diversas orientaciones y variantes tácticas.
En su mensaje presidencial del 28 de julio, Toledo acosado por los problemas de corrupción, anunció su disposición a levantar su secreto bancario del Presidente, el de sus ministros y de sus congresistas. Ello puso a la defensiva al APRA y UN, y de paso desvió la atención de la opinión pública respecto a las investigaciones de corrupción que involucran al gobierno a través del procesado Almeida (caso Bavaria) y sus relaciones con la mafia fujimontecinista.
En el mensaje también se anunció como una posibilidad la convocatoria a una Asamblea Constituyente. Sin embargo, no pasó ni una semana y el Premier, Carlos Ferrero, se lanzó a decir que esta propuesta no solo era retrograda, sino antidemocrática. La mayoría de sus congresistas de PP, han manifestado que se inclinan por la reforma constitucional dentro del actual congreso; de manera que el anuncio de Toledo quedaría apenas en una mecida más, típica de su estilo.
En materia económica, volvió a reiterar que sus planes macroeconómicos están bien; pero conocedor también de que el pueblo está hastiado con el modelo económico, demandó paciencia, porque los beneficios del famoso “chorreo” no tardarían en llegar; promesa que hizo el neoliberalismo desde hace 14 años(1990-2004) y que está muy lejos de haberse cumplido. Toledo propuso también una alternativa gaseosa de “reperfilamiento de la deuda externa” pero que en concreto no significa nada.
Mientras tanto, no dijo una sola palabra sobre una verdadera reforma tributaria, las regalías mineras, la renegociación del contrato con la telefónica; tampoco sobre eliminar los privilegios que el fujimorato otorgó a la minería y a los bancos; mucho menos sobre incrementar el presupuesto a los gobiernos regionales y locales y la inversión publica descentralizada para el agro.; como tampoco anunció medidas concretas para promover la pequeña producción campesina, que se ahoga en crisis y en pobreza. En otras palabras, nos anuncio que seguirá con su misma política económica.
Por su parte, las fuerzas de derecha (UN) y centro derecha (APRA), después de haber ganado el control del poder legislativo con Antero Flores como presidente, anunciaron que han decido hacer un salvataje del gobierno de Toledo para que pueda llegar cumplir su mandato de gobierno. Lo que ayer fue un pacto sutil y secreto, hoy se presenta ante el país como la constitución en la práctica de un cogobierno de PP, APRA y UN; más allá de los líos domésticos y el lamentable espectáculo que han dado por el reparto de las comisiones del Congreso.
La característica de esta nueva alianza de cogobierno es seguir desarrollando el programa neoliberal, implementar el TLC bajo las condiciones que impone la expansión geopolítica de EEUU, su negativa a convocar a la Asamblea Constituyente, y tomar las decisiones que permitan generar la estabilidad política que garanticen que Toledo llegue al 2006. Aunque no hay que descartar que esta tanto UN como el APRA pueden seguir escondiendo la carta de la vacancia bajo la manga, como un elemento de chantaje hacia al gobierno para obtener ventajas políticas.
En lo que se refiere a Alan García, ha pasado muy rápido de apoyar el paro nacional a ser un entusiasta defensor del llamado Consenso de Washington, con su propuesta de “Pacto por la Inversión y el empleo”, que ha sido recibido con beneplácito por la derecha empresarial aglutinado en la CONFIEP y la derecha neoliberal. Estos sectores le han planteado como carta de garantía de su cambio –es decir, para creerle- que el APRA, que hoy controla el Congreso, debe derogar la ley de regalías mineras y entregar en concesión el puerto del Callao.
Claro que partido de la estrella no ha seguido exactamente esa vía, sino que en el parlamento en alianza con PP y UN, está modificando la Ley de Regalías hasta desnaturalizarla. El problema de los puertos es un tema que se verá más adelante, después que se arregle la disputa por el control de las comisiones del Congreso. El APRA deberá hilar fino en este último tema, pues no hay que olvidar que el sector laboral sindicalizado que queda en puertos tiene fuerte influencia sindical aprista.
Indudablemente, el realineamiento explícito de estas fuerzas le da un mayor aire transitorio al gobierno de Toledo, pero de ninguna manera resuelve su precariedad; como tampoco resuelve la grave crisis de régimen político que vive el país. En todo caso, lo que sí podemos señalar es que el blanco a combatir por parte del movimiento social se amplía, ya que no solo se trata ahora del gobierno sino del conjunto de las fuerzas de derecha y centro derecha que cogobiernan en la práctica el país.
El pueblo seguirá desarrollando sus luchas
Estas variantes que se han producido en el escenario post paro, no implican que estamos frente a un escenario distinto al que se generó con el paro nacional. Al contrario, son respuestas casi naturales frente al ascenso del movimiento social y a la configuración de la nueva correlación de fuerzas que sé esta gestando en el país. El movimiento social en curso desde el primer semestre del presente año, no se paralizará. Por el contrario, tomará el aire necesario y se reacomodará más temprano que tarde ante esta variantes anunciadas, para volver nuevamente a las calles, a sus luchas.
Desde esta lectura y dada la crisis que vive el país, es un movimiento que tiene como tendencia seguir desarrollándose en los próximos meses; y lo hará, nuevamente con diferente ritmo y de manera desigual, en algunos casos se concentrará en espacios locales y regionales; en otros en acciones sectoriales, hasta que hayan condiciones para que se exprese nacionalmente. Todo ello exige, seguir impulsando y bregando por su centralización y su conducción política, para seguir superando la disgregación y desarticulación, que aún persiste de manera importante en su seno.
No esta demás reiterar, que para que las nuevas luchas logren dar un su salto de calidad en la acumulación de fuerzas, se requiere resolver el desfase existente entre la acumulación de fuerzas que en el plano gremial sindical ha logrado una relativa ventaja en su ubicación y protagonismo, respecto de la construcción del referente político. Para superar esta debilidad se requiere forjar puentes de enlace, construyendo bloques socio políticos que respondan a un perfil de cambio y de transformación.
El impulso de campañas nacionales, una tarea ineludible
Es indudable que frente a este escenario, el movimiento social y el campesino en particular requiere, tener claramente definida su orientación táctica, que lo lleve a posesionarse estratégicamente para los retos que se avecinan.
Y esta orientación táctica debe apunta a Organizar un bloque político y social como fuerza de oposición democrática y abierta a la política del gobierno de Toledo y al cogobierno con el APRA, UN, en tanto que aplican el modelo neoliberal y defienden el actual régimen político. En ese sentido y para desarrollar este objetivo táctico se requiere implementar las siguientes campañas nacionales:
1. Por una nueva política económica, que significa exigir aspectos centrales como:
(a) Una verdadera reforma tributaria.
(b) Una autentica ley de regalías mineras.
(c) La renegociación de la deuda.
(d) Un nuevo presupuesto general de la República descentralizado.
(e) Promoción del mercado interno que genere empleo digno.
(f) Aumento de sueldo y salarios.
(g) Defensa del agro y políticas diferenciadas desde el Estado para la pequeña producción campesina comunera para salir de la actual crisis y de la pobreza.
2. Por una Asamblea Constituyente que apruebe una Constitución distinta a la del fujimorismo, que elimine el presidencialismo, instituya regímenes políticos basados en la democracia participativa, que restituya los derechos económicos y sociales, y revalore el rol de la comunidad campesina y la pluriculturalidad.
3. Por una descentralización democrática, con gobiernos regionales con autonomía y que estén dotados con recursos necesarios para el desarrollo regional. Ello implica, incidir en los gobiernos regionales para que se sumen a la lucha por una nueva política económica y no centren sus esfuerzos sólo en una inversión extranjera que muy poco se interesa en el desarrollo de las regiones.
4. Relanzar la lucha contra la corrupción y la impunidad, no sólo contra la mafia fujimorista que aprovecha las debilidades de un inepto poder judicial, sino también contra las crecientes muestras de corrupción en las que está comprometido el toledismo.
5. Referéndum para decidir el destino del TLC con EEUU, en tanto que con este tratado tenemos mucho que perder y poco o nada que ganar; impulsando y construyendo la integración andina y sudamericana.
¡El agro no aguanta más!
A estas acciones debe sumarse una campaña sectorial campesina que reivindique específicamente las postergadas demandas del agro nacional y regionales, que enarbole la consigna ¡El agro no aguanta más!. Las principales reivindicaciones que se plantean son las siguientes:
(a) Defensa de la tierra y territorio de las comunidades campesinas. No al despojo de tierras que busca implementar el gobierno a través de la ley Marco de desarrollo rural y la Ley de reversión de tierras.
(b) Defensa de la producción nacional, levantando la soberanía y seguridad alimentaria de los pueblos. Elevación de los aranceles. Ampliación de la franja de precios. Plan de sustitución de los alimentos importados.
(c) Defensa de los recursos naturales y de los derechos de las comunidades campesinas y los pequeños productores. Alto a la agresión de las grandes empresas mineras contra los pueblos agrarios y campesinos. No a la privatización del agua. No a la privatización de las hidroeléctricas del Mantaro, Machupicchu y San Gabán.
(d) Incremento de la inversión pública hasta el 25% del presupuesto general de la República, del cual el 50% debe destinarse al agro de manera descentralizada.
(e) Precios justos para los productos agropecuarios y alimentos con mecanismos de garantía.
(f) Transformación de Agrobanco en banca de fomento.
(g) Ni coca cero ni coca libre, defensa de la producción de la hoja de coca de consumo tradicional y su industrialización benéfica.
(h) Defensa de los derechos humanos, respaldando las conclusiones de la CVR y exigiendo que sean atendidas por el gobierno.
El desarrollo y aplicación consecuente del objetivo táctico, las campañas nacionales y la sectorial campesina, implican que simultáneamente planteemos la necesidad de conquistar un nuevo gobierno con poder para peruanizar el Perú y descentralizar el país; para lo cual debemos acumular fuerzas que nos permitan concretar esta orientación.
Nuestro plan de movilización
El desarrollo de este objetivo táctico y de las campañas debe estar eslabonado a un plan de movilización, que priorice los siguientes aspectos:
1. La organización de movimientos y paros regionales, particularmente en Puno, Cusco, Junín, Huancavelica, Cajamarca y Piura.
2. Durante el segundo semestre de este año, debemos organizar una segunda acción de masas con características de una jornada nacional de lucha, coordinada con el CUNGA y con la CGTP, que además de contemplar nuestras reivindicaciones, tenga como centro la lucha contra el TLC.
3. Organizar eventos y actividades que auspicien la construcción del referente político, conformando los bloques políticos sociales, en el plano regional y nacional.