Mientras funcionarios de Pro Inversión ejercen presión a comuneros de la zona
Las comunidades campesinas de las provincias apurimeñas de Grau y Acobamba, donde se ubica el proyecto minero denominado Las Bambas, vienen siendo objeto de una fuerte presión de parte de los funcionarios de Pro Inversión, el ministerio de Energía y Minas así como del propio Gobierno Regional de Apurímac para que acepten sin mayor resistencia la ejecución de dicho proyecto minero.
Según han denunciado dirigentes campesinos, sobre todo en las últimos meses se ha intensificado lo que los funcionarios denominan la “fase de concientización” de las comunidades. Para ello se han programado una serie de reuniones en las diversas comunidades, las mismas que se iniciaron el pasado 29 de mayo.
Estas reuniones se caracterizan más por la presión que ejercen sobre los dirigentes comunales, así como por la difusión sobre los beneficios que obtendrán los campesinos con la puesta en marcha de Las Bambas. Sin embargo, es muy poco lo que se les dice acerca de los impactos negativos que la explotación minera tendrá sobre todo en la agricultura y la ganadería de estas provincias apurimeñas, que constituyen las principales actividades productivas.
¿Dónde se ubican Las Bambas?
El proyecto minero Las Bambas, se ha convertido en los últimos meses el centro de la atención en el departamento de Apurímac, pues se le presenta como la tabla de salvación de las empobrecidas comunidades de la región. “La explotación de este proyecto cuprífero traerá desarrollo local en la zona”, sostiene René Cornejo, directivo ejecutivo de Pro Inversión. Sin embargo, los dirigentes campesinos de Apurímac, se resisten ante este ofrecimiento, sobre todo conocedores de los impactos negativos y enfrentamientos que se han producido en otros departamentos del país como Piura y Cajamarca.
El centro del proyecto Las Bambas está ubicado en el distrito de Challhuahuacho, en la provincia de Cotambambas, concretamente en el ámbito de la comunidad de Fuerabamba, donde se ubica un antiguo campamento de Centromín Perú. Justamente, en esta comunidad se realizó el pasado 19 de mayo la primera reunión con los comuneros. El proyecto abarca también los distritos de Coyurqui y Cotabambas, así como el distrito de Progreso que pertenece a la provincia de Grau.
René Torres, presidente de la Coordinadora Regional de Productores Agropecuarios de Apurímac, COREPA, quien participó en la reunión en Fuerabamba, sostiene que por lo menos unas 20 comunidades serán las principales afectadas. “Lo que está en riesgo es la existencia misma de las comunidades pues la minería contaminará los suelos, el agua, es decir, la agricultura y la ganadería de la región, además del medio ambiente”, afirma René Torres.
Agrega que un aspecto tan importante y que afecta la vida de las comunidades campesinas de toda una región tiene que ser tratado con mayor seriedad y no apresuradamente como se viene haciendo, presionando a los campesinos y sin darles mayor información sobre los aspectos no sólo positivos sino negativos que la minería produce. René Torres, dijo también que con la finalidad de dejar todo listo para la adjudicación que será el 23 de julio, los funcionarios de Pro Inversión y la Región, han programado nuevas reuniones en el distrito de Cotabambas, Tambobamba y Challhuahuacho.
El presidente de la Federación Campesina del distrito de Challhuahuacho, Porfirio Gutiérrez Paniura, también ha expresado sus reservas respecto a la forma como se viene manejando las negociaciones del proyecto minero, en el que las comunidades quedan totalmente al margen. Por ello, exige que se postergue la licitación, que haya mayor transparencia, amplia información y sobre todo que las comunidades campesinas que serán las principales afectadas, tengan mayor participación en las negociaciones.
Y mientras los campesinos de Apurímac empiezan ya hacer sentir su malestar frente a la explotación del proyecto Las Bambas, en Lima continúan las presiones para modificar el espíritu de la Ley de Regalías, con la amenaza de que las empresas que postulan a la Buena Pro, empezarán a retirarse. Lo cierto de todo esto es que se sigue manejando las cosas al margen de las comunidades campesinas y de las organizaciones sociales de Apurímac, es que en los próximos meses lo que tendremos será un nuevo foco de enfrentamiento minería-agro y ganadería, tal como ha sucedido en Tambogrande, Cajamarca, Huancabamba y San Ignacio.