José Bové, es el fundador de la Confederación Campesina de Francia y co-fundador de la organización mundial Vía Campesina. Cobró mucha notoriedad en Brasil, cuando luego de participar en el año 2001, en el primer Foro Social Mundial de Porto Alegre, encabezó la destrucción de un semillero de soya transgénica de propiedad de la poderosa transnacional Monsanto –que controla el 90 por ciento de la comercialización de semillas en el mundo-, lo que le costó varios meses de cárcel en Francia.
Es uno de los principales activistas contra las políticas de la OMC en la agricultura y militante tenaz en la lucha contra los transgénicos. Recientemente participó en la IV Conferencia Internacional de Vía Campesina, que se realiza en Itaicí, Sao Paulo, en donde dialogó con Voz Campesina.
¿Por qué Vía Campesina se opone de manera radical a las politicas de la OMC?
Si estamos hoy oponiéndonos a la OMC es por qué esas políticas no permiten que los países sobrevivan con su propia agricultura y a los campesinos de vivir por su trabajo. Las reglas de la OMC imponen los precios mundiales, obligan a los países a abrir sus fronteras –aunque sean autosuficientes- a los productos del mercado internacional y obliga a los Estados a que desmonten sus políticas de apoyo a la agricultura. Con esas tres herramientas, la OMC destruye la capacidad de producción en muchos países en el mundo.
¿Cuál ve la implantación del libre comercio en América Latina con instancias como el ALCA o la firma de los TLC?.
Hay dos herramientas que hoy son utilizadas por la lógica neoliberal y las multinacionales. Primeramente, están las reglas de la OMC de las cuales acabamos de hablar. Ahora hay contradicciones en el interior de la OMC, lo que hace que los acuerdos estén bloqueados. Cuando eso ocurre, la otra herramienta que es utilizada por las multinacionales y los países más ricos, es la implantación de zonas de libre comercio. En América del Norte es el NAFTA, en el continente americano se negocia un ALCA, y hay también una zona de libre comercio entre Europa y Africa, y otra en Asia. Por tanto, el libre comercio es una herramienta de dominación de los países más ricos en una zona para obligar a los países a aceptar la entrada de las multinacionales, tanto en la agricultura como en los servicios y los recursos naturales. Nosotros denunciamos esa política de libre comercio como destructora de los equilibrios de los países y en su población.
¿Cómo afecta la política agrícola común de la Unión Europea (UE) a los productores de los países pobres como los de América Latina?
La política agrícola de la Unión Europea es peligrosa en el campo internacional porque permite a la UE y las multinacionales europeas exportar cereales, leche, carne a los países del sur a precios inferiores a los costos de producción de los campesinos europeos y a los costos de producción de los campesinos de los países pobres. Esta política de la UE destruye a nivel internacional la posibilidad de que los campesinos vivan de su trabajo. Es la misma cosa que ocurrió con el NAFTA cuando el precio del maíz mexicano fue reducido enormemente y ahora las exportaciones de maíz de los EEUU invaden México.
¿En las políticas de libre comercio, los pequeños agricultores tienen alguna posibilidad de desarrollarse?
Hoy en la esfera y la lógica de la OMC y del ALCA, herramientas de destrucción de la agricultura campesina e indígena, no hay posibilidades. Es necesario luchar para conseguir el derecho de la soberanía alimentaria o sea, el derecho para los países de protegerse y construir políticas agrícolas para mantener sus propios campesinos y alimentar la población con su propia agricultura.
¿Cuál es el principal desafío de esta IV Conferencia de la Vía Campesina?
En el campo político, lo principal es la responsabilidad que la Vía tiene y el esfuerzo de luchar por el sustento de los campesinos; y conseguir el derecho de que el mundo haya soberanía alimentaria. El desafío es conseguir que los campesinos puedan vivir de su trabajo y para eso tienen que usar sus propias semillas, por eso la Vía Campesina lucha contra las transnacionales que imponen los organismos genéticamente modificados.
¿Una última pregunta, volverá a destruir semilleros transgénicos?
El día 7 y 8 de agosto nosotros vamos a lanzar una gran campaña en Francia para destruir campos de experimentación de transgénicos. Seguiré destruyendo esas semillas, para nosotros es un combate central y también para todos los campesinos del mundo. Es por eso que en Francia decidimos nuevamente iniciar una campaña de destrucción de los transgénicos impuestos por la Monsanto.