A pesar de algunas dificultades, el 1 de julio se realizó la III Asamblea del Comité Unitario Nacional de Gremios Agrarios, CUNGA, con la presencia de 11 gremios de los 13 (solo faltaron Fongals y Aneconsa), y en opinión e la CCP, la reunión ha sido un éxito. Después de varios meses de pérdida de perfil y de la campaña de algunas fuerzas por debilitar este espacio de unidad, el CUNGA ha avanzado en su institucionalización, al ratificar su nuevo cuerpo directivo, que hoy está presidido por el compañero Armando Vásquez de Anpal-Perú.

Asimismo, en esta asamblea, reafirmando los aspectos centrales de la plataforma, hemos hecho reajustes y actualización, cuyos aspectos más importantes a destacar son poner en primer plano los efectos de la sequía en la agricultura, el fracaso de los planes de relanzamiento del MINAG y el hecho de que llamada Carta Verde no sido sino otra mecida más del gobierno. Y otro aspecto a destacar es que el CUNGA como tal, ha recuperado su espacio de negociación con el gobierno, al producirse el mismo 1 de julio una reunión con el ministro de Agricultura, Alvaro Quijandría.

A pesar de estos avances, sin embargo, no se podido lograr aprobar una participación conjunta del CUNGA en el Paro Nacional del 14 de julio. Solo cinco organizaciones campesinas están comprometidas abiertamente con la medida de lucha: CCP, CNA, ANPEAP (aceitunas), SNV (Vicuña) y ANPAL (algodoneros). El CUNGA como institución no ha podido aprobar la convocatoria al paro, en la medida que no ha logrado el 75% de votos que se requiere para aprobar una medida de esta naturaleza.

El Conveagro y el Paro nacional.

De otro lado, el Conveagro, dirigido por Luis Zúñiga ha tomado la “decisión” de dar libertad a sus gremios ante el paro, que en buen romance es dar libertad para la nada, actuación completamente diferente a la que tuvo el año pasado cuando en el VII Conveagro, aprobó y auspició el paro nacional agrario del 25 y 26 de setiembre.

Esta decisión es aparentemente incomprensible porque el sector agropecuario no solo está sufriendo el abandono de la política económica neoliberal sino que este será un año recesivo, en la medida que por la falta de prevención, está sufriendo los rigores de la sequía que hace estragos en la economía agraria y campesina.

Del mismo modo, el llamado plan de relanzamiento agropecuario 2004-2006, no es sino una reedición de las viejas políticas que aplicó el fujimorismo y como dice Agronoticias Nº 289, “ni una sola medida es reactivadora y las únicas que han salido solo alivian a muy pocos”; es decir, son políticas agrarias que están de espaldas a las reales demandas del movimiento campesino. Tampoco existe justificación para no estar en la lucha que emprende todo el pueblo peruano debido a que la llamada Carta Verde, a seis meses de su firma, es un fiasco reconocido por propios y extraños.