Los movimientos sociales reunidos en Asamblea en la ciudad de Mumbai, India, compartimos las luchas del pueblo de la India, así como la de los pueblos asiáticos y reiteramos nuestra oposición al sistema neoliberal que genera crisis económicas, sociales, ambientales y conduce a la guerra. Nuestras movilizaciones contra las guerras y las profundas injusticias sociales y económicas han servido para desenmascarar el neoliberalismo.
Nos hemos reunido aquí para organizar la resistencia y luchar para construir alternativas al capitalismo. Nuestras resistencias iniciadas en Chiapas, Seattle y Genova nos condujeron a la enorme movilización mundial contra la guerra en Irak el 15 de febrero de 2003, que deslegitimó la estrategia de guerra global y permanente del gobierno de los Estados Unidos y sus aliados, y a la victoria contra la OMC en Cancún.
La ocupación de Iraq mostró a todo el mundo el vínculo existente entre el militarismo y la dominación económica por parte de las corporaciones transnacionales y confirmó las razones que nos llevaron a movilizarnos en su contra.
Los movimientos sociales reafirmamos nuestro compromiso de lucha contra la globalización neoliberal, el imperialismo, la guerra, el racismo, las castas, el imperialismo cultural, la pobreza, el patriarcado y todas las formas de discriminación y exclusión económica, social, política, étnica, de género, sexual, así como a favor de la orientación sexual y la identidad de género. Estamos en contra de la discriminación de las personas que tienen capacidades diferentes y enfermedades incurables, en particular, de quienes padecen el VIH-SIDA.
Luchamos por la justicia social; el derecho a los recursos naturales (tierra, agua y semillas);los derechos humanos y ciudadanos; la democracia participativa; los derechos de los trabajadores y trabajadoras consignados en los tratados internacionales; los derechos de las mujeres; asi como el derecho de los pueblos a la autodeterminación. Somos partidarios de la paz, la cooperación internacional y promovemos sociedades sustentables, capaces de garantizar los derechos básicos y los bienes y servicios públicos a las personas. Al mismo tiempo rechazamos la violencia social y patriarcal en contra de las mujeres.
Llamamos a movilizarnos el 8 de marzo, Día Internacional por los Derechos de las Mujeres.
Luchamos contra toda forma de terrorismo, incluido el terrorismo de Estado, a la vez que estamos en contra de la utilización de la "lucha contra el terrorismo" para criminalizar a los movimientos populares y activistas sociales. Las llamadas leyes contra el terrorismo están restringiendo los derechos civiles y las libertades democráticas en todo el planeta.
Reivindicamos la lucha de campesinos y campesinas, trabajadores y trabajadoras, movimientos populares urbanos y toda persona amenazada con perder el hogar, el trabajo, la tierra y sus derechos. Se están multiplicando las luchas para detener y revertir las privatizaciones, proteger los bienes comunes y su carácter publico (como las que tuvieron lugar en Europa en relación a las pensiones y la seguridad social). La victoria de la gigantesca movilización del pueblo boliviano en defensa de sus recursos naturales, la democracia y su soberanía es un testimonio de la fuerza y potencialidad de nuestros movimientos; al mismo tiempo que avanzan las luchas campesinas contra las transnacionales y las políticas agrícolas neoliberales, exigiendo soberanía alimentaría y una reforma agraria democrática.
Llamamos a la unidad con los y las campesinas en la movilización mundial del 17 de abril, Día Internacional de lucha campesina.
Nos identificamos con las luchas de los movimientos y organizaciones populares de la India y junto a ellos condenamos a las fuerzas políticas e ideologías que promueven la violencia, el sectarismo, la exclusión y el nacionalismo, basados en la religión y la etnicidad. Condenamos las amenazas, arrestos, torturas y asesinatos de activistas sociales que organizan a las comunidades para luchar por la justicia global, y denunciamos la discriminación emanada de las castas, las clases, la religión, el género, la orientación sexual y la identidad de género. Condenamos la perpetuación de la violencia y la opresión contra las mujeres a través de patrones y prácticas culturales, religiosas y tradiciones discriminatorias.
Apoyamos los esfuerzos de los movimientos y organizaciones populares en la India y en Asia que impulsan la lucha de los pueblos por la justicia, la igualdad y los derechos humanos. En particular, la de los Dalits, los Adivasis y los sectores mas oprimidos y reprimidos de esta sociedad. La política neoliberal del Gobierno de la India agrava la marginalización y opresión social que el pueblo de los Dalìts venía sufriendo históricamente.
Por todo ello respaldamos las luchas de los excluidos de todo el mundo y llamamos a sumarnos al llamamiento que harán los Dalìts para una jornada de movilización por la inclusión social.
El capitalismo, en respuesta a su crisis de legitimidad, recurre al uso de la fuerza y de la guerra para mantener un orden económico antipopular. Exigimos a los gobiernos poner fin al militarismo, la guerra y cancelar los presupuestos militares y demandamos el cierre de las bases militares norteamericanas en todo el mundo porque representan un riesgo y una amenaza para la humanidad y el planeta. Tenemos que seguir el ejemplo de la lucha del pueblo portorriqueño que obligó a cerrar la base estadounidense en Vieques. La oposición a la guerra global sigue siendo nuestro terreno de movilización general en el mundo.
Llamamos a la ciudadanía mundial a movilizarse el 20 de marzo en una jornada internacional de protesta contra la guerra y la ocupación de Iraq, impuesta por los gobiernos de los EEUU, Gran Bretaña y sus aliados.
Por ello, los movimientos contra la guerra desarrollarán en cada país sus propias consignas y tácticas, con el fin de asegurar una amplia participación en las movilizaciones. Demandamos la retirada inmediata de las tropas de ocupación de Irak y apoyamos al pueblo iraquí en su derecho a la libre autodeterminación y soberanía, asi como al derecho a que se reparen los daños ocasionados por el embargo y la guerra.
La "lucha contra el terrorismo" no sólo actúa como pretexto para mantener la guerra y la ocupación en Iraq y Afganistán, sino que se utiliza para amenazar y agredir a los pueblos. Al tiempo, se mantiene el bloqueo criminal contra Cuba y la estrategia de desestabilización en Venezuela.
Este año llamamos a respaldar con fuerza la movilización a favor del pueblo palestino, especialmente el 30 de marzo, Día de la Tierra en Palestina, para reivindicar el derecho de los refugiados al retorno y contra la construcción del muro.
Denunciamos al imperialismo que impulsa los conflictos religiosos, étnicos, raciales y tribales en su propio beneficio, acrecentando el odio, la violencia y el sufrimiento de los pueblos. Más del 80% de los 38 conflictos armados en el mundo en 2003 fueron. Afectaron sobre todo a los pueblos de Asia y África.
Denunciamos el uso coercitivo por parte de los gobiernos, las transnacionales y las instituciones financieras internacionales del endeudamiento insostenible de los países pobres del planeta. Repudiamos la deuda ilegítima del Tercer Mundo y exigimos su cancelación incondicional y la reparación por los daños económicos, sociales y ambientales, como condición preliminar para lograr la plena satisfacción de sus derechos. En especial espaldamos la lucha que desarrollan los movimientos sociales en el continente africano.
Por ello levantamos nuestra voz contra la cumbre del G8 y las reuniones del FMI y el Banco Mundial, principales responsables del expolio de los pueblos.
Rechazamos la imposición de acuerdos regionales o bilaterales, tales como el ALCA, el NAFTA, el CAFTA, el AGOA, el NEPAD, el Euro-Med, el AFTA y el ASEAN.
Somos millones en pié de lucha que venimos unificando nuestras movilizaciones contra un enemigo común: la OMC. Los pueblos indígenas luchan contra las patentes de toda forma de vida y el asalto a la biodiversidad, el agua, la tierra, el ambiente, la educación y la salud; y somos millones quienes nos enfrentamos a las privatizaciones de los servicios públicos. Al enfrentar el enemigo común se nos han unido jóvenes y estudiantes, reivindicando sus derecho a la educación pública y un empleo digno que les permita un futuro sin pobreza y violencia.
Llamamos a todos y todas a movilizarse por el agua como derecho básico y fuente de vida que no puede ser privatizada; así como a recuperar el control sobre los bienes comunes y recursos naturales que han sido entregados a intereses privados y transnacionales.
En la batalla victoriosa de Cancún, la muerte del campesino Lee representa el sufrimiento de millones de campesinos y sectores populares excluidos por el "libre mercado". Su inmolación es un símbolo de nuestra determinación contra la OMC, para dejar claro que cualquier intento de resucitar la OMC obtendrá nuestra oposición.
¡Fuera la OMC de la agricultura, la alimentación, la salud, el agua, la educación, los recursos naturales y bienes comunes!
Con esta determinación llamamos a todos los movimientos sociales del mundo a la movilización en Hong Kong o donde se reúna la próxima ministerial de la OMC, y a unir nuestros esfuerzos en la lucha contra las privatizaciones, en defensa de los bienes comunes, el medio ambiente, la agricultura, el agua, la salud, los servicios y la educación.
Por todo ello reafirmamos nuestra firme voluntad de reforzar la Red de los Movimientos Sociales para reforzar nuestra capacidad de lucha.
¡Globalizemos la lucha!
¡Globalizemos la esperanza!