MIRKO LAUER:
“SIN MODERNIDAD CULTURAL NO HAY SALIDA DE LA POBREZA”
El IV Consejo Nacional de la CCP reunido en Lima da pie a algunos comentarios sobre las perspectivas del agro pobre y medio en el Perú. A pesar de que el lema de la CCP en su historia ha sido “Por la tierra y el poder”, la sensación es que sus principales necesidades para dejar la exclusión y la pobreza hoy son la modernización y la cultura.
Quizás la principal debilidad del sector en que se mueve la CCP sea que el acceso a los espacios modernos –los únicos donde es posible acumular poder- se encuentra bloqueado por dificultades para desarrollar políticas capaces de ir más allá de la estricta reivindicación y protesta.
Los bloqueos más serios: a) una confianza en que ideologías de izquierda por sí solas permiten acumular poder y salir de la pobreza; b) un divorcio radical entre su cultura política y su identidad cultura, autonegación que los separa de las aperturas, políticas y mentales, que da el espacio indígena en esta globalización, como se advierte en países vecinos.
El mundo agrario pobre y medio se ha desangrado por la explotación (antes el gamonal, hoy los precios), la violencia, la exclusión y la emigración. Frente a eso hacer la política de la movilización progresista es indispensable, pero siempre y cuando venga de la mano de algunas armas algo más sofisticadas del siglo XXI.
Este sector más tradicional de la sociedad peruana podría platearse el tema de la retromigración. Esto supone, a partir de una recuperación del papel central de la identidad cultural, el establecimiento de mecanismos que permitan revertir –en una variante de lo que hoy se llama alianza estratégica- el proceso de desangramiento migratorio del siglo XX.
Es difícil pensar que los migrantes modernizados vuelvan a la tierra. Pero esto, que no es imposible, no es hoy lo más importantes. Lo central es crear el lazo dentro de una suerte de casa común cultural. Sin duda las remesas de dinero del exterior son un sustantivo gesto en esa dirección, pero un gesto al que le falta un rostro de afirmación pública.
Es indispensable que el campesinado pobre y medio establezca cuanto antes lazos con el movimiento indígena moderno, internacionalizado, democrático y antirracista que hoy gravita en América desde Canadá hasta el sur de Chile. En otras palabras, los esfuerzos de ese sector por salir de la pobreza tienen que internacionalizarse, como han hecho tantos otros.
Si los sectores que buscan representar a la CCP no se empiezan a modernizar ellos mismos, nadie lo va a hacer por ellos, y menos el actual Estado. La sensación hoy es que entre la agroindustria y el campesinado medio y pobre hay relaciones de mutua indiferencia. La pobreza es una parte de la explicación pero solo una parte.
Susana Villarán:
LA TRANSICION DEMOCRATICA REQUIERE DE ACTORES SOCIALES QUE PELEEN EL PODER PARA RESOLVER PROBLEMAS DE FONDO
EX ministra de la mujer durante el gobierno de Transición de Paniagua y líderesa del Partido por la Democracia Social, Susana Villarán es una conocedora de la problemática social de nuestro país. Su presencia en el IV Consejo Nacional, contribuyó a profundizar los alcances de la actual transición democrática.
“La actual transición es incompleta, cortoplacista y miope; con muy pocos actores que no tienen una voluntad de cambio; con instituciones y organizaciones sociales débiles”, precisó durante su intervención. Agregó que la transición democrática debe ir más allá del régimen corrupto de Fujimori y abordar cuestiones de fondo como la exclusión y discriminación de quienes siempre han estado fuera del poder.
“Para ello, la transición requiere de actores sociales que peleen por la cuota de poder que les corresponde para resolver las cuestiones de fondo para que las cosas cambien; y dentro de estos actores tienen que estar los campesinos”, remarcó Susana Villarán.
En ese sentido planteó ejes centrales sobre los que debe actuar la transición democrática para construir una sociedad más equitativa: nutrición, salud básica, educación básica de calidad, integración vial, política agraria, seguridad y justicia. Afrontar todo ello, requiere de recursos, lo que nos debe llevar a tratar el tema de la reforma tributaria y la deuda externa.
Más adelante se refirió los aportes de la Comisión de la Verdad, que nos ha revelado con crudeza la situación de exclusión de los campesinos. “La mayor parte de las víctimas fueron aportados por los que siempre aportan víctimas, en guerras, por desnutrición, por desastres naturales; es decir los excluidos de las zonas rurales que no tienen capacidad para influir en la política”, agregó.
“Por ello hay que fortalecer la organización social y asumir una cultura de derecho, pues somos sujetos de derechos y no estamos pidiendo dádivas. Para ello hay que promover un Estado garante, que promueva, proteja y asegure; hay que recuperar el sentido de comunidad que nos lleve de la fragmentación a la cohesión. Y para ello no basta sólo reivindicación, hay que entrar de lleno en la política”, remarcó Susana Villarán.