La llamada “Reforma Tributaria” del Ejecutivo parece limitarse a hacer caja chica para el Gobierno hasta el 2006, mientras se deja de lado la profunda reforma del sistema tributario que se ofreció, para que los que más tienen sean los que más paguen. Las presiones de los grandes lobbies económicos para que no se toquen sus privilegios, han podido más que las demandas del pueblo. Así, en lugar de enfrentar temas cruciales -como los Convenios de Estabilidad Tributaria, el Canon y las regalías mineras, y las exoneraciones al pago de Impuesto a la Renta-, el Gobierno ha optado por limitarse a aplicar sólo parches tributarios, como el ITF.
Más aún, el Presupuesto del Gobierno para el año 2004 –aprobado en el Congreso por la mayoría oficialista y UN, jugando contra el reloj- contienen gruesas omisiones e inexactitudes en una serie de temas cruciales, tales como los escasos recursos para inversión en las regiones, las medidas de racionalización y austeridad estatal, la transparencia en las operaciones de endeudamiento público, etc. Pero por sobre todo, hay dos bombas de tiempo que pondrían en riesgo el funcionamiento del Estado durante el próximo año: la carencia de una estimación adecuada de los ingresos adicionales, que el ministro Quijandría ahora dice serían de S/.1,500 millones, y el desordenado manejo de las prioridades de gasto.
Al solicitar facultades legislativas en materias tributarías, la Premier Merino, se comprometió a que la mayor recaudación se destinaría a la Educación, Salud, Infraestructura Regional, y Seguridad Ciudadana. Pero los ingresos tributarios adicionales no han sido incluidos en el presupuesto oficialista, y no hay un dispositivo claro que garantice que las promesas de la Premier se cumplan. Con esto estarían quedando en el aire unos miles de millones de soles, sobre cuyo destino el Ejecutivo podrá decidir sin mayor control. Para peor, la indisciplina fiscal de los diversos ministerios y entidades estatales, y su desesperación por entrar en el reparto de los recursos extra, ha creado una avalancha de demandas adicionales que llegan a casi S/. 9,000 millones. ¿Qué o quién nos asegura ahora que la mayor recaudación ira a fines legítimos y no se desperdiciara en alimentar burocracia partidaria o frivolidades?
Nosotros presentamos un Presupuesto alternativo 2004, que contemplaba incrementar en S/. 3,200 millones los ingresos públicos gracias a la aplicación de una real Reforma Tributaria (revisión del régimen del impuesto a la renta, introducción de una visa de turistas, establecimiento de regalías mineras y reforma constitucional del canon minero, etc.). Estos recursos adicionales se destinarían exclusivamente a demandas urgentes en 4 áreas criticas: Inversión Social, Lucha contra la Pobreza, Promoción de Actividades Productivas, y Defensa y Seguridad Nacional. Sin embargo, la mayoría oficialista rechazó cualquier posibilidad de consenso, y empecinada en sacar adelante contra viento y marea el proyecto del Gobierno, lo aprobó sin mayor discusión u análisis.
El parche tributario del Gobierno y su Presupuesto para el 2004, dejan más sombras que luces, más dudas que certezas. Pese a nuestros reiterados pedidos, no se dio proyecciones sobre los ingresos adicionales, que recién ahora salen, ni hay obligación de gastar estos recursos en rubros legítimos, como salud y educación. Las enormes expectativas de la ciudadanía por un incremento en la inversión social del Estado no serán satisfechas con las medidas adoptadas, lo que no abonará a la estabilidad y paz social. Evadir enfrentar los problemas porque comprometen los intereses de los más poderosos no es una buena receta. El país requiere un nuevo pacto social, más equitativo y con mayor sentido social.