Los mandatos de nuestro IV Consejo Nacional:

2003-12-25 00:00:00

Nuestro IV Consejo Nacional, realizado entre el 02 y 04 de diciembre, no sólo ha marcado el inicio del proceso hacia nuestro X Congreso Nacional. Su principal importancia radica en que nos marcado el camino y las tareas para que el movimiento campesino y agrario del país sea capaz de hacerse escuchar y lograr que el actual gobierno atienda sus justas y postergadas demandas.

La presencia de más de un centenar de delegados y delegadas que asistieron al evento desde la mayoría de los departamentos del país, le otorgó al IV Consejo Nacional un alto rango cualitativo no sólo por la representatividad sino por el nivel que alcanzó el debate y la reflexión de los temas que se abordaron; ya sea desde el análisis de la situación política actual, pasando por la situación del agro y otorgando mandatos concretos que deben ser asumidos no sólo por la dirección nacional sino, y sobre todo, por las propias bases departamentales y provinciales de la CCP.

Los mandatos del IV Consejo Nacional, han sido claros y contundentes: hay que organizar desde abajo el Paro Agrario y Campesino Indefinido; medida de lucha que responde a la incapacidad del gobierno para resolver la crisis del agro, levantando nuestra plataforma unitaria agraria. Sin embargo, esta tarea lleva implícita otra: el paro indefinido sólo logrará sus objetivos en la medida que seamos capaces de empezar a construir el CUNGA desde las bases, en cada departamento, en cada región y convocando a la unidad a todas organizaciones agrarias y campesinas.

Todo lo anterior, tiene que ir acompañado con otra gran tarea: la de la construcción de la representación política campesina y popular, que haga suya nuestras propuestas y que las defienda y levante en las diversas instancias del Estado. Y esta representación la alcanzaremos sólo si somos capaces de contribuir a la gestación de la nueva fuerza política que sea capaz ser alternativa al neoliberalismo y la globalización excluyente.

EL CONSEJO NACIONAL Y EL ENTORNO POLITICO NACIONAL

El análisis de la compleja situación política nacional, permitió no sólo entender la crisis del gobierno, sino que mostró la capacidad de convocatoria de la CCP, al presentar un panel de primer nivel, que permitió tener diversos enfoques que fueron más allá de la coyuntura. En efecto, las intervenciones del destacado periodista y analista político Mirko Lauer; de Susana Villarán, ex ministra de la Mujer del gobierno de transición y líder del Partido de la Democracia Social (PDS); y de Javier Diez Canseco, congresista y líder del Partido Democrático Descentralista (PDD); fueron valiosas y motivaron que las comisiones tuvieran un marco de fondo, para entrar al debate de los diversos temas, planteados en los documentos presentados por la CCP.

La actual grave crisis ministerial, la fragilidad del gobierno de Toledo y de la gobernabilidad neoliberal, incapaz de dar salida a los urgentes problemas del país, fueron los puntos de partida del análisis del contexto nacional. Problemas que tienen indudablemente en la política económica neoliberal un punto central. El crecimiento económico que se ha registrado en los últimos meses sólo irriga para los de arriba, es decir para los grupos económicos y las grandes empresas transnacionales y consolida el poder económico financiero, el sector minero-exportador y los grandes grupos importadores.
La frustrada reforma tributaria, reducida a un salvataje fiscal y el presupuesto para el año 2004, también fueron analizados. En efecto, el nuevo presupuesto, similar al del 2003, es centralista, derrochador, insensible a las demandas del pueblo y poco transparente; pues no incluye los ingresos tributarios adicionales, que ascienden a unos mil 500 millones de soles.

En realidad, los ingresos que se recogerán vía el Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF) servirán en lo fundamental para el pago de la deuda externa, que será mayor que el de este año 2003; así como para atender los pliegos de los ministerios y de las burocracias doradas. De manera, que los nuevos ingresos poco servirán para atender a la inversión social en salud, educación y vivienda; no implicará aumentar sustantivamente los gastos de inversión de los gobiernos regionales; y la inversión pública seguirá en el hoyo que se ha asignado el neoliberalismo.

En este contexto hay que mencionar también la voluntad del gobierno para firmar un Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, consolidando no sólo una inserción internacional subordinada, con gran pérdida de nuestra soberanía, sino también el desarrollo de una política comercial que promueve un modelo exportador primario-minero; así como a los monopolios importadores que traen alimentos subsidiados de los Estados Unidos.

La crisis que atraviesa el proceso de descentralización tutelada y la gran mayoría de los gobiernos regionales, también fue analizada por los delegados al Consejo Nacional. Interrogantes como, si la descentralización que ha impulsado el gobierno con el aval del APRA y la Unidad Nacional, ha abierto una reforma de largo aliento o estamos ante una descentralización endémica que sólo han dado gobiernos de sobrevivencia?; o por qué a diez meses de instalados los gobiernos regionales no han logrado desarrollar propuestas que desborden los límites impuestos desde el gobierno central, llevándolos a ponerse a espaldas del pueblo y carentes de liderazgos?; motivaron en análisis.

Un rápido balance nos muestra gobiernos regionales en crisis y abocados a la sobrevivencia y simples repetidores de algunas de las políticas del Consenso de Washington; y que creen que el desarrollo regional depende fundamentalmente de la inversión privada y de entregar en concesiones los servicios públicos, en buscar préstamos multilaterales; dejando de lado la búsqueda de de solución a los problemas del agro. Por ello, la gran mayoría de los gobiernos regionales no se han metido a la lucha por la renegociación de la deuda externa, por una auténtica reforma tributaria, por un presupuesto nacional descentralizado y por hacer del agro una palanca fundamental del desarrollo y la descentralización, en sociedades donde la población es predominantemente rural.

FORTALECER EL CUNGA PARA GARANTIZAR UN ROTUNDO PARO AGRARIO Y CAMPESINO INDEFINIDO
La situación del agro nacional y las luchas desplegadas por le movimiento agrario y campesino –particularmente el paro nacional agrario del 25 y 26 de setiembre- fue otro de los temas centrales que abordó el Consejo Nacional. En ese sentido, se remarcó que esta medida de lucha ha constituido un paso adelante; y sin sobredimensionar sus alcances, rompió el monopolio de la movilización nacional agraria que estaba en manos de la Junta Nacional de Riego; además, de destacar la presencia del movimiento campesino de la sierra, en particular de la zona sur y centro andino. Esta misma jornada casi logra la censura en el Congreso del ministro de agricultura.
Estos acontecimientos
De otro lado, estos acontecimientos obligaron a que se abra nuevamente el diálogo con el Presidente de la República, a través de una reunión a la además del CUNGA, también fueron convocados Conveagro, la Junta Nacional de Riego y los empresarios agrarios.

La presencia en el Consejo de importantes dirigentes de los gremios que conforman el CUNGA, contribuyó a poner de relieve la importancia de fortalecer desde las bases este espacio de unidad del movimiento agrario y campesino. Hacer de la unidad, el factor estratégico para alcanzar victorias, es uno de los mensajes más claros del Consejo; y así lo entendieron y asumieron la mayoría de los delegados campesinos.

Por ello, la tarea de asumir desde la CCP la construcción de los CUNGAs departamentales, incorporando a otros gremios y organizaciones agrarias y campesinas; incorporando la diversa problemática local y regional en la agenda de los gobiernos regionales y gobiernos locales; es decir, dándole la más amplia base de unidad, es la única garantía de dotar desde abajo la estructura que el CUNGA nacional requiere para seguir constituyéndose en el espacio de unidad y de acción del movimiento campesino y agrario del país.

Por ello, la comprensión de que la preparación del Paro Nacional Agrario y Campesino indefinido, acordado por el Consejo Nacional, pasa necesariamente por la construcción del CUNGA desde abajo, es otro de los aspectos más importantes logrados en este Consejo Nacional, para lo cual la CCP planteará un Plan Nacional de organización del CUNGA.

El debate maduro y sereno de los delegados en torno a la mejor fecha para llevar adelante la medida de lucha, fue de suma importancia no sólo para determinar la fecha en sí, sino porque permitió poner de relieve la magnitud de las tareas que esta acción implica. En ese sentido, el mes de junio del 2004, como fecha a ser propuesta en el CUNGA es un primer paso para empezar a gestar esta nueva medida de lucha del campesinado peruano.

EL SOCIALISMO Y LA CONSTRUCCION DEL LA NUEVA REPRESENTACION POLITICA

El IV Consejo Nacional sirvió también para continuar dando curso al debate iniciado en la Conferencia Nacional Campesina de setiembre pasado, que puso nuevamente en debate la vigencia del socialismo en el Perú, como una de las bases para impulsar la construcción del nuevo referente político que asuma las banderas y propuestas del movimiento campesino y popular.

La introducción motivadora de este importante tema la hizo Víctor Torres, responsable del Area Técnica de la CCP, quien retomó un conjunto de ideas que fueron planteadas en la Conferencia Campesina por Eduardo Cáceres de Aprodeh; que planteaban los temas de la igualdad, entendida como igualdad de oportunidades; la libertad y la solidaridad.

Víctor Torres, analizó el por qué los movimientos sociales que se produjeron a lo largo de éste como del año como, a pesar de su contundencia, no lograron también plasmarse en representación política. La presencia de un movimiento que es capaz de hacer respetar la propiedad de sus recursos estratégicos e incluso de tumbarse gabinetes como ocurrió con Dañino y Kuczynski, termina diluyéndose por carecer de centralización y de dirección política.

La dirección política es necesaria para que este movimiento sea capaz de expresarse también políticamente, es decir, de pelear espacios de poder en la conducción de los diversos estamentos del Estado. Sólo de esta manera es posible que las propuestas del movimiento social, popular y campesino puedan convertirse en política de Estado, diferenciándose de las propuestas neoliberales que responden al llamado Consenso de Washington, que es lo que propugnan la mayoría de los partidos que hoy están en el poder, tanto en el Ejecutivo como en el Congreso.

Es importante también remarcar, que en el debate de este tema, se reafirmó la tradición gremial de la CCP, que históricamente siempre ha estado íntimamente vinculada a la izquierda y al socialismo, como alternativa al capitalismo y como expresión de la lucha por el cambio social y por la conquista de una sociedad más justa, más equitativa; que sea capaz de llevar adelante la propuesta de Mariátegui, de construir un Perú nuevo, dentro de un mundo nuevo.

Otro aspecto a destacar es el hecho que este debate no es ajeno a la dirigencia campesina de las principales bases de la CCP, como Cusco, Puno, Piura, Huancavelica, entre otras. Hay que señalar que tanto la FDCP de Puno y la FDCC del Cusco, cuentan con valiosas experiencias de construcción de referentes políticos, con sus propios matices y particularidades; e incluso con participación en la disputa de gobiernos regional y locales.

En ese sentido es destacable también el hecho que a la luz de las experiencias y del análisis de la situación política actual y la naturaleza de los problemas del país, los compañeros de Puno, que conforman el Poder Democrático Regional (PDR), hayan tomado la decisión de incorporarse al esfuerzo de construir un referente político nacional, como es el Partido Democrático Descentralista (PDR); y que igual decisión hayan asumido los compañeros de Minka de Espinar y de Gobierno Participativo Ayllu de Anta, por mencionar algunos.

De manera, que el debate tema de la construcción del nuevo referente, movimiento o partido político, que desde de una perspectiva de izquierda y socialista, ha sido enriquecido en este Consejo Nacional y que todo ello permitirá dar los pasos necesarios para poder plasmar en la práctica la nueva representación política nacional que el movimiento campesino y popular requiere, para consolidar la transición democrática, abrir la transición económica y construir una nueva gobernabilidad democrática y que responda al desarrollo del país, de las regiones y los pueblos del Perú Profundo.