Paro Unitario Nacional Agrario

2003-10-07 00:00:00

La convocatoria al Paro Unitario Nacional Agrario es una medida irreversible, no sólo porque el agro no resiste más la crisis que atraviesa sino porque será expresión de la más unidad de las organizaciones agrarias y campesinas representativas de la sociedad rural; organizaciones que hemos entendido que la unidad constituye el factor estratégico para alcanzar la solución a nuestras justas demandas.

Y es justo destacar el rol que le ha correspondido jugar a nuestra gloriosa CCP en la propuesta de impulsar esta medida de lucha y que inicialmente fuera planteada como una Jornada Nacional de Lucha Campesina Andina de las bases de la CCP, así como hay que destacar el paro preventivo y victorioso que convocó la Federación Departamental de Campesinos de Puno, el pasado 11 de agosto.

Estas jornadas fueron la génesis del Paro Unitario del próximo 25 y 26 de setiembre, pues contribuyeron a crear las condiciones de unidad y de acción para que la medida de lucha que viene tenga contundencia. Aún cuando no pudimos realizar previamente la II Asamblea Nacional del CUNGA para convocar esta necesaria medida de protesta, sin embargo, la participación decidida de nuestros dirigentes así como de otras centrales campesinas, lograron que en el VII CONVEAGRO, se aprobara el paro del agro nacional.

Todo este esfuerzo por llevar adelante un paro unitario, con una plataforma que recoja la integralidad de la problemática agropecuaria y campesina del país, se vio finalmente plasmada con la decisión que adoptó el 13 de agosto el CUNGA –instancia que es la encargada de conducir las luchas del agro y negociar con el gobierno- de convocar el paro de 48 horas; y además llamar a otras fuerzas que hoy están fuera del CUNGA, como la Junta de Usuarios de Riego, a sumarse a esta justa medida de protesta.

La plataforma levantada por el CUNGA, expresa las alternativas a la situación de crisis y abandono que hoy atraviesa el agro nacional, en especial las comunidades campesinas y la pequeña producción. Recoge la necesidad de incrementar la inversión pública, que en opinión de la CCP, debe alcanzar el 25% del Presupuesto General dela República, de lo cual, el 70% debe dedicarse al agro de manera descentralizada.

Del mismo modo, la lucha que está en curso debe eslabonarse con las demandas de los movimientos regionales que tienen en el canon minero y su alternativa de que sea el 5% de la producción, un punto de unidad que potenciará el paro; demanda que es negada por la lógica centralista del régimen. Asimismo, esta medida de lucha es un rechazo también a la creciente derechización del gobierno, que persiste en alejarse cada vez de la voluntad de cambio que expresó la Marcha de los Cuatro Suyos.

El gobierno y su actual ministro de Agricultura -más interesado en defender a los monopolios importadores- son incapaces de escuchar las demandas de los campesinos y productores. La miopía e indolencia del gobierno de Alejandro Toledo no sólo no ha tomado en cuenta sus ofrecimientos que nos llevaron a darle una tregua hace unos meses atrás sino que se ha mostrado soberbio al desconocer los espacios de diálogo y concertación, como el CONACA. Cuando los caminos del diálogo se cierran, entonces no le queda al campesinado nacional, que recurrir a la acción de la lucha directa para hacer que sus demandas sean escuchadas.

Sin embargo, para que esta lucha pueda alcanzar victorias, es necesario no sólo forjar la unidad de las direcciones de las organizaciones agrarias y campesinas, representadas en el CUNGA sino que debemos construirlas en cada departamento. Sólo así la unidad tendrá proyección estratégica.

Esta unidad se ratifica hoy con el acuerdo del CUNGA que ha señalado categóricamente que el paro es irreversible y que se expresará con contundencia en el Paro Unitario Nacional Agrario de 48 horas, que volverá a poner en centro del escenario político nacional la crisis y la miseria que afecta a millones de productores y campesinos de todo el país.