¿Qué es finalmente, la democracia?. Esta pregunta me ha estado machacando constantemente en estos días a raíz de un evento, que desde mi particular punto de vista, debe ser uno de los más democráticos que se ha dado en nuestro continente; pero que al parecer a los grandes medios de comunicación, no solo en nuestro país sino en muchas partes del llamado mundo civilizado, parece no haberles gustado los resultados.
El pasado domingo 25 de enero, en Bolivia se realizó el referéndum para que la ciudadanía decida libre y soberanamente si aprobaba o rechazaba la nueva Constitución Política que ha venido impulsando sobre todo el presidente Evo Morales, y los resultados han sido contundentes: más del 60 por ciento le ha dicho sí a la nueva constitución.
Pero resulta, que no solo en Bolivia, sino en muchos países del mundo en donde supuestamente funcionan ejemplares democracias, el mensaje que dan los principales medios de comunicación escritos y televisivos, es Bolivia, está dividida.
Es decir, para esos medios poco importa el carácter democrático y participativo de una consulta como el referéndum, tampoco que haya sido uno de los procesos con mayor participación ciudadana; y menos, que una mayoría contundente de más del 60 por ciento, hayan apoyado la nueva constitución que a partir de ahora regirá los destinos de la tierra de Túpac Katari.
Por supuesto, que mucho menos les interesa destacar que este referéndum haya sido el último capítulo de un proceso de participación democrática en el que la inmensa mayoría de la población sobre todo indígena y campesina de Bolivia se han pronunciado a favor de las propuestas que enarbola el presidente Evo Morales.
Y menos aún les conviene recordar que Evo fue elegido presidente con más del 53 por ciento de los votos en el 2005; luego su partido, el MAS, ganó las elecciones para la Asamblea Constituyente con más del 50 por ciento; y acaba hace pocos meses de someterse a un proceso revocatorio en el que el respaldo fue mayor: más del 67 por ciento.
Entonces, para los grandes medios y para el poder político y económico al que representan, parece importarles poco esta expresión democrática de las mayorías bolivianas. A ellos les interesa decir que Bolivia está dividida. Y cuando los anteriores presidentes llegaban al cargo con votaciones de 2 y 30 por ciento de los votos, acaso, Bolivia estaba unida?. Como bien lo ha recordado el lúcido analista Beto Adrianzén, Evo Morales, es el presidente elegido con más votos que todos los presidentes juntos que tuvo Bolivia desde 1980.
Y entonces me pregunto, si lo que vive Bolivia no es democracia, entonces qué es?, Si Evo quiere hacer cambios sociales con las mismas reglas de la democracia que ha imperado en Bolivia, y no lo dejan, entonces, para qué sirve esta democracia?. Si dicen que esos contundentes resultados democráticos dividen a Bolivia, entonces, para qué sirve esta democracia que Evo y la mayoría de los bolivianos están empeñados en fortalecer?.
O es que acaso la democracia solo es buena y une al país, cuando los que gobiernan son siempre los de arriba, los del llamado poder fáctico, que no son sino los políticos tradicionales y el poder económico y financiero?. La democracia solo es buena cuando sirve para que la riqueza del país se ponga al servicio de las transnacionales y de sus testaferros criollos, como sucede en el Perú?. La democracia solo es buena cuando permite corrupciones generalizadas como las que se han puesto al descubierto con los "petroaudios"?. La democracia solo es buena cuando permite que políticos corruptos, que encabezaron gobiernos corruptos, que luego fugaron por corruptos, retornen al poder para seguir siendo más corruptos?.
Una pregunta más: si los medios dicen que Bolivia está dividida porque un partido tiene el apoyo de más del 60 por ciento, entonces qué dirían de nuestro país, donde Alan García apenas pasó a la segunda con menos del 25 por ciento; los presidentes regionales gobiernan con menos del 20 por ciento, y los alcaldes con porcentajes mucho menores?.
Entonces pareciera que la democracia solo es buena cuando ganan presidentes neoliberales como Alan García o Alvaro Uribe; pero mala, cuando los que ganan son Evo Morales, Hugo Chávez o Rafael Correa, por mencionar algunos de los que han llegado al gobierno con alternativas diferentes al neoliberalismo.