El sábado 27 de diciembre, mientras muchos niños del mundo podían divertirse entusiasmados con sus juguetes navideños, en un rincón de lo que alguna vez fue tierra santa, cientos de otros niños no tenían la misma suerte. Ese día las bombas asesinas, lanzadas por militares asesinos, que obedecen órdenes de políticos asesinos, bañaron en sangre la franja de Gaza, y asesinaron a más de veinte niños palestino y dejaron más de 230 heridos, niños también, sin contar los ancianos y las mujeres, y otros civiles, que son la mayoría de las más de 360 víctimas mortales del sádico ataque israelí contra la nación Palestina.
La gran prensa, aquella que obedece los designios del poder transnacional al que sirve, ha tratado de presentar esta masacre como “la respuesta del Estado de Israel a los ataques terroristas del movimiento Hamás”, que supuestamente ha violado una tregua. Otra de las tantas mentiras que se dicen sobre el conflicto entre el pueblo palestino y el estado de Israel, protegido y armado por los guerreristas que aún manejan la cúpula política del gobierno norteamericano.
En realidad los palestinos que lanzaron vetustos cohetes Qassan de fabricación casera y que apenas alcanzan poco más de 30 kilómetros, no habían violado ninguna tregua, pues según se sabe, la tregua o alto al fuego había culminado el 19 de diciembre. Con esto no estamos justificando la acción de los militantes del movimiento Hamás, que han lanzado más de 200 de estos cohetes y que han provocado la muerte de una persona israelí, pues tan valiosa es su vida como debería ser la de los palestinos.
Pero también los voceros del gobierno de Bush y la Unión Europea, han pretendido decir que el brutal y desproporcionado bombardeo israelí, es la respuesta a la provocación de Hamás, encargado del gobierno de la franja de Gaza. Otra mentira más. El portavoz de este movimiento, Fawzi Barthoum, ha recordado que fue el ejército israelí quien violó la tregua el pasado 5 de noviembre cuando mataron a cinco oficiales de Hamás; y por lo tanto, los cohetes lanzados contra territorio israelí fueron en respuesta a esta acción.
Pero la gran prensa no solo miente si no que cree que todos somos estúpidos, cuando pretende justificar el exterminio palestino a manos de los invasores israelíes. Para ello ocultan que el poderoso ejército judío, como hemos dicho armado y apoyado por Estados Unidos, cuenta con sofisticados sistemas de última generación, de vigilancia y detección de misiles; y que para ellos sería un juego de niños, no solo neutralizar sus lanzamientos sino hostigar a sus precarios lanzadores. Pero no es eso lo que les interesa sino exerminar al pueblo palestino como lo vienen haciendo desde hace décadas.
Sin embargo, la mentira sistemática que sobre este exterminio se hace, está en las cuestiones de fondo del conflicto: el fin de la ocupación militar de los territorios palestinos, y la destrucción del muro de separación que busca usurpar más tierras palestinas para construir colonias judías, como bien lo ha remarcado la federación árabe en el Perú, que ha calificado los ataques israelíes como “actos criminales que solo pueden ser creación de una mente sicópata, acompañada de un sadismo infinito como el de los dirigentes israelíes”, punto que vista que comparto plenamente.
Y así, la prensa internacional seguirá mintiendo y llamando “guerra” al asesinato de niños y mujeres; y los civilizados cancilleres de la Unión Europea pidiendo a Israel “proporcionalidad” en los ataques sin condenar la masacre; y el timorato secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, clamando que “Israel y Hamás tienen que poner fin a sus actos de violencia y tomando las medidas necesarias para evitar muertes de civiles”, como si no supiera que los asesinos de niños, mujeres y ancianos son los que perpetran un nuevo capítulo del masivo exterminio palestino.
Es probable que cuando usted lea esta nota, los muertos en la franja de Gaza, sean muchos más, y los niños asesinado muchos más, y las mujeres y ancianos muchos más, porque la prepotencia unida a fuerza bruta de los halcones israelíes, han amenazado impunemente con que “lo peor está por llegar”, es decir, que continuará el exterminio contra el pueblo palestino. Y lanzan sus amenazas ante la pasividad de los burócratas hipócritas de la ONU, para quienes las muertes de mujeres y niños no son más que “daños colaterales”, y como bien lo dice un periodista italiano, Vittorio Arrigoni, en una estremecedora crónica desde la franja de Gaza, todo ello “en medio del silencio del mundo civilizado que es más ensordecedor que las explosiones que cubren la ciudad como un manto de muerte y terror”.