2008-09-06 00:00:00

Hace muchos milenios la selva está habitada por comunidades nativas, las que durante ese tiempo han sido educadas por la naturaleza selvática sobre cómo convivir dentro de ella.

Han domesticado especies vegetales adaptándolas para el consumo humano, como la papaya y la yuca.
Saben cómo curarse, el mundo aprendió de ellos el uso de la quinina, lo que salvó la vida al futuro Rey Sol de Francia, nos enseñaron el uso de la uña de gato y muchas otras medicinas naturales.

Saben cómo cultivar la tierra sin matar la delgada y frágil capa de tierra fértil: Talan un espacio pequeño en el que cultivan diversas especies de diferente contextura y diferentes ciclos vitales, copian a la naturaleza. Después de cierto tiempo devuelven ese territorio a la selva y practican la agricultura en otra parte.

No necesitan ganadería depredadora, pescan y cazan.
No separan el trabajo del descanso. Salen de paseo, cuando encuentran algo que cazar lo hacen, recolectan frutos silvestres y al pasar por su cultivo, si hay algo maduro lo toman, si hay algún arreglo que hacer o algo que plantar lo hacen.

No son “dueños” de la tierra, son hijos de ella.
Hace 5 siglos vinieron los invasores europeos y desde entonces ellos y sus descendientes están penetrando en la selva y matándola.

Los primeros grandes invasores-depredadores fueron los caucheros, luego los grandes hacendados que cultivaban la selva con una agricultura depredadora y una ganadería más depredadora, los lavadores de oro, los taladores de madera y ahora devastadoramente los extractores de hidrocarburos.
La irrupción del capitalismo contaminó en mayor o menor grado a muchos nativos, otros huyen de todo contacto con la civilización que mata su ámbito vital, que les somete al servilismo, que les asesina, que les contagia enfermedades desconocidas.

Ahora los invasores están agrediendo la selva fundamentalmente con la extracción de petróleo y gas, pero también con la tala para la ganadería, con la tala para extraer madera, con la tala y quema para agricultura extraña a la zona.
Matar la selva es matar a las poblaciones nativas de ella.
Matar la amazonía es matar el principal pulmón del mundo.
Defendamos a los hermanos amazónicos que están defendiendo al mundo.

Los invasores legalizan la agresión usando como justificativo las “leyes” elaboradas por ellos sin participación ni consulta a los nativos.
“Reconocen” que la superficie pertenece a las comunidades nativas, pero “no el subsuelo”, el que pertenece al “Estado” de los invasores.

Alan García dice que los nativos son “el perro del hortelano”, que no comen ni dejan comer, que hay que dar paso a las multinacionales. Últimamente ha emitido una serie de Decretos Ley que ordenan que las tierras “improductivas” les sean arrebatadas, naturalmente para entregarlas a grandes empresas que depreden la selva para producir el “progreso”, impulsando la destrucción “legal” de la selva.

Quienes se creen blancos discriminan a los indígenas serranos. Los nativos selváticos son discriminados por quienes se consideran blancos, “criollos”, no indígenas; por los serranos y por los indígenas serranos que les califican de “salvajes”.

Ahora

Son esos discriminados por los discriminados quienes están enseñando a la mayoría de la población explotada del país, cómo responder al ataque del gran capital, a Alan García y sus otros sirvientes.

Se han levantado en varios lugares de la selva impidiendo pacífica y multitudinariamente la continuación de la depredación amazónica, han paralizado actividades extractivas de hidrocarburos y productoras de electricidad.
El gobierno ha declarado el estado de emergencia en esas zonas.

Ha enviado policías armados para contrarrestar esa actividad “ilegal”, los nativos les han desarmado pacíficamente.

Hay choques con la policía en varias zonas.
Hay entrenamiento militar público de ataque a la población civil con saldo de muertos y heridos.
Los nativos quieren ser los dueños de su futuro, verán qué deben tomar de su pasado y qué deben incorporar de los otros conocimientos adquiridos.

Qué nos enseñan

- Que no sólo se trata de refutar la validez de las leyes de los opresores, sino que hay que responderles con acciones.
- Que se debe actuar simultáneamente en varias zonas.
- Que es posible desarmar a las fuerzas represivas.

¿Cómo continuará la lucha?

Depende de la acción del resto de los explotados del país y de la solidaridad del exterior. Si los dejamos solos probablemente Alan García les haga asesinar como lo demuestra su larga historia de crímenes.

Si nos incorporamos a su lucha, vencerán y su triunfo será nuestro, nos levantará el ánimo a los pobres del Perú y nos impulsará a seguir sus huellas.

Nosotros también preferimos el Buen Vivir, no a la manera selvática sino a la nuestra, que aunque todavía no podemos esbozarla, de lo que estamos seguros es de que estará basada en los principios colectivistas, solidarios, de nuestro pasado, así como en nuestra otra herencia cultural, el amor y respeto por la naturaleza cuyos hijos somos.

También estamos seguros de que es contraria al supuesto “progreso” que provoca el calentamiento global y la extinción de la especie humana, con los agregados de:
El envenenamiento de aguas y suelos por las compañías multinacionales extractoras de hidrocarburos y metales.
El envenenamiento de ríos, lagos y mares por otras actividades industriales.

La perforación de la capa de ozono que nos protege de los nocivos rayos ultravioletas del sol.

La energía atómica.
Los agroquímicos.
Los agrocombustibles.
Los transgénicos.
Etc.

¡Apoyemos la cultura de la vida por la que luchan nuestros hermanos de la selva!

¡Aplastemos la cultura de la muerte de las empresas multinacionales y su sirviente Alan García!